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Indignación en comunidad científica por dichos de Premio Nacional que calificó Becas Chile de «gastadero de plata» CULTURA|CIENCIA

Indignación en comunidad científica por dichos de Premio Nacional que calificó Becas Chile de «gastadero de plata»

Marco Fajardo
Por : Marco Fajardo Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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Calificaron su comentario de «simplista, miope y peligroso». «En una era en la que la ciencia y el conocimiento son cada vez más globales e interconectados (pensemos, por ejemplo en el COVID) las comunidades científicas no pueden actuar como isla, sin conectarse entre sí», indicó Diego Castro de las Redes Chilenas de Investigación (ReCh). «No es coincidencia que el señor Valenzuela alce la voz justo ahora, cuando el gobierno del 7% y toda la gente del Rechazo, se sienten aterrados del proceso constituyente y de este nuevo ciclo político que se viene. De pasada trata de ayudar al ministro Couve y a su discípula política, la subsecretaria Torrealba, pero en realidad viene a defender una forma de hacer política», señaló por su parte la Asamblea por el Conocimiento y la Investigación. Otros pusieron paños fríos, como la presidenta de la Academia Chilena de Ciencias, Cecilia Hidalgo. «A mi juicio el Programa Becas Chile requiere una evaluación profunda», expresó. «Las circunstancias en las cuales se creó difieren sustantivamente de las actuales. No se creó simultáneamente un Programa de Inserción para recuperar a los becados».


Rechazo e indignación causaron en la comunidad científica las palabras de Pablo Valenzuela, el Premio Nacional de Ciencias 2002 y director científico de la Fundación Ciencia y Vida.

En una entrevista con el diario La Tercera, Valenzuela, empresario en el sector biotecológico, indicó que las Becas Chile, que fueron eliminadas por el Ministerio de Ciencia para 2021, eran «un gastadero de plata».

«Estar solventando la estadía de familias completas en el extranjero con gastos bastante onerosos no se justificaba. ¿Por qué? Porque la gran mayoría de esos alumnos, por muy buenos que sean, van a estudiar un doctorado. Un doctorado es la primera pata en la ciencia. Y tenemos en Chile varias universidades con excelentes doctorados, que de hecho se estaban quedando sin alumnos buenos porque se iban para afuera. Es tonto gastar plata en algo que está prácticamente parado en Estados Unidos y que, además, se puede obtener fácilmente en Chile, de alto nivel», señaló.

Un aporte para desarrollar conocimientos globales

Diego Castro, director ejecutivo de Redes Chilenas de Investigación (ReCh), cree que Becas Chile es una política pública que requiere mejoras, «pero simplemente llamarla un ‘gastadero de plata’, como lo hace el señor Pablo Valenzuela, es simplista, miope y peligroso».

«La formación en el extranjero debe ser complementaria a la formación nacional, pues implica muchos beneficios para el país, lo que la hace muy difícil de reemplazar. No sólo permite obtener una formación de calidad en algunas de las mejores universidades del mundo, sino que permite generar redes internacionales y recoger buenas prácticas en todas las áreas del saber incluidas, por ejemplo, las políticas científicas. En una era en la que la ciencia y el conocimiento son cada vez más globales e interconectados (pensemos, por ejemplo en el COVID) las comunidades científicas no pueden actuar como isla, sin conectarse entre sí. Para eso Becas Chile es un aporte», afirmó.

«Becas Chile requiere una mirada integral al mejorarla. Entre otras, se debe asegurar una adecuada inserción de investigadoras e investigadores. Pero además, es necesario que sus investigaciones produzcan impacto al país y se conecten con sus problemas y desarrollo, más allá del lugar donde se generen. Es decir, se requiere una retribución efectiva que permita devolver al país, desde cualquier parte del mundo, lo aprendido. Para ello es necesario que las y los investigadores no trabajen sólo de manera individual sino que se inserten en grupos y proyectos de investigación que vinculen Chile con el extranjero. Así, se deben fomentar mecanismos como las dobles titulaciones, cotutelas, proyectos internacionales con posiciones de doctorado y postdoctorado, etc», dijo.

