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Crítica a libro “Teoría de una práctica amorosa” de Jessica Atal: es imposible amar sin tantear un cuarto propio CULTURA|OPINIÓN

Crítica a libro “Teoría de una práctica amorosa” de Jessica Atal: es imposible amar sin tantear un cuarto propio

¿Qué es el amor? ¿Qué violencias se esconden en su nombre? Son preguntas que bien podrían atravesar este poemario, pero los versos niegan el completo develamiento; hay cierta sinuosidad, propiamente poética, donde el exterior y el interior dialogan, se confunden, trastocándose.


“del ojo no sale/ razón / de la razón no sale/ la fuerza/ a la fuerza no se/ hace/ el amor”, fragmento del libro. 

Teoría de una práctica amorosa es el nuevo libro de la escritora, editora, tallerista, ensayista y crítica literaria Jessica Atal. Graduada con un Bachelor of Arts, Minor in Spanish, de la University of Utah, es autora de los libros de relatos Ella también se va (2018), de la novela virtual WhatsApp, Amor (2006) y de los libros de poesía Carne Blanca (2016), Cortina de elefantes (2014), Arquetipos (2013), Pérdida (2010) y Variaciones en azul profundo (1991). En 2014 recibió el Premio Edward Said, y su obra ha sido traducida a varios idiomas y ha aparecido en antologías, diarios, revistas literarias tanto en Chile como en el extranjero. 

[cita tipo=»destaque»] En definitiva, Teoría de una práctica amorosa reitera un propósito y una denuncia, más allá de lo confesional o lo biográfico, y se suma a una larga camada de autoras quienes de alguna forma vienen a saldar una deuda histórica, porque la palabra tan necesaria en este y en todos los tiempos, no solo designa y enclaustra, también dignifica y hace aparecer.[/cita]

En este nuevo libro (Ediciones Bonnefont, 2020) podemos observar el cruce entre imágenes (fotografías de Isabel Akibsted) y versos que en su conjunto y mixturas expresan, a veces de manera cruda, la violencia hacia la mujer en todas sus formas; y alientan, del mismo modo, el respeto a la diferencia y a la autonomía personal. Hay, podríamos decir, una puesta en tensión, una señal de alarma a través de la palabra que la autora deja en claro en la misma introducción: “Este libro tiene por objeto la denuncia. Espero que la poesía, desde su espacio revolucionario, contribuya a expandir la conciencia sobre el valor de la mujer y el lugar de ella debe ocupar, con todo el respeto que merece, dentro de cada una y de todas las sociedades que conforman nuestro planeta”. 

“pegarle un tiro/ una y otra vez/ sin tiempo de agonías/ sin rogarle al tiempo/ un segundo más/ ni al demonio/enfrentarse/ ansioso” (poema Joven+Terror, pág. 17). 

“acabas de una vez/violando/ a la mujer salvaje/ y es solo la tonta/la ignorante/ quien conserva la sonrisa” (poema Especie humana, pág. 39). 

“yo no sé/ cuándo voy a comenzar/ a cortarme las venas/ cuándo comenzará la vida/a ser más imposible” (poema Suicidio, pág. 23). 

“el hombre me vacía/ el hombre me toma vacía/ el hombre me arranca” (poema El hombre, pág. 41).

“sí/me harías más tonta/ si fueras dios” (poema La posverdad, pág. 47). 

¿Qué es el amor? ¿Qué violencias se esconden en su nombre? Son preguntas que bien podrían atravesar este poemario, pero los versos niegan el completo develamiento; hay cierta sinuosidad, propiamente poética, donde el exterior y el interior dialogan, se confunden, trastocándose. Eso es particularmente interesante toda vez que no nos enfrentamos a un catálogo o una colección concebida como una literalidad asfixiante, meramente enunciativa. 

“entonces/ el sistema nervioso/ empezó a fallar/ se infectó/ el aire de la patria” (poema Nada se rompía, pág. 20). 

“todo/todo se escurre/ como besos en la nuca/ y promesas sin convencimiento” (poema Suicidio, pág. 24).

“todo es raro/ mi mano que escribe/ la tuya que me tocó/ el clima atado/ la noche que no quiero/ que llegue/ o se acabe” (poema Raro, pág. 79). 

“mujer de fuego/ recoge/ tus cenizas/ reconstituye/ el mar” (poema Xilografía, pág. 27). 

Escritora Jessica Atal

Tal vez, en este punto, también sea necesario recusar tantas prenociones aprendidas como mantras y reproducidas hasta la saciedad, aquellos nombres que nos parecían seguros, aquellas acciones que creíamos justas. Es la época, es la urgencia, cómo no, pero no es solo eso. No es solo un barrido de conciencia, contingente y momentáneo. Es trazar líneas hacia un futuro distinto. Una forma diferente de relacionarnos unos a otros. Más aún con uno mismo. 

“cansarse/ del sexo/ de hacerlo/ de una misma/ manera/ desmejorada” (poema A distancia, pág. 53). 

“¿por qué me repetías/ que me amabas con locura? / ¿me querías volver loca? / ¿me volviste loca” (poema Las preguntas que quedaron sin respuesta, pág. 66).

“yo amo igual/ aunque no quiera amar/ a nadie” (poema Imposible amor, pág. 111). 

“es hora de comenzar/ a dejar de creer/ en el maravilloso libro/ del destino” (poema Por mucho querer, pág. 52). 

Son significativas, además, las dedicatorias en cada poema: Louisa May Alcott, Anne Carson, Marguerite Yourcenar, Anne Sexton, Teresa Wilms Montt, Marta Brunet, María Luisa Bombal, Violeta Parra, Elvira Hernández, Carmen Berenguer, Diamela Eltit, Mary Shelley, Silvia Plath, Virginia Woolf, Lucia Berlin, Nina Simone, Farah Chamma, Geena Davis, Alice Munro, Janis Joplin o Simone de Beauvoir, por nombrar algunas, escritoras o artistas de variada índole, algunas con trágicas vidas personales. El acto de nombrarlas sugiere una comparecencia y una visibilización, de todas, de cada una de ellas, transcendiendo fronteras y tiempos. Como si Jessica Atal nos dijera a nosotros lectores y lectoras: no las olvido, no las olvidamos, sus historias también cuentan, y están junto a mí. 

“Barthes como Stendhal/ fue más que nada/ en sus tantas muertes/ en sus tantas furias y melancolías/ un amante/ no correspondido/. Anaïs Nin/ en cambio/ fue una amante insaciable/ impresionista/expresionista/modernista /remecida y encendida/ tremendamente apetecida” (poema Amores de escritores, pág. 61).

“soy nacida/ en una casa/ siria-palestina” (poema Origen, pág. 113). 

“y eso/ que empezamos/ a desconfiar/ con puras palabras” (poema Empezábamos a desconfiar, pág. 82).

“escribir como bala/ es lo único que sale/ por la boca” (poema Bala, pág. 92).

En definitiva, Teoría de una práctica amorosa reitera un propósito y una denuncia, más allá de lo confesional o lo biográfico, y se suma a una larga camada de autoras quienes de alguna forma vienen a saldar una deuda histórica, porque la palabra tan necesaria en este y en todos los tiempos, no solo designa y enclaustra, también dignifica y hace aparecer. 

Jessica Atal. Teoría de una práctica amorosa. Editorial Bonnefont, 2020. 126 páginas. 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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