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Médicos sin Fronteras sigue rescatando personas en el Mar Mediterráneo y denuncia abandono de los Estados europeos MUNDO Foto: Anna Pantelia de Médicos Sin Fronteras.

Médicos sin Fronteras sigue rescatando personas en el Mar Mediterráneo y denuncia abandono de los Estados europeos

Tras el trágico rescate de la semana pasada de un grupo de personas que iba en una balsa de goma cruzando el Mediterráneo, y que significó treinta muertes, el equipo de Médicos Sin Fronteras que trabaja en esa área, informó que entre junio de 2021 y mayo de 2022 el barco realizó 47 operaciones, rescatando a 3.138 personas y recuperando los cuerpos de otras 10 que habían muerto en el mar. Aseguran que los Estados europeos no están proporcionando una adecuada ayuda, al contrario han reforzado a la Guardia Costera libia ”que apoya los retornos forzados a Libia, donde la detención y el abuso son la norma”. Esto se suma a que según la organización, sus solicitudes de puerto seguro para desembarcar a los supervivientes han sido sistemáticamente negadas o ignoradas por las autoridades en Malta; mientras que las peticiones a las autoridades italianas se han retrasado cada vez más.


“Salvé a mucha gente, pero mis amigos no están entre ellos”: la experiencia de MSF rescatando a personas en el Mar Mediterráneo mientras denuncian inactividad de los estados europeos

“Todos gritaban mi nombre. ¡Como soy de Togo -país de África occidental-, me llamaban: togolés, togolés! (…) Salvé a mucha gente, pero mis amigos no están entre ellos. Todos se ahogaron”, es parte del testimonio de Yaovi, nombre cambiado para proteger su identidad. Un joven de 17 años que logró ayudar a un bebé de cuatro meses antes de que Médicos Sin Fronteras (MSF) pudiera localizar y rescatar a las personas en peligro en un bote de goma en el Mar Mediterráneo el 6 de julio pasado.

“Salvé a muchos bebés, pero uno ya estaba muerto. Traté de resucitarlo sin éxito”, agregó Yaovi. De acuerdo con MSF ese día murieron 30 personas, incluidos ocho niños. 

Yaovi fue auxiliado por el Geo Barents -el barco de búsqueda y rescate de la organización de ayuda humanitaria- que ese día rescató a 71 personas del naufragio, algunas de ellas con quemaduras, causadas cuando la piel entra en contacto con el petróleo que se ha mezclado con el agua del mar.

Los supervivientes del Geo Barents tuvieron que esperar casi cinco días para llegar a tierra, y sólo se les permitió desembarcar en la ciudad italiana de Taranto.

La retirada de Europa

MSF realiza actividades de búsqueda y rescate en el Mediterráneo central desde 2015. Los equipos de la organización en esta zona han asistido a más de 80 mil personas. Entre junio de 2021 y mayo de 2022 -de acuerdo a estimaciones de la fundación-, el barco realizó 47 operaciones, rescatando a 3.138 personas y recuperando los cuerpos de otras 10 personas que habían muerto en el mar. Además, los equipos de MSF -El Geo Barents- a bordo realizaron 6.536 consultas de atención médica primaria, salud sexual y reproductiva y salud mental.

“Los Estados europeos no están proporcionando una capacidad proactiva y adecuada de búsqueda y rescate, y en cambio refuerzan la capacidad de la Guardia Costera libia que sin duda apoya los retornos forzados a Libia, donde la detención y el abuso son la norma”, asegura Juan Matías Gil, responsable de las operaciones de búsqueda y rescate de MSF.

Explica que la presencia de la organización en el Mediterráneo central es “el resultado directo de la retirada progresiva y vergonzosa de la capacidad naval proactiva de búsqueda y rescate en el Mediterráneo liderada por los Estados europeos”.

De acuerdo con información de la organización de ayuda humanitaria, existen “relatos desgarradores de la violencia contra miles de hombres, mujeres, niñas y niños” migrantes en Libia, solicitantes de asilo que han sido devueltos a este país tras su intento de cruzar el Mediterráneo central.

Los equipos médicos y humanitarios de MSF registraron 620 actos de violencia perpetrados hacia o presenciados por las personas rescatadas que incluyen agresiones físicas, torturas, desapariciones forzadas, secuestros, arrestos arbitrarios y detenciones principalmente en Libia, pero también durante sus intercepciones a menudo múltiples y devoluciones forzadas por parte de los guardacostas libios.

“La policía, la guardia costera, el ejército nunca se preocupan por nosotros. Me pegaban mucho, pegaban todos. Hasta que te desmayabas, hasta que te derrumbabas. Tantos castigos severos en ese país (…) ¿Por qué la Unión Europea apoya a esta gente? Dije ‘Dios, por favor ayúdame’. Si Nigeria fuera seguro, no estaría en esta tierra. Cuando me estaba preparando para esta tercera vez, dije ‘Dios, preferiría morir en el mar que regresar a los centros de detención de Libia’. Lloré, lloré. Entonces, por tercera vez, me subí a otro bote”, cuenta un hombre de 25 años de Nigeria.

Según los testimonios de los supervivientes recogidos a bordo que ha sistematizado MSF, el 84% de los no menos de 620 actos violentos reportados habían tenido lugar en Libia. El 68% de ellos en el año previo a ser rescatados. Un número significativo de estos actos ocurrió después de haber sido interceptados por los guardacostas libios y posteriormente encerrados en centros de detención. Los supervivientes informaron que los perpetradores eran guardias de los centros de detención (34%), guardacostas libios (15%), policía militar o no estatal (11%) y contrabandistas/traficantes (10%).

“Las consecuencias de salud más frecuentes de los actos violentos registrados estaban relacionadas con traumatismos por golpes contundentes, quemaduras, fracturas, traumatismos craneales, lesiones relacionadas con la violencia sexual y los trastornos de salud mental. Otras incluyen discapacidades físicas a largo plazo, embarazos, desnutrición y dolor crónico”, explica Stephanie Hofstetter, responsable del equipo médico de MSF en el Geo Barents.

De acuerdo con MSF sus solicitudes de puerto seguro para desembarcar a los supervivientes han sido sistemáticamente negadas o ignoradas por las autoridades en Malta; mientras que las peticiones a las autoridades italianas se han retrasado cada vez más. ”Los bloqueos y retrasos en el mar no solo impiden el acceso rápido a una evaluación completa de las necesidades médicas y de protección, sino que también prolongan el sufrimiento de las personas supervivientes”, aseguran.

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