MERCADOS
Este martes, ocho diputados de la Comisión de Hacienda de la Cámara Baja presentarán una nueva indicación al proyecto de reforma tributaria, aprobado en general este lunes, y que busca compensar la merma recaudatoria que ha sufrido la propuesta original del Gobierno y que apuntaba a recaudar más del 4% del PIB. Se trata del Impuesto a las Transacciones Financieras –o Impuesto «Robin Hood»–, que es de carácter progresivo, atractivo en economías con altas tasas de desigualdad de ingreso o riqueza, y cuya carga tributaria recae principalmente en contribuyentes de alto patrimonio. La iniciativa, cuyo modelo actualmente se aplica en 32 países –como Alemania, Francia, Sudáfrica, China, Japón y Brasil–, en el caso chileno apuntaría a recaudar alrededor de 2.900 millones de dólares al año. La propuesta fue conocida y valorada por el ministro de Hacienda, Mario Marcel, y desde la instancia parlamentaria esperan contar con el patrocinio del Ejecutivo para conseguir su inclusión en la reforma tributaria.
El trámite legislativo en torno al proyecto de ley que plantea una reforma tributaria sigue su curso en la comisión de Hacienda de la Cámara de Diputadas y Diputados. Después de que ayer lunes se aprobara en general la iniciativa impulsada por el Gobierno, con ocho votos a favor y cinco en contra –todos estos de oposición–, este martes un grupo de parlamentarios encabezados por el presidente de la instancia, Jaime Naranjo (PS), presentará una nueva indicación, que busca compensar la menor recaudación fiscal, de manera de subsanar la crítica proveniente de especialistas –abogados tributarios, contadores y gremios empresariales– en cuanto a que, como está planteada la reforma, no alcanzaría su meta de recaudar el 4,1% del PIB.
Dicha indicación hace referencia a un Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF) –conocido como tasa Tobin o impuesto «Robin Hood»– que podría aplicar el Estado sobre la venta, compra, transferencia o registro de un instrumento financiero, y que apunta a recaudar alrededor de 2.900 millones de dólares al año.
Se trata de un impuesto de carácter «progresivo», atractivo en economías con altas tasas de desigualdad de ingreso o riqueza, y cuya carga tributaria recae principalmente en contribuyentes de alto patrimonio, donde –al tratarse de un sector minoritario de la población– el impacto distributivo podría contribuir a la equidad social. Cabe mencionar que en Chile, según el World Inequality Report de 2022, el 10% más rico del país es poseedor del 80,5% y el 1% de mayor patrimonio concentra el 49.6% del total de la riqueza.
Según detallan desde la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputadas y Diputados, el ministro de la cartera, Mario Marcel, ya tuvo conocimiento de esta propuesta y valoró positivamente su eventual inclusión en el trámite legislativo del proyecto de reforma tributaria. Sobre las principales ventajas de este Impuesto a las Transacciones Financieras, parlamentarios coinciden en señalar que, al focalizarse en los segmentos socioeconómicos altos y grandes empresas que transan en los mercados, grava una actividad económica de compraventa de instrumentos financieros ajenos a la economía real. Además, se grava el flujo financiero y sus actos, no sus resultados (utilidades o pérdidas), como tampoco el patrimonio.
Al respecto, el diputado Jaime Naranjo (PS) señaló que “estamos convencidos de que sería un tremendo logro aprobar esta indicación, para justamente compensar los recursos que no se van a recaudar debido a estas indicaciones que el Ejecutivo concordó con la derecha y con los empresarios, que ahora aparecieron rechazando el proyecto en términos generales. De tal manera que estamos plenamente conscientes de que es una propuesta interesante y que es de fácil recaudación y, por lo tanto, lo hemos conversado con las autoridades del Ministerio de Hacienda, tanto con el ministro Mario Marcel como con la subsecretaria Claudia Sanhueza, para conseguir el patrocinio del Ejecutivo”.
La iniciativa parlamentaria está inspirada en la experiencia internacional de 32 países que actualmente aplican este impuesto con diversas formulaciones de tasas, en el rango de 0,55% a 0,92% en promedio. El ITF está presente en países OCDE como Francia, Alemania, Suiza e Italia y en otros del BRICS, como Brasil, India, China y Sudáfrica. En Asia se aplica en Japón, Corea del Sur, Singapur y Hong Kong, entre otros.
Economistas han propuesto este impuesto sobre la base del efecto correctivo para el funcionamiento del sistema financiero, como también por su alto nivel de recaudación tributaria; por el desaliento de conductas indeseadas del mercado, por ejemplo, a través de inhibir las transacciones especulativas de corto plazo. A juicio de los expertos, si bien tiene por efecto encarecer las transacciones, las bajas tasas que usualmente conlleva no conducen a consecuencias significativas en la reducción de los montos transados o en los precios de los activos. Para el caso de Chile, los diputados detrás de esta iniciativa creen que la implementación del impuesto podría generar una sustancial recaudación adicional a la que propone el Ejecutivo en la reforma tributaria.
De acuerdo a lo detallado por el diputado Naranjo, la indicación que busca incluir este nuevo impuesto propone un diseño coherente con una tasa razonable de acuerdo a las experiencias comparadas, evitando distorsiones en el funcionamiento eficiente del mercado.
La propuesta es suscrita por otros siete parlamentarios, de diferentes bancadas políticas: Carlos Bianchi (PPD), Jorge Brito (RD), Ricardo Cifuentes (DC), Vlado Mirosevic (PL), Gael Yeomans (CS), Alexis Sepúlveda (PR) y Boris Barrera (PC). Se trata del mismo grupo de diputados que votó este lunes a favor el proyecto de reforma tributaria, y respecto del cual la derecha votó en contra.
