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Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas: una oportunidad para que la visión ecosistémica se integre a las políticas públicas Opinión

Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas: una oportunidad para que la visión ecosistémica se integre a las políticas públicas

Cristina Dorador, Olga Barbosa y Verónica Molina
Por : Cristina Dorador, Olga Barbosa y Verónica Molina Doctora en Microbiología, doctora en Ecología, doctora en Oceonografía, respectivamente y fundadoras de Agrupación Halófilos.
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En Chile existen ecosistemas que han recibido poca atención respecto a su valor natural, pese a que la biodiversidad en su conjunto es clave para el futuro del país y del planeta. Es por ello que la visión ecosistémica debe también primar en las decisiones de políticas públicas, económicas y de largo plazo, algo que contempla la iniciativa de ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas que se votará en el Pleno de la Cámara de Diputados hoy martes.


¿Sabía usted que en la actualidad las áreas y ecosistemas protegidos son administrados por cinco ministerios?

Además del Ministerio de Agricultura, que gestiona parques y reservas nacionales a través de Conaf, entre el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (dependiente del Ministerio de Economía) y el Ministerio del Medio Ambiente se encargan de los parques y reservas marinas, el Ministerio de las Culturas de los santuarios de la naturaleza y el Ministerio de Bienes Nacionales de los, valga la redundancia, bienes nacionales protegidos.

Esta dispersión no solo provoca un desorden administrativo: en la práctica, estas reparticiones del Estado tienen pocos instrumentos y recursos para resguardar de forma efectiva las áreas protegidas y evitar su degradación o explotación, ya que estas entidades tienen otras funciones además de la protección de la naturaleza. Tampoco cuentan con una visión integrada y suelen carecer de una mirada a largo plazo y descentralizada.

Estos son algunos de los problemas que busca solucionar el proyecto de ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP), que también creará un único Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP). Esta iniciativa legal lleva ya casi 12 años de tramitación en el Congreso (fue presentada por el expresidente Sebastián Piñera en 2011), pero finalmente será votada este martes 24 de enero por el Pleno de la Cámara de Diputados, luego de haber sido aprobada por la Comisión de Hacienda de la Cámara Baja.

En un mundo amenazado por una crisis climática que erosiona las costas, intensifica los incendios forestales y desertifica regiones tradicionalmente fértiles –lo que hace cada vez más difícil la agricultura y la ganadería–, proteger la naturaleza no es un lujo: es una acción básica y fundamental para asegurar la supervivencia humana, la estabilidad de nuestra cultura y nuestra sociedad. La protección de la naturaleza exige hoy mucho más que cuidar algunas áreas por su «belleza escénica»: con los conocimientos que tenemos en la actualidad, sabemos que la vida humana y nuestras actividades diarias dependen de una delicada conexión con los ecosistemas que proveen agua dulce, nutrientes para el suelo, estabilidad del clima, polinización, freno a las plagas y especies invasoras, entre muchos otros. Hoy sabemos que nuestra existencia está íntimamente ligada no solo a los bosques, ríos, aves y mamíferos, sino también a ecosistemas y formas de vida menos carismáticas como los desiertos, los salares, los insectos y los microorganismos.

La creación del SBAP es un paso fundamental para implementar en Chile un sistema de gestión efectiva de las áreas protegidas y que tenga equipos técnicos y profesionales especialmente capacitados para cumplir esta tarea, con una visión a largo plazo y un enfoque exclusivo en el resguardo de la naturaleza. El proyecto de ley reconoce la complejidad y la interconexión de ecosistemas, especies y genes, así como la necesidad de asegurar la habitabilidad futura de Chile. Además, se contempla un aumento importante en el presupuesto para la protección ambiental (en un 58% y que ya fue aprobado por la Comisión de Hacienda) y el SBAP tendrá atribuciones para impulsar proyectos de restauración de ecosistemas degradados con el objeto de recuperar su estructura y funciones.

Dentro de los aspectos destacables del proyecto de SBAP se encuentra la estandarización de las áreas protegidas, estableciendo distintos niveles según los posibles usos. En Chile existen ecosistemas que han recibido poca atención respecto a su valor natural, pese a que la biodiversidad en su conjunto es clave para el futuro del país y del planeta. Es por ello que la visión ecosistémica debe también primar en las decisiones de políticas públicas, económicas y de largo plazo.

También es destacable el hecho de que este proyecto de ley ha sido acordado junto con los guardaparques (quienes apoyan con una mayoría abrumadora la creación del SBAP), que son actualmente el corazón y el músculo que resguardan las áreas protegidas, pero no reciben todos los recursos y el apoyo técnico que necesitan.

Es por ello que en Halófilos, como grupo de divulgación científica dedicado a resaltar la importancia de proteger ambientes frágiles del altiplano y el desierto de Atacama, apoyamos decididamente la aprobación de la ley SBAP y su pronta promulgación. Creemos que esta iniciativa permitirá proteger y restaurar muchos ecosistemas esenciales para nuestra subsistencia y de las comunidades que los habitan, y nos permitirá pensar en un Chile capaz de sostener a las futuras generaciones.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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