Inmobiliaria
Según un análisis de hbt, los costos comparativos para la modernización de espacios interiores como las cocinas, llega solo a un 20% si se compara con rearmar un espacio estructuralmente.
Aunque en países como Francia se ha hecho normal el concepto de “renouvellement urbain” (renovación urbana) que promueve la idea de rehacer la ciudad sobre la propia ciudad, en Chile están surgiendo pequeños atisbos en el sentido de transformar, modernizar y mejorar las viviendas y espacios públicos manteniendo estructuralmente los inmuebles. Si bien la situación europea se explica sobre todo por la escasez de suelo, no es menos cierto que el valor patrimonial también ha influido fuertemente en la tendencia de remodelar espacios existentes con énfasis, incluso, en viviendas de estratos más bajos.
Según la arquitecto Melanie Branth, “en el caso de Chile y particularmente Santiago, aunque no hemos llegado a ese punto sí estamos avanzando en tomar mayor conciencia de las grandes ventajas que implica un proceso de modernización de espacios frente a la alternativa de reconstruir. Por otro lado, nos encontramos con un grupo importante de familias y personas que aún privilegian ciertas ubicaciones que por sus características urbanas solo permiten remodelar los espacios existentes en barrios consolidados”.
“Ejemplo de esto son sectores como el barrio poniente, Parque Forestal, Providencia, Ñuñoa, La Reina y algunas zonas de Vitacura o La Dehesa antigua. En estas áreas las familias privilegian la ubicación de la casa al momento de escoger su vivienda, pero por otro lado quieren adaptarlas a sus necesidades y darle una identidad propia a sus espacios, lo que muchas veces demanda una profunda remodelación interior”, agregó.
Andrés Kormis, gerente comercial de hbt, explicó que las alternativas de actualización de ambientes o newlook versus una remodelación arquitectónica y de diseño total tienen un impacto notable con menor tiempo de trabajo e inversión.
“Los proyectos son sobre todo amigables con el medio ambiente, sustentables, ya que generan menos desechos al reutilizar todo lo que aún está en buen estado, ahorro de energía al reemplazar la iluminación existente por sistemas LED, mejoras en funcionalidad con tiradores más ergonómicos y cierres suaves. Además, la posibilidad de incorporar organización y ergonomía en un mueble existente, como por ejemplo, cambiar puertas por cajones, incorporar bisagras y cajones con cierre suave, son elementos que ayudan a mantener espacios como la cocina, ordenados y con facilidad de acceso”.
Un proyecto de modernización debe tomar en cuenta aspectos como el uso actual de acuerdo con sus habitantes, costumbres y necesidad de almacenaje, análisis del estado actual de los muebles y lo que se puede reutilizar, reorganización de la distribución de las zonas de acuerdo con el nuevo uso. De este modo, una vez definidos los cambios se incorpora organización interior, puertas de cristal, perfiles de aluminio, iluminación led, guías ocultas, cierres suaves y frentes o cantos de Acryl, material italiano reparable de última generación con varios colores, resistente a rayas, rayos UV, humedad, calor, etc.
Según Kormis, “si se analizan los costos comparativos a la hora de definir una modernización de espacios interiores las diferencias son notables, ya que un trabajo de actualización llega solo a un 20% de lo que implica rearmar todo estructuralmente.
Más aún, aunque la renovación total también es una opción que toman muchas personas, rehacer un ambiente en forma completa involucra muchos cambios que a veces el comprador no está dispuesto a asumir porque entiende, por ejemplo, que su cocina está “buena” y solo necesita ser “mejorada”. También hay que considerar que hacer un newlook se hace en un par de días, mientras que la modernización de una cocina en su totalidad puede tardar más de un mes y con un stress que a veces las personas no están dispuestas a enfrentar. Es importante entender que al renovar completamente una cocina se aprovecha de cambiar pisos, muros y muchas veces hacer demoliciones y transformaciones profundas. En el caso de hbt, aunque también tenemos la opción de un cambio profundo, lo que nos preocupa es lograr un aprovechamiento de algo que está en buen estado, pero que como usuario puede no dejar conforme especialmente en términos estéticos y funcionales”, acotó el ejecutivo.
En este sentido, la renovación urbana de espacios interiores puede ser una alternativa interesante para todo tipo de vivienda antigua que vaya a recibir a una nueva familia.
Quienes realizan estos proyectos son siempre los propietarios, principalmente familias jóvenes, desde parejas, solteros hasta personas mayores que quieren hacer un “refresh” de sus antiguos espacios.
Para Melanie Branth este tipo de tendencia es especialmente importante a la hora de conservar inmuebles antiguos de gran riqueza patrimonial, arquitectónica o cultural.
“Conservar estos inmuebles y hacer que se poblen zonas desocupadas y valiosas es importantísimo y tiene un alto valor para la ciudad y su entorno. Muchas veces estas zonas están olvidadas o descuidadas y se pueden lograr resultados urbanos y de integración excelentes. Solo imaginemos un departamento del barrio poniente con alturas de 3 metros, espacios integrados y con mobiliario moderno y funcional para aprovechar mejor cada centímetro: un estándar superior y una forma adecuada de aprovechar y recuperar espacios ricos en historia y pasado”, destacó la arquitecto.
