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Café Femenino, café que empodera: una experiencia de inclusión social Conciencia M

Café Femenino, café que empodera: una experiencia de inclusión social

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Valeria Acosta
Por : Valeria Acosta Colaboradora redacción
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Café Femenino busca que diferentes comunidades andino-amazónicas productoras de café puedan mejorar su calidad de vida y vender bajo el marco de un comercio justo.


Se estima que en todo el mundo entre el 25% y el 35% de los fundos de café están encabezados por mujeres. Así nace Café Femenino, una marca de café orgánico que se produce en el nororiente de Perú (Cajamarca, Amazonas, San Martin y Lambayeque). A través de ella, diferentes comunidades andino-amazónicas pueden hacerse cargo tanto de la producción como del negocio de producto final, permitiendo un mayor desarrollo y bienestar de las familias caficultoras.

Actualmente se exporta con certificación orgánica y de comercio justo.

La historia de la marca

La historia de este café comenzó en torno a la forma en cómo se manejaba este negocio. Desde hade décadas, las mujeres de la zona andino-amazónica de Perú han sido las productoras del café ya que ellas son las que plantan en sus casas y sus chacras. Una vez que recolectaban y seleccionaban los gramos, eran los hombres de las familias los encargados de hacer los negocios en el pueblo y se preocupaban de la venta del producto. Fue entonces, que comenzaron a darse cuenta de que querían hacerse cargo del negocio completo, tanto de la producción, la cosecha, y también de la comercialización para poder tener un control económico más directo sobre su propia fabricación.

El proyecto se inició en el 2004 y buscaba mejorar la calidad del café que acopiaba en el nororiente, pero ello no pasaría si esto no era parte de un proyecto integral. No solo requería crear canales de comercialización, mercado y certificaciones, se necesitaba, además, fortalecer a las organizaciones de productores y mejorar los índices de salud y educación de la población.

Es así como la marca Café Femenino va de la mano con un mayor acceso a la educación e indicadores positivos en la salud de niños y adolescentes. Esto genera, además, hogares donde hay mayor comunicación y respeto, lo que reduce los índices de violencia física y sexual en las zonas de extrema pobreza. Dichos resultados forman parte del mensaje que los compradores de la marca valoran ya que sienten que están contribuyendo al bienestar de familias caficultoras.

Según Sandra Silva Arellano, una de las socias representantes de la marca en Chile, la creación de Café Femenino comenzó más bien por un tema cultural. Había en el momento de su creación, muchas diferencias sociales en relación con los beneficios y derechos que podían tener las mujeres en esas comunidades. Por ejemplo, las niñas no iban al colegio y a los 13 años ya estaban casa y se dedicaban a la producción de productos locales.

De alguna manera ellas sintieron que este café podía contar su historia. Fue así como recibieron asesoría internacional para mejorar sus cultivos y hacerse cargo de la producción a un nivel más profesional. Empezaron también a tener capacitación para certificación orgánica internacional y vender su café a un mejor precio. Actualmente tiene trazabilidad con certificación de cultivo bajo sombra lo que la hace profesionalizarse mucho y transformarse en un café de especialidad.

El logo de la marca, que es el rostro de una india amazona con una flor de café en su oreja y abajo dice “Café femenino, café que empodera” se debe exclusivamente a lo mismo. Habla justamente de una revalorización del papel de la mujer en este negocio al poder hacerse cargo de la administración completa del negocio del café.

Certificación y café especializado

Perú es reconocido internacionalmente por ser uno de los pocos países latinoamericanos que han sido más cuidadosos con sus cultivos de cafés porque han tenido un desarrollo lento y paulatino y no se han sobreexplotado sus terrenos para su venta. Poco a poco ha crecido y organizando su trabajo alrededor de su producto.

Café femenino hoy agrupa a 803 mujeres de la Central de Cafetaleros del Nororiente (Cecanor). Su producción se exporta a EE. UU, Canadá, Australia, Inglaterra y Europa. El 98% de su café se consume en el exterior y el resto se puede conseguir en ferias y tiendas en Chiclayo y Lima.

Corresponde a un café de especialidad, un café de competencia que en concursos internacionales puede llegar a tener 85 puntos por tasa. Su certificación permite que las productoras accedan a premios que se destinan a la sostenibilidad de su organización, así como a materiales que mejoren su sistema de beneficio húmedo, rumbo a un café de especialidad.

Presenta dos productos diferentes:

Café verde: se prepara de granos de café antes de tostarlos. Es una bebida refrescante, energizante, natural, llena de antioxidantes y clorofila. Hay muchos beneficios por tomar este café, entre los más reconocidos son que mejora el sistema inmunológico, baja los niveles de azúcar en la sangre y quema grasa corporal. Es de fácil preparación, se mantiene bien por 3 días en la refrigeradora y se puede tomar en frio o caliente.

Café orgánico tostado: con suave y dulce aroma de vainilla con chocolate. Se tuesta el Café en Santiago por lo que siempre es fresco. Poseen dos diferentes tipos de tostado, medio y oscuro. En café de medio tostado se siente mejor el equilibrio de los sabores. El tostado oscuro es para el gusto de café más fuerte con más cuerpo.

Sandra Silva junto a Teija Reyes tienen la representación de su marca acá en Chile. Las productoras les envían directamente los granos verdes desde Perú y ellas lo tuestan y empaquetan para su venta en nuestro país.

La idea de Café Femenino Chile es poder desarrollar y apoyar emprendedoras del café con precios por mayor sin cantidades mínimas. Como Chile no es país productor de café, les interesa trabajar redes colaborativas con mujeres emprendedoras.

“Al consumir este extraordinario café estas apoyando la revalorización de la mujer, donde se evidencia su aporte económico a la economía del hogar, mejorando con esto la educación y salud para toda la familia en las zonas productoras de café” señala Sandra.

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