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Como gotitas de agua con Costa Rica

Como gotitas de agua con Costa Rica

Julio Salviat
Por : Julio Salviat Profesor de Redacción Periodística de la U. Andrés Bello y Premio Nacional de Periodismo deportivo.
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Separados por 5.200 kilómetros, chilenos y ticos tienen varias similitudes en sus situaciones políticas y económicas. Pero en lo futbolístico somos como mellizos para hacer lo que no se debe.


Diez días no alcanzan para conocer un país. Pero una estancia tan breve en Costa Rica sirve para encontrar algunas pistas que reflejen cómo es y cómo vive la gente.

De esa mirada superficial queda la sensación de que los ticos nos pueden dar muchas lecciones. Mantienen un carácter pueblerino que los hace acogedores, amables, generosos. Así éramos los chilenos hace medio siglo. Pero ya cambiamos, y se nota sólo cuando estamos afuera.

Los grandes temas nuestros -salud, educación, transporte, previsión- ya los tienen, en gran parte, superados.

En los hospitales públicos trabajan los mejores médicos, y les pagan bien. Si les quedan energías, atienden consultas fuera de su horario… Hay colegios fiscales y privados, y no importa: en todos se pasan las mismas materias, con idéntica exigencia y similar calidad. La educación universitaria es gratuita, pero sólo ingresan los capaces… El transporte es público y, comparado con el Transantiago, es una maravilla. Un peaje cuesta el equivalente a 120 pesos. Y hay que recorrer muchos kilómetros para encontrar el siguiente… La previsión es solidaria, similar a la que existía antes de las Aefepés, y las pensiones están a tono con las rentas.

SIMILITUDES

Problemas no les faltan, sobre todo en el ámbito político. Por estos días hervía el escándalo porque el Gobierno le ofreció una embajada importante a la Procuradora de la República, con el fin de que deje anticipadamente el cargo y no espere el año y medio que aún resta para su relevo. La funcionaria había emitido dos veredictos contrarios al Primer Mandatario, Luis Guillermo Solís, y no hay que ser experto para entender que se trataba de desplazarla para poner ahí a alguien más obsecuente. El pato lo pagó el viceministro de la Presidencia, Daniel Soley, quien presentó su renuncia. Pero hasta los parlamentarios oficialistas estaban exigiendo explicaciones al ministro del Interior, que en una semana no abrió la boca, y al propio Presidente Solís, también mudo. La Procuradora guardó silencio hasta ahora, pero no negó la oferta.

La indignación se justifica porque el Presidente Solís basó su campaña en la promesa de terminar las corruptelas e impedir que las embajadas fueran usadas como moneda de cambio por favores políticos.

El lenguaje, en todo caso, es similar al escuchado con el Caso Penta, cuando los involucrados negaron inicialmente sus contactos con los dos Carlos dueños del consorcio: Soley esgrimió que (póngale entonación UDI) “se está lastimando mi dignidad, mi formación y la ética que siempre ha inspirado mis actuaciones”.

Parejos andamos también en el precio de los combustibles (bajaron 107 colones, unos 120 pesos, en la última semana). E, igual que acá, los costarricenses no se explican por qué los precios no han llegado a la mitad (equivalente a lo que ha bajado el petróleo) y por qué no ha disminuido el valor de los pasajes en la movilización colectiva y de los servicios esenciales en los que el crudo tiene gran relevancia.

Similitud existe en los índices de desempleo: un poco más del 6 por ciento.

Pero donde sí somos casi idénticos es en el fútbol. Los ticos también hicieron buen papel en el Mundial de Brasil y tienen jugadores actuando en las grandes ligas. Keylor Navas, Joel Campbell y Bryan Ruiz no desentonan en Europa.

Hay en San José, sin embargo, un lío que perfectamente podría discutirse en Quilín: Saprissa, el actual campeón, contrató secreta y anticipadamente a un jugador de un equipo con el que estaba disputando el título.

Ese futbolista no se llama Ramón Fernández ni Enzo Gutiérrez. Ni siquiera Leandro Benegas.

Pero se les parece.

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