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General Electric busca modernizarse: abandona oficialmente su durísima política laboral de rendimiento anual

El titán norteamericano de la industria busca flexibilizar la relación laboral con sus trabajadores –al estilo de las compañías de tecnología– luego de aplicar durante casi 30 años un crudo sistema donde cada año se despedía al 10% de los trabajadores de menor rendimiento.


Si estás dentro del último 10% del ranking a fin de año, estás despedido.

Ese fue el frío estilo que imperó durante más de 30 años en General Electric, el coloso industrial de 123 años, y que dentro de poco llegará oficialmente a su fin.

Este estilo intenso implementado entre 1981 y 2001 por el CEO de ese entonces, Jack Welch, era para que el gigante industrial no perdiera competitividad contra el ese entonces incipiente poder industrial chino.

Los informes elaborados hasta hoy, que ranqueaban a los trabajadores según la «curva de vitalidad», establecían una puntuación numérica en la revisión del rendimiento de cada empleado en comparación con sus pares. De esa manera, los peores rendimientos eran despedidos.

La compañía anunció que abandonará esta cruda política laboral para sus 300 mil empleados, avanzando hacia un sistema de feedback, común entre las empresas de tecnología, como Microsoft o Adobe.

Así, la compañía fundada en 1892 dejaría el sistema por el cual era reconocida mundialmente –el ex CEO Jack Welch logró incrementar el valor de la compañía en US300 mil millones con este plan–, en busca de continuar con las transformaciones que refloten a la empresa, una de las más afectadas por la crisis subprime del 2008, donde se ganó el mote de «too big to fail».

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