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Tras histórico acuerdo con Singer, Argentina piensa vender bonos

Tras histórico acuerdo con Singer, Argentina piensa vender bonos

Si bien los bonos de Argentina han tenido una fuerte demanda por el optimismo de que Macri recuperará la confianza y pondrá la economía en marcha nuevamente, el gobierno tendrá que tomar préstamos en un momento en que hay poco interés en la deuda riesgosa de los mercados emergentes. Ante un tibio crecimiento mundial, puede que Argentina tenga que pagar medio punto porcentual más que su costo de endeudamiento actual para atraer a los compradores de bonos.


El acuerdo de Argentina para dejar atrás una amarga saga de quince años con sus acreedores no le saldrá barato.

El domingo, el país acordó con los bonistas encabezados por el multimillonario de fondos de cobertura Paul Singer los términos para saldar la deuda impaga proveniente de su cesación de pagos de 2001 por US$95.000 millones. El convenio, que permitirá que Argentina vuelva a tener acceso a los mercados internacionales de bonos, es el más grande, y posiblemente el más significativo, de una serie de acuerdos con los acreedores a los que llegó el presidente Mauricio Macri desde que asumió su cargo el 10 de diciembre.

El monto que deberá pagar por ellos es de US$15.000 millones –que se obtendrán con dos o tres ventas de bonos en abril, dijo el lunes el ministro de Finanzas Alfonso Prat-Gay.

Si bien los bonos de Argentina han tenido una fuerte demanda por el optimismo de que Macri recuperará la confianza y pondrá la economía en marcha nuevamente, el gobierno tendrá que tomar préstamos en un momento en que hay poco interés en la deuda riesgosa de los mercados emergentes. Ante un tibio crecimiento mundial, puede que Argentina tenga que pagar medio punto porcentual más que su costo de endeudamiento actual para atraer a los compradores de bonos, según el estratega de Seaport Global Holdings LLC Michael Roche.

“Ahora viene la parte interesante”, dijo Kevin Daly, gerente de carteras de Aberdeen Asset Management, firma londinense que administra unos US$11.000 millones de deuda de mercados emergentes. “Potencialmente, va a llegar al mercado mucha oferta, lo que podría provocar algo de volatilidad en los mercados. Hay por delante desafíos inciertos, pero creo que van a poder enfrentarlos”.

Conforme a los acuerdos, Argentina deberá pagar US$4.650 millones en efectivo a Elliott Management de Singer y a los fondos de cobertura Aurelius Capital Management, Davidson Kempner y Bracebridge Capital, según el mediador designado por un tribunal. El monto equivale al 75 por ciento de casi US$5.900 millones de reclamos por capital e intereses impagos, más US$235 millones por otras demandas y parte de las costas legales de los holdouts, informó el mediador, Daniel Pollack, a la prensa el lunes en Nueva York. El plazo de pago del acuerdo es el 14 de abril, pero este podría prorrogarse de ser necesario, dijo Prat-Gay el lunes.

Los términos del acuerdo son más beneficiosos que la oferta anterior de 72,5 por ciento de lo reclamado por los acreedores y constituye una mejora respecto de anteriores reestructuraciones que imponían a los tenedores de deuda pérdidas de alrededor de 70 por ciento. Aproximadamente el 7 por ciento de los acreedores, incluido Elliott, rechazaron esos primeros términos –ofrecidos en 2005 y nuevamente en 2010- y buscaron cobrar mediante acciones judiciales.

El acuerdo con Singer se concretó semanas después de que Argentina aceptó pagar más de US$3.000 millones a otros acreedores que habían rechazado las reestructuraciones anteriores, o holdouts, entre los que había 50.000 bonistas italianos. Todos los acuerdos están sujetos a la aprobación del Congreso.

“Todos los bancos con los que hablamos confían en que podemos captar el dinero que necesitamos en el mercado”, declaró a la prensa el secretario de Finanzas Luis Caputo el 22 de febrero. “Somos optimistas”.

Alejo Costa, jefe de estrategia en la correduría Puente, con sede en Buenos Aires, estima que la Argentina necesitará vender unos US$11.000 millones para pagar los acuerdos con los holdouts y otros US$8.000 millones para financiar sus necesidades fiscales. Costa espera que ese tipo de emisión lleve los rendimientos promedio de los bonos de más larga data de Argentina más cerca del 8 por ciento.

Sergio Trigo Paz, jefe de renta fija de mercados emergentes de BlackRock Inc., coincide. Trigo Paz dijo en una conferencia de prensa en Londres el martes que la Argentina tal vez tenga que pagar más del 8 por ciento sobre la nueva deuda y que él “no está muy entusiasmado” sobre el retorno del país a los mercados de bonos ya que hay otros países con elementos técnicos más favorables que pagan rendimientos más altos.

Pero para el gobierno, el acuerdo es una inversión a largo plazo. Prat-Gay dijo el lunes que una vez que se resuelva plenamente el acuerdo con los holdouts, la Argentina espera poder emitir deuda a tasas del 4,5 por ciento, similares a las de Uruguay.

Los bonos en dólares del país con vencimiento en 2024, que fueron emitidos bajo la legislación local, rinden un 7,92 por ciento, según muestran datos compilados por Bloomberg. Los bonos bajo jurisdicción extranjera siguen en default.

A Sebastián Loketek, director gerente y jefe de la unidad Argentina de Bank of America Corp. en Buenos Aires, no le preocupa demasiado la capacidad del país para entusiasmar a compradores.

“La Argentina se está convirtiendo en un tema caliente”, dijo. “Nuestra expectativa es que habrá una fuerte demanda”.

El gobierno no es el único potencial emisor. Las necesidades de financiamiento acumuladas entre las provincias y las empresas implicarán que también tendrán que recurrir al mercado de bonos. Pero ellas probablemente tengan que esperar su turno, dijo Dale de Aberdeen.

“Los inversores quieren ver cómo se acomoda en el mercado la nueva tasa de referencia soberana”, dijo. “No creo que necesiten adelantarse al gobierno en la fila”.

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