Actualmente, Chile invierte en ciencia y conocimiento menos del 0,4% del PIB, cuando el promedio OCDE es 2,4%.

«Entonces, Becas Chile puede parecer caro mirado por sí mismo, pero no lo es si miramos estas cifras. Aún hay mucho espacio para crecer y recortar programas, en esta etapa, no parece ni lógico, ni prudente», agregó.

Necesidad de comunidades científicas

Para Matías Ayala, de la Asociación de Investigadores en Artes y Humanidades, Valenzuela «ofrece la clásica propuesta neoliberal: que el Estado invierta dinero y genere leyes para que la investigación científica nacional se oriente hacia el desarrollo de mercancias».

«Así sólo se fija un aspecto de algo mucho más complejo. El conocimiento científico se valida colectivamente, por esto, las comunidades científicas son necesarias para el desarrollo del saber. El objetivo que debiéramos tener es ampliar la capacidad de investigación nacional y de producción conocimiento, tanto en Chile como en el extranjero. Valenzuela no pone énfasis en las instituciones o comunidades de productores de saber, menos en sus becarios y becarias. No: su objetivo declarado es el fomento del desarrollo privado para favorecer a las empresas con una clásica mirada a corto plazo, reductora y economicista», dijo.

Otra de las críticas vino de la Asamblea por el Conocimiento y la Investigación.

«No es coincidencia que el señor Valenzuela alce la voz justo ahora, cuando el gobierno del 7% y toda la gente del Rechazo, se sienten aterrados del proceso constituyente y de este nuevo ciclo político que se viene. De pasada trata de ayudar al ministro Couve y a su discípula política, la subsecretaria Torrealba, pero en realidad viene a defender una forma de hacer política», señaló.

«Valenzuela fue rescatado -seguramente por algún asesor de la presidencia- para defender el modelo que pone la empresa privada y al mercado al centro de todo. Fíjate que su apología a las empresas privadas no hace otra cosa que eso, tratar de defender lo indefendible frente al proceso constituyente, que -esperemos- cambie esa forma de entender la sociedad. Y no es sorprendente de alguien que más que científico es un mercader no solo de la ciencia, sino que también de la educación superior. Claro, lo tratan de disimular con su brillante currículum, pero sigue siendo un empresario, muy inteligente, pero empresario al fin», indicó.

Un programa que requiere evaluación

Otros pusieron paños fríos, como la presidenta de la Academia Chilena de Ciencias, Cecilia Hidalgo.

«A mi juicio el Programa Becas Chile requiere una evaluación profunda», expresó. «Las circunstancias en las cuales se creó difieren sustantivamente de las actuales. No se creó simultáneamente un Programa de Inserción para recuperar a los becados».

«Al día de hoy, han aumentado en forma significativa los programas de postgrado de calidad en el país; por ello, pienso que solo deberían viajar al extranjero a hacer un postgrado solo aquellas personas que no puedan hacerlo en un programa chileno de excelencia. Por varias razones, que detallo a continuación, las becas Chile deberían focalizarse en los post-doctorados. Las personas salen con una mejor preparación y son bastante mas independientes, lo que les permite aprovechar mejor su estadía en el extranjero. Salen, además, con un mejor status académico y mejores remuneraciones. Ya han aprendido en su formación doctoral a trabajar en Chile, que tiene muchas más limitaciones que hacerlo en el extranjero al menos en la ciencia experimental, y se han hecho conocidas en el medio al presentar los trabajos realizados durante su formación de postgrado a las comisiones examinadoras y en congresos nacionales», dijo.

«Para concluir, este año yo no habría eliminado el llamado a concurso pero si lo habría restringido bastante», concluyó.

Por su parte, Jorge Babul, ex presidente del Consejo de Sociedades Científicas, afirmó:

«No son un gastadero de plata si se tiene un plan de desarrollo de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, que no tenemos, que incluya actividades para las que no existen investigadores en el país y que, por lo tanto, se deban formar en el extranjero, por ejemplo. En algunos casos podría ser más conveniente la fórmula de los postdoctorados que prefiere Valenzuela».

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