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La cocina peruana vuelve a Borderío con Kechua Crónica Gastronómica

La cocina peruana vuelve a Borderío con Kechua

Darío Córdova
Por : Darío Córdova Cronista gastronómico
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Hace poco más de dos décadas la cocina peruana explotó en nuestro país. 

De tener un puñado de representantes como el Club Peruano, El Otro Sitio y el Barandiarán pasamos a que cada barrio gastronómico tenga al menos un representante de la cocina de nuestros vecinos del norte. 

Llegó a tanto el favoritismo del paladar por esta cocina que fuimos testigos de la formación de dos grandes cadenas de este tipo de comida, el Grupo Valerio y los Ají Seco en todas sus versiones.

Pero de a poco el consumidor nacional fue haciendo exigencias que tuvieron eco en estos comedores. Menos picante, no tanto aliño, pescados donde la salsa opaca cualquier otro sabor delicado.

Y así, lo que en un momento representó una refrescante renovación, hoy pareciera más un comodity, donde ir a comer este tipo de platos no tienen mayor diferencia entre un espacio u otro, con sabores unificados y un pálido recuerdo de sazón.

En este escenario es que abre Kechua en Borderío, un lugar que viene a llenar el espacio que dejó PezQuiero y otras marcas de cocina del Rímac que antiguamente estuvieron en este polo gastronómico.

La tercera apertura de esta marca (que cuenta con locales en Bellavista y Plaza Ñuñoa) viene con una carta que apela a los clásicos y grandes éxitos, partiendo con un Cebiche Mixto de correcta ejecución, con una reineta fresca, anillos de calamar, camarones de tamaño medio, ostiones en su concha y un anunciado erizo que no se sintió ni en textura ni en sabor.

Algo más particulares fueron sus Wantanes Rellenos, masa frita rellena de camarones y con un sabroso topping de pulpo al olivo, aderezados con una suave salsa de ají amarillo.

Las ganas de dar un toque de elegancia a esta cocina se sienten en su Anticucho Mixto, con dados de filete de vacuno a punto y camarones arrebozados en una sabrosa y delicada salsa anticuchera.

La sazón y la personalidad aparecen en su Reineta al Ajo, perfecto filete de pescado bañado en una sedosa salsa de mantequilla y limón, con abundantes láminas de ajo crocante que levantan el sabor de una suave carne. Por lejos el mejor plato de la visita.

Las ganas de innovar vienen en un plato que combina dos mundos, el Pastel de Choclo Fusión, una pastelera chilena con una base de Lomo Saltado, combinación que sorprende por su buena armonía y que logra mantener la crocancia del tomate y la cebolla.

En Kechua se siente una buena cocina, una comprometida en ejecutar platos tradicionales de manera correcta, con sabores honestos, una atención muy cuidada y buenos tiempos en cocina.

Si logra adaptar sus sabores para darles más carácter, este lugar tiene una chance de destacar por sobre la media de restaurantes de este tipo y convertirse en un refugio de los que añoran los sabores sin remilgos de esta sabrosa cocina.

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