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Solange Lackington: “Estudiando a Gabriela Mistral he aprendido a tenerle mucho respeto al concepto feminismo” BRAGA

Solange Lackington: “Estudiando a Gabriela Mistral he aprendido a tenerle mucho respeto al concepto feminismo”

Javiera Bruna
Por : Javiera Bruna Fonoaudióloga y Comunicadora
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La actriz protagonizará un nuevo montaje sobre la vida de Gabriela Mistral, esta vez desde una mirada íntima de la artista en el proceso de creación del personaje. “Cómo me convertí en Mistral”, es una producción a cargo del Teatro Nescafé de las Artes, con la intención de conmemorar el Día Internacional de la Mujer el próximo 8 de marzo. “Ella era una mujer campesina, latinoamericana, vanguardista, muy adelantada para su época y eso no lo conocemos”, dice Lackington en entrevista con El Mostrador Braga, conmemorando también los 100 años de la publicación del destacado poemario “Desolación”.


En el contexto de una nueva conmemoración del Día Internacional de la Mujer, el próximo 8 de marzo, se estrenará en el Teatro Nescafé de las Artes la obra Cómo me convertí en Mistral, pieza teatral en homenaje a una de las figuras más destacadas del feminismo, la historia y la cultura chilena. Este biodrama muestra el proceso a través del cual su protagonista, la actriz Solange Lackington, encarna a Gabriela Mistral.

Además, el montaje tiene su antecedente en la obra Mistral, Gabriela (1945), también protagonizado por Lackington y pronto a reestrenarse en el teatro de la Universidad Católica. Con esta experiencia, la actriz da curso a una nueva óptica de la vida de la poeta, en lo que ella denomina biodrama. “Lo que hago acá es contar desde mi experiencia completamente honesta algo que el público nunca ha visto, que es lo que está detrás de la escena final: el camarín. El proceso de creación, no el resultado de la obra”, cuenta.

El biodrama reunirá a otras destacadas artistas chilenas. Creado por la dramaturga Eliana Henríquez, cuenta con la participación de la guitarrista clásica Loreto Super y la voz de la soprano Ingrid Leyton, todo bajo la producción de Felipe Molina, actual director artístico residente de este importante escenario.

“Yo creo que es una de las cosas más importantes que me ha pasado en mi carrera como actriz, con todo lo que Gabriela significa, con todas las controversias que hay sobre ella, todos los mitos, y también con toda su prosa y su inteligencia. Eso es un gusto muy grande”, expresa la artista en entrevista con El Mostrador Braga.

-¿Qué reflexiones quedan del montaje anterior, Mistral, Gabriela (1945), que llevará al escenario en esta nueva propuesta?
-Primero quiero decir que todas las vidas son inagotables y yo creo que Mistral Gabriela es una de ellas. Con distintas aristas, es un personaje que no se agota nunca. A veces uno hace lecturas de algo, de una persona, de un suceso y tiempo, y después esa misma lectura te abre un lugar a ti, una ventana desde otro lugar, de otro periodo histórico de tu vida, te completa. Entonces, eso es inagotable como base.

Luego, como hemos tenido la oportunidad de presentar varias temporadas de Mistral, Gabriela (1945) –y muy pronto estrenaremos una nueva temporada–, cada vez que volvemos a presentarla se va refrescando, siempre es una re-visita que remece algo nuevo. Una hace más lecturas de lo ya aprendido y, por sobre todo, es un placer actuarla. El gusto de encarnar, eso me apasiona.

Y en el proceso de Cómo me convertí en Mistral fui reconociéndome en ciertas cosas y a ella también en mí, y ver ¡wow!, cómo las vidas pueden ir equiparándose de alguna manera en el rol de ser mujer. Entonces, todo este background que tengo de ella por el montaje anterior, sumado a la investigación que hizo Eliana Henríquez, dramaturga, para construir el texto, más Loreto Super, guitarrista clásica, e Ingrid Leyton, cantante clásica maravillosa, que estuvieron a cargo de la música, hace que esto sea un trabajo mancomunado desde el respeto, la admiración, la honestidad y la profundidad de lo que significa ser actriz en este Chile contemporáneo.

