Mientras crece la presión sobre el empresario por parte de distintos actores del sector empresarial, el ex presidente de AFP Habitat sostiene que la salida del ex consejero de la Corfo pudo haberse interpretado de otra manera. Sin conocer en detalle las motivaciones del ex CPC, cree que faltó prudencia en el manejo de su renuncia.
La salida de Rafael Guilisasti de la Corfo y su llegada a la presidencia de la cascada sobre SQM ha puesto nuevamente en boga temas de conflictos de interés en el mundo empresarial. Y poco a poco, distintos referentes del sector han ido deslizando críticas a la decisión del ex CPC.
Hermann von Mühlenbrock, presidente de la Sofofa, se refirió el fin de semana a la salida de Guilisasti como algo que “personalmente no lo habría hecho. Porque él estaba representando a una institución que estaba en contra de las cascadas, entonces genera una situación difícil”.
Ayer, Jorge Awad, ex presidente del gremio de los bancos, dijo a La Segunda que el ex CPC no debió haber aceptado la propuesta: “siendo consejero de Corfo, estando esta última en un litigio con SQM Salar y habiendo él participado, por lo tanto, de la decisión de solicitar la revocación de la conexión a dicha empresa y teniendo información privilegiada, no debió haber aceptado la proposición que le hizo el hermano de Julio Ponce Lerou, Luis Eugenio, para asumir en las Cascadas”.
Todas palabras sobre una situación que para José Antonio Guzmán pudo haberse interpretado de otra forma. El empresario -reconocido por su extensa trayectoria y que, al igual que Guilisasti, presidió la CPC en el período de 1990 a 1996- ha sido uno de los grandes críticos de Ponce. Durante su gestión como presidente de AFP Habitat se hicieron una serie de denuncias a la SVS y al Ministerio Público sobre hechos que derivaron en el famoso caso Cascada, a través del cual se aplicaron multas por US$70 millones contra Ponce, involucrando a una serie de otros personajes de renombre en el mundo bursátil.
Sobre la llegada de Guilisasti, sostiene que perfectamente pudo haber sido considerada como una “salida honrosa” al conflicto entre SQM y la Corfo. “Habría sido más prudente plantear esto de otra manera. Decir que esta cuestión es algo negativo, quizás no lo es incluso desde el punto de vista social”, dice.
“El gobierno está, de alguna manera, planteando la salida de Ponce para llevar a cabo conversaciones y zanjar el diferendo que tienen. Entonces, tal vez, esto podría interpretarse legítimamente como la fórmula encontrada por las partes para darle una salida honrosa al conflicto. Es perfectamente posible, no digo que lo sea pero pudo haber sido interpretada de otra manera también”, afirma Guzmán.
El empresario hace alusión al interés de la Corfo por que Ponce deje la propiedad de la cascada como condición para llegar a un acuerdo por los contratos de explotación en el Salar de Atacama, como publicó este medio. La lógica de ese argumento es que, dado el rol protagónico que ha tenido la minera no metálica en el escándalo de las platas políticas y la cantidad de políticos de todos los partidos salpicados, sería impresentable sellar un acuerdo con SQM mientras Ponce siga manejando los hilos del directorio.
Sin ahondar respecto de la existencia de un eventual conflicto de interés y sin conocer en detalle las razones que motivaron la salida del ex consejero de Corfo, Guzmán cree que el conflicto pudo haberse evitado si la renuncia de Guilisasti se hubiera tratado con mayor “prudencia”, por ejemplo habiéndose informado a tiempo, tanto al público como al mercado, su salida de la Corporación e incluso con una conversación previa entre las partes. “Habría encontrado más prudente haber tenido alguna conversación sobre el hecho. Quizás no habría tenido el impacto que en la práctica se ha visto”, dice.
Sube la presión sobre el sucesor de Ponce
A las voces que salen desde el sector empresarial, también se suman opiniones algo más “técnicas”.
El abogado Luis Cordero, quien presidió el grupo de expertos que convocó Hacienda para fortalecer la SVS (instancia en la cual también participaron Guillermo Tagle, Fernando Coloma y Matías Larraín), escribió una columna llamada “Corfo versus Guilisasti”, publicada ayer en La Segunda. En ésta dice que “aunque en este caso se puede sostener que su desempeño (Guilisasti) era parcial y acotado a Corfo, por su rol en el sector privado, lo cierto es que genera la misma objeción de déficit regulatorio en materia de conflictos de interés que en el resto del sector público. El conflicto legal entre Corfo y SQM sólo profundiza ese problema (…) Mientras escrutamos a los funcionarios públicos por su traspaso al sector privado, los miembros de este último no se detienen en ciertas formas que parecieran esenciales en una sociedad democrática a la cual también se encuentran sometidos cuando participan en asuntos públicos. Al no hacerlo, profundizan el clima de desconfianza institucional”.
Por su parte, en la edición de ayer de El Mostrador Mercados, Eduardo Bitrán, vicepresidente de la Corfo, dio detalles respecto de la información confidencial que Guilisasti se habría llevado desde la Corporación: “conoció la posición que tenía la Administración de Corfo sobre el mejoramiento detallado de los contratos con SQM Salar, en caso de que el Consejo optara por la alternativa de conciliar. No hay nada más estratégico y confidencial que conocer las expectativas de la contraparte en caso de llegar a una conciliación”, dijo.
