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Crece la tensión entre taxistas y Uber en Chile

Crece la tensión entre taxistas y Uber en Chile

Hasta hace poco, el Gobierno se limitaba a calificar a Uber como una empresa que ofrece servicios ilegales, aunque el auge de la polémica le ha obligado a tomar cartas en el asunto. El ministro de Transportes, Andrés Gómez-Lobo, aceptó la propuesta de la Comisión de Transportes del Senado para crear una mesa de expertos, en la que también estarán los taxistas y representantes de Uber y Cabify, para analizar la posibilidad de regular el funcionamiento de esas aplicaciones.


La tensión entre taxistas y Uber se ha disparado en las últimas semanas en Chile, donde se han registrado protestas y agresiones contra chóferes sospechosos de prestar servicios a la aplicación móvil, mientras el Gobierno ha dispuesto la creación de un panel de expertos para discutir el tema.

Los gremios de taxistas tradicionales, que hasta hace poco no parecían demasiado preocupados por el auge de empresas como Uber y Cabify, se encuentran en pie de guerra para denunciar la «competencia desleal» que, según ellos, ejercen los conductores de esas aplicaciones de transporte de pasajeros.

Creada en 2009 en Estados Unidos, Uber es una aplicación móvil que permite solicitar hacer un viaje con un conductor particular y pagar con tarjeta de crédito, sin necesidad de utilizar efectivo y con tarifas más bajas que los taxis tradicionales.

En las últimas semanas los taxistas han realizado caravanas con sus automóviles en el centro de Santiago y han anunciado el bloqueo de un concurrido túnel de la ciudad para los próximos días.

Las protestas, sin embargo, han tomado un cariz violento y matonesco, con persecuciones y agresiones a vehículos que los taxistas creen que pertenecen a «socios conductores», la denominación con la que Uber se refiere sus chóferes.

La madrugada del miércoles, un vehículo privado fue perseguido por siete taxis desde el barrio de Vitacura, al oriente de Santiago, hasta la céntrica Plaza Italia.

Los taxistas creían que trabajaba para Uber y el conductor, que al parecer prestaba servicios para una empresa de transporte privado, chocó varios taxis cuando estos trataron de cerrarle el paso y huyó a toda velocidad.

El último incidente ocurrió este jueves por la madrugada, cuando el chófer de un vehículo, que resultó ser hijo de un taxista, confundió un auto de alquiler con un modelo de los que habitualmente usan los chóferes de Uber.

Tras varios minutos de discusión, el hombre acusado de conducir para Uber se bajó del vehículo y el hijo del taxista lo atropelló.

El intendente (gobernador) de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, condenó este miércoles este tipo de agresiones y anunció que perseguirán criminalmente a los responsables.

«No vamos a aceptar que nadie tome la justicia por su propia mano. Hay instancias legales para hacer saber los puntos de opinión y está absolutamente prohibido que las personas intenten agredir a otros», dijo Orrego.

Hasta hace poco, el Gobierno se limitaba a calificar a Uber como una empresa que ofrece servicios ilegales, aunque el auge de la polémica le ha obligado a tomar cartas en el asunto.

El ministro de Transportes, Andrés Gómez-Lobo, aceptó la propuesta de la Comisión de Transportes del Senado para crear una mesa de expertos, en la que también estarán los taxistas y representantes de Uber y Cabify, para analizar la posibilidad de regular el funcionamiento de esas aplicaciones.

Los taxistas tradicionales argumentan que, a diferencia de los conductores de Uber, deben cumplir requisitos como el pago del cupo del taxi, mantenimiento regular de los vehículos y la obtención de una licencia profesional de conducir.

El ministro Gómez-Lobo planteó recientemente la posibilidad de ampliar el parque de taxis para incluir a chóferes de Uber, aunque al mismo tiempo admitió que los taxis deben mejorar su servicio, uno de los principales argumentos de los usuarios de la aplicación móvil.

Uber, por su parte, sostiene que es una empresa de tecnología, no de transportes, y que existe un vacío legal en Chile que necesita una regulación clara para todos los actores del sistema.

«El espíritu de esa normativa debe apuntar a dar la posibilidad a los ciudadanos de elegir con libertad de qué forma se quieren transportar. Y por el lado de los socios, debe existir la libertad de emprender con sus propios automóviles, dentro de un marco», dijo el gerente general de Uber Chile, Carlos Schaaf, en una entrevista que publica hoy el diario La Tercera.

Schaaf afirmó que la compañía ha tenido un «crecimiento exponencial» a raíz del debate público y político que se ha generado, por lo que espera crecer en su negocio principal e impulsar nuevos productos como Uber Pool, que permite compartir un vehículo.

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