-En los últimos años, la cultura chilena ha ido conociendo un poco más acerca de la vida llena de matices de Gabriela Mistral, sin embargo, su figura ha sido históricamente reducida a su rol como educadora de infancias. ¿Cómo es el proceso artístico de revelar esos lugares más profundos en la escena?
-En el biodrama hacemos eso, partimos contando desde dónde se conoce a Mistral y cómo se retoma en la historia. Yo lo digo en el montaje, nosotros conocemos a una Mistral que nos presentaron hace cincuenta años, cuando la gente que estaba en el poder tenía un plan de país ideal y, de los dos premios Nobel que había, uno era absolutamente contrario a ella y la otra estaba muerta, entonces, ellos tomaron una imagen de Gabriela de Mistral y nos mostraron la madre, los niños, la profesora rural, pero ella era mucho más que eso, era una mujer campesina latinoamericana que abogaba por los pobres, por las mujeres, por los niños, que tenía un discurso que no dejaba títere con cabeza. No buscaba conmover los corazones sino que buscaba cambiar la mentalidad del continente latinoamericano que tan mal lo ha pasado. Era una mujer muy vanguardista, muy adelantada para su época, visionaria y eso no se cuenta, eso no lo conocemos de ella.

Entonces, una de las cosas más lindas de haber trabajado en este biodrama es eso, porque hay tanto de ella que no se sabe. En el montaje voy haciendo una especie de narrativa desde su nacimiento hasta el Nobel. Es un relato cronológico con hitos importantes, obviamente no se puede abarcar todo lo que ella es, pero mostrar una humanidad de Mistral y una humanidad también de nosotras como artistas, de lo que significa ser artista y de lo que nos convoca, de tener que preparar algo. Es bonito dar a conocer otras cosas de ella.

-Y sobre la fecha de presentación, que es el 8 de marzo, ¿qué opinión tiene usted sobre la conmemoración de un nuevo 8M y, por supuesto, encarnando la figura de una de las mujeres más importantes de la cultura chilena y el movimiento feminista?
-Es tan poderoso lo que pasa con Mistral, el 8 de marzo de 1906, ella publica en La voz del Elqui, el instructivo para la mujer, exactamente dos años antes de que ocurriera el fatídico accidente de la Cotton Factory de Nueva York, donde murieron 109 mujeres calcinadas, que fue el hito que marcó este día y puso el ojo sobre los cuidados de la mujer.

Mientras he estudiado a Mistral he aprendido a tenerle mucho respeto al concepto feminismo, siento que abarca una cosa muy grande que ella pispó y que va mucho más allá del comidillo y de su orientación sexual o de si tuvo o no pareja. Su feminismo tiene que ver con la defensa y con su interés en la instrucción de las mujeres.

Entonces, ver este proceso de cómo me convertí en Mistral va más allá de cómo finalmente termino yo caracterizada.

“Instruir a la mujer es hacerla digna y levantarla es abrirle un campo más vasto de porvenir, es arrancar a la degradación muchas de sus víctimas, más porvenir para la mujer, más ayuda. ¡Búsquese todos los medios para que pueda vivir sin mendigar protección! Habrá así menos degradadas y habrá así menos sombras en esa mitad de humanidad.
Extracto de “La Instrucción de la mujer publicado” en La voz del Elqui.

-Y desde un lugar más personal, ¿existe alguna característica de Gabriela Mistral que la represente como mujer?
-Sí, yo creo que desde donde más me estremeció fue en su maternidad. Lo digo en el biodrama, yo primero fui actriz y después fui mamá. Para mí la maternidad y la crianza han sido de un amor extremo, una necesidad vital para mí como también lo es ser actriz. También cuando conocí su vida fui desprejuiciándome de ella y me fui encantando con su profundidad, con sus miedos, nostalgias, con sus pérdidas y sufrimientos y con su defensa ante el mundo. Y ese es un lugar para identificarse, yo soy actriz y también he tenido que vivir ese lugar del estereotipo conductual-profesional, también siento que me vi en ella cuando reconozco que ella fue una mujer silenciosa, no hizo alarde de todo lo que sabía, ¡y por dios que sabía! He sido una actriz silenciosa con lo que sé y lo he entregado nada más, no he entregado algún juicio respecto de mí, hago lo que mejor sé hacer: criar y trabajar.

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