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Aportes económicos a las campañas políticas: ¿Quién financió el Apruebazo de Maipú?

Rodrigo Castillo y Andrés Larraín
Por : Rodrigo Castillo y Andrés Larraín Abogado de la Universidad de Chile, Magister en Filosofía Política de la Universidad Adolfo Ibáñez, y socio de Táctica Abogados; e Ingeniero Civil Industrial y M.Sc.(Eng) de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
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Lo cierto es que este modelo “autogestionado” no solo ha violado la ley, sino que oculta a la esfera pública quien está detrás de la donación, cuanto fueron los aportes, quienes los hicieron, cuando se hicieron y como se comparan con los recibidos por la otra campaña, dejando, por un lado, un espacio de oscuridad en la información, y por el otro, generando argumentos políticos engañosos respecto del nivel de recursos aportados a cada campaña.  


Al abrir los periódicos del martes 26 de julio, los chilenos nos encontramos con varios titulares que daban cuenta de una aparente asimetría brutal entre los aportes económicos registrados en el SERVEL para las alternativas apruebo y rechazo en el próximo plebiscito. Los medios hablaban de diferencias de 200 veces en favor del rechazo, con aportes mínimos para el apruebo. A primera vista esta realidad parece sin duda preocupante, y permite, tal como señala una minuta publicitada en redes sociales, hablar de una verdadera lucha de David contra Goliat. Sin embargo, en estos mismos días, los mismos u otros medios dieron una amplia cobertura a un evento que, hay que decirlo, fue espectacular. Hablamos del Festival del Apruebo en la Comuna de Maipú. Varios miles de asistentes, una puesta en escena de primer nivel, escenario gigante, equipos de amplificación de última generación, equipamiento eléctrico, baños químicos y la presentación de artistas de renombre como el humorista Bombo Fica, el grupo Illapu, Pedro Ruminot y la Combo Tortuga, que aparecen entre luces y aplausos, animando un evento político multitudinario que tuvo como legitimo propósito demostrar que el apruebo cuenta con una alta adhesión ciudadana, poco visibilizada en las encuestas.

A primera vista los organizadores del evento pudieron decir: misión cumplida, el apruebo es ciudadano y popular, el rechazo, en cambio, millonario y asociado con el poder económico y las élites. Sin embargo, rápidamente surge una pregunta: ¿Quién y cómo se pagó este impresionante festival? La explicación del alcalde de Maipú, uno de los promotores del evento, fue rápida. No hubo ningún aporte del municipio y el evento fue ‘autogestionado’ por los adherentes y voluntarios del apruebo. Más allá de lo equívoco del concepto autogestión, el vistoso concepto no nos dice mucho. ¿Qué significa eso? ¿Qué todo fue gratis? ¿Qué nadie cobró por nada? ¿Entonces fueron donaciones en especies? ¿Donaciones en servicios? ¿La autogestión y los aportes ciudadanos incluirían los equipos técnicos? ¿Cuánto costó todo eso? ¿En cuánto se valorizan estos aportes en caso de no haber sido en dinero? ¿Nadie hizo un cheque por ningún concepto? De haber dinero de por medio; ¿Fue un aporte de los partidos? ¿De alguna OSC? De ser así; ¿Por qué no aparecen registros en el SERVEL?

La realidad es que detrás de la autogestión, lo único que ha ocurrido es que la normativa sobre financiamiento de la política fue incumplida, pues tal como ha aclarado el SERVEL. 1) Todo aporte recibido durante el período de campaña debe ser registrado en la plataforma SERVEL en un máximo de 3 días, con detalle de la identidad del aportante, incluido su número de RUT. 2) Se considerará como aportes aquellos efectuados en dinero, especies evaluables en dinero y servicios prestados a la campaña. En estos últimos dos casos, corresponderá al delegado de las Organizaciones de la Sociedad Civil, partidos políticos o parlamentarios independientes, valorizar dichos aportes a precio de mercado y registrarlos en el mismo sitio, en los mismos plazos. ¡Nada de eso ocurrió!

Lo cierto es que este modelo “autogestionado” no solo ha violado la ley, sino que oculta a la esfera pública, quien está detrás de la donación, cuánto fueron los aportes, quiénes los hicieron, cuándo se hicieron y cómo se comparan con los recibidos por la otra campaña, dejando, por un lado, un espacio de oscuridad en la información, y por el otro, generando argumentos políticos engañosos respecto del nivel de recursos aportados a cada campaña.

Pasar de campañas cuya composición de aporte era mayoritariamente la modalidad transparente mediante el SERVEL, a campañas cuyo aporte mayoritario viene de donaciones “autogestionadas”, es un retroceso brutal en pos de la transparencia y debe implicar una exigencia urgente de claridad y cumplimiento normativo por parte de la ciudadanía, pues mientras el SERVEL registra hasta hace unas horas como aportes totales al apruebo un monto de 1 millón de pesos, en las calles, en las plazas, en los festivales y en los cantos podemos ver gastos reales que implican decenas de veces esa cifra.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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