Publicidad
El subsidio a la banca nacional de más de US$ 8.000 millones Opinión

El subsidio a la banca nacional de más de US$ 8.000 millones

Alfonso Vergara Oliva
Por : Alfonso Vergara Oliva Ingeniero Comercial U de Chile.
Ver Más

Antes del tercer trimestre de 2019 la banca le debía cero peso al Banco Central, se sabía financiar en el mercado interno y externo; hoy, a mayo de 2022, deben en pesos el equivalente a US$ 35.000 millones, con vencimiento al 2024, con la tasa de interés ultrasubvencionada, y al público nos cobran las tasas que todos conocemos y que han ido al alza, hasta llegar a valores topes de 58,08% anual en mayo, en la última normativa de tasas de interés.


Deberes del Banco Central

El Banco Central de Chile (BCCH) es un organismo autónomo y técnico, que vela por la estabilidad de la moneda, promueve la estabilidad y eficacia del sistema financiero y garantiza el normal funcionamiento de los pagos internos y externos. Estos objetivos permiten crear un entorno predecible para la toma de decisiones, contribuyendo a suavizar los ciclos económicos y aportando, así, a un crecimiento sostenido.

Para cumplir con sus objetivos, el Banco Central debe, entre otras atribuciones, regular la cantidad de dinero en circulación y el crédito en la economía, siendo el banquero de última instancia, obviamente a tasas de interés con castigo, no con premio y menos con subsidio abierto y, además, debe “guardar el ponche” a tiempo, cuando la fiesta puede terminar en borrasca etílica, subiendo la Tasa de Política Monetaria (TPM) y a veces operando a la compra o la venta de dólares en situaciones extraordinarias de revaluación o devaluación acentuadas, respectivamente, además de ir variando el perfil de vencimiento de sus instrumentos de propia emisión para influir en las tasas de interés a plazos más largos, que en el caso nuestro ya llegan a 5, 10, 20, 30 años y próximamente se espera un bono perpetuo, es decir, sin fecha de vencimiento, salvo los intereses.

Estabilidad económica

El objetivo del BCCH de una inflación de 3% estable en el horizonte de política, no es tan ambicioso, pero realista, ya que, en una economía de mercado abierta, los precios debieran fluctuar y también bajar, en un porcentaje que corresponda a la variación de la productividad técnica.

Cuando hay turbulencias mayores como las vividas desde 2020, el BCCH debe salirse temporalmente de la paramétrica más estándar, pero con mayor razón: con el mayor cuidado, lo que no es más cláusulas en el acuerdo BCCH respectivo, sino al contrario, con mayor flexibilidad, pero con precisión, precisamente por ser situaciones extraordinarias.

Como de su correcto desempeño institucional depende la calidad institucional, es que hago la siguiente crítica.

Actuaron en contra de sus propias proyecciones

Las líneas de crédito de Facilidad de Financiamiento Condicional al Incremento de Colocaciones (FCIC) en pesos nominales, con garantía de prenda de instrumentos financieros y/o con prenda de parte de la propia cartera de créditos de la banca, dio crédito a la banca en 2020 en pesos sin reajuste, por casi el equivalente a US$ 40.000 millones –cifra que es superior a todo el patrimonio bancario– a costo de 0,5% nominal anual, que era la TPM, la cual por propia definición del BCCH estaba en su mínimo técnico, y no correspondía a las proyecciones macroeconómicas esperables presentadas en sus IPoM, donde se indicaba que “las políticas fiscales de protección de empleo que se están desplegando en Chile en particular, apuntan a permitir una reactivación rápida y vigorosa”, luego todos sabían que debía subir la TPM, más temprano que tarde, como de hecho ha ocurrido, y violentamente al alza, desde julio de 2021 a la fecha.

Antes del tercer trimestre de 2019, la banca le debía cero peso al BCCH, se sabía financiar en el mercado interno y externo; hoy, a mayo de 2022, deben en pesos el equivalente a US$ 35.000 millones, con vencimiento al 2024, con la tasa de interés ULTRASUBSIDIADA, y al público nos cobran las tasas que todos conocemos y que han ido al alza, hasta llegar a valores topes absurdos de 58,08% anual en mayo, en la última normativa de tasas de interés.

Acuerdo indebido

En la cláusula del acuerdo de FCIC, punto I.3.h, se establece que la tasa de interés será flexible a la baja pero no al alza, lo cual indica que el tema fue discutido. “… Por el contrario, si durante el respectivo Período de Disponibilidad la TPM se eleva a un nivel superior al de la TPM Inicial o de la TPM Vigente a ese momento, no se modificará la Tasa de Interés para reflejar dicho aumento”, lo cual es un enorme error, voluntario o no, no sé, pero real.

Bueno, hoy estamos con una TPM de 8,25%, con tendencia al alza, y el BCCH cobra 0,5% anual nominal en pesos; salvo Suiza y Japón, en el mundo ningún país, Estado, entidad y empresa pública o privada, consigue esas condiciones ni interna ni externamente, es un subsidio impropio. Ni el FMI le cobró dicha tasa por el “no uso” de la línea de crédito flexible por US$ 24.000 millones que el BCCH tomara de manera precautoria, institución que tiene obviamente el historial más sólido de toda la banca.

Regalo a la banca

La banca solo ha hecho lo que le corresponde, aceptar el regalo y no soltarlo hasta su vencimiento en 2024, y además muy hábilmente, ya que las colocaciones no se han ampliado en el monto de la FCIC, solo han subido nominalmente desde 2019 y también se han concentrado algo. No hay una expansión crediticia acorde a la FCIC recibida. A abril 2022, el uso de líneas FCIC (I, II y III) era de $ 28.967.240,08 millones.

A febrero 2022, las colocaciones llegaron a, según tramo de deuda medido en UF, un monto total de obligaciones por $ 198.517.443 millones; hasta UF 1.000 bajaron -10%; hasta UF 10.000 subieron +16%; hasta UF 50.000 subieron +27%; más de UF 50.000 subieron + 3%.

Esto ya tiene cara de transformarse en una nueva deuda subordinada, un salvataje, pero eso es opaco, siempre es mucho más fácil prestarle a la banca, y al mismo tiempo echarle la culpa al público de la inflación por los rescates AFP, APV, AFC, que a –por ejemplo– a esta línea de crédito FCIC, que por sí sola se acerca al 80% de retiros de AFP, al boom sin precedentes de dividendos empresarial, incluida la banca, y a la expansión monetaria y del gasto público sin precedentes del 2020-2021.

Actuación inaceptable

Esto hay que solucionarlo y los responsables asumir las consecuencias. Tienen responsabilidad directa los mandos superiores del BCCH, cuyo subsidio implícito es de a lo menos de US$ 8.000 millones, una cifra sideral, que va subiendo a medida que sube la TPM, y que explica en buena medida el alza de utilidades de la banca, a pesar del alza de provisiones y en el ambiente de deterioro de la economía real, en que hemos estado desde 2020.

El BCCH tiene alto estándar, tiene cuadros calificados y operaba financieramente bien, no podemos permitir volver a errores ya pasados y subsidios abiertamente impropios.

La preservación de una sana, pujante y sin discriminaciones economía de mercado lo requiere.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias