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El Buenmozo: Reimon del Rosario Revista Jigger

El Buenmozo: Reimon del Rosario

el principal consejo que le da a alguien que quiere dedicarse al servicio es que “no hay que mirar al cliente con el signo de dinero, porque te enfocas sólo en la propina y no en lo satisfecho que está.


El servicio le ha dado cosas buenas a Reimon del Rosario. Una de ellas es el amor. Un mar calipso y arena clara fueron la postal de su romance con Claudia Tillería, chilena que se fue de vacaciones a La Romana, en República Dominicana.

Él trabajaba en el Hotel Catalonia donde ella se hospedaba. Él tenía que atenderla y, en eso, fluyó el coqueteo y “cupido se encargó de hacer lo suyo”, cuenta Reimon, mientras regala una sonrisa. Durante dos años, Claudia viajó cada seis meses a verlo, hasta que él agarró sus maletas, dejó el hotel después de siete años y se vino al otro extremo del mundo.

Se casaron y hoy son padres de Santiago, de cuatro meses. Fue así como atrás también quedó el Caribe, su familia y el Pica pollo, la comida que Reimon más extraña y que le pone los ojos brillantes. De hecho, cuando volvió a su ciudad, en 2017, antes de pasar por su casa tuvo que ir su picada preferida.

“El primer invierno en Chile lo sufrí un poco, pero peor fue mi primer viaje a Temuco, porque mi señora es de allá. Ya estoy aclimatado, incluso prefiero el invierno que el verano, porque con la ropa adecuada no hay problema”, confiesa sentado en el octavo piso del Hotel Cumbres Lastarria, en el mismo lugar donde suelen estar las personas a las que él atiende.

De eso, ya casi tres años. “Cuando llegué y vi la Avenida Apoquindo dije ¡wow! No me imaginaba que en América Latina había un país tan avanzado”, recuerda. El sueño de Reimon era el mismo que el 90 % de los dominicanos: ser beisbolista. Sin embargo, terminó estudiando la segunda opción, turismo.

“Durante mi niñez en la barbería veía cómo los adultos llegaban con los bolsillos llenos de dólares por las propinas y dije, si no consigo plata en el beisbol será en el turismo”. No obstante, el principal consejo que le da a alguien que quiere dedicarse al servicio es que “no hay que mirar al cliente con el signo de dinero, porque te enfocas sólo en la propina y no en lo satisfecho que está. Tengo la disposición de dar lo mejor de mí para que esa persona que estoy atendiendo disfrute de mi servicio. Una sonrisa vale más que mil palabras”. Lo dice en serio.

Texto completo en http://jigger.cl/2019/05/03/el-buenmozo-reimon-del-rosario/.

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