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¿La clave detrás del dramático repunte de Wall Street en las últimas 10 semanas? Apuesta a correlación adversa

¿La clave detrás del dramático repunte de Wall Street en las últimas 10 semanas? Apuesta a correlación adversa

El rally sumó casi US$3 billones al valor de los papeles estadounidenses en diez semanas: los fondos comunes de inversión acumularon efectivo, los vendedores en corto intensificaron el control sobre las apuestas bajistas y los particulares se fueron del mercado.


Esto es lo que ocurrió durante la reactivaación de las acciones que sumó casi US$3 billones al valor de los papeles estadounidenses en diez semanas: los fondos comunes de inversión acumularon efectivo, los vendedores en corto intensificaron el control sobre las apuestas bajistas y los particulares se fueron del mercado.

La divergencia entre sentimiento y precios ha sido tan grande que 2016 se presenta como el “Año de las Operaciones de Correlación Adversa”, empezando por los fondos de cobertura que perdieron la mayor cantidad de dinero en cuatro años apostando a estrategias de “momentum” (que apuestan a la continuación de tendencias existentes en el mercado). Mientras el S&P 500 subía 15 por ciento a partir del 11 de febrero, los inversores casi dejaron de hacer operaciones: el volumen bajó 20 por ciento desde que el índice tocó fondo.

Lo que debería haber sido una oportunidad para que los gerentes de cartera se recuperaran del peor comienzo de año de que se tenga registro ha sido en cambio una oportunidad perdida. En muchos aspectos, pone de relieve un patrón que se repite prácticamente desde que empezó el mercado alcista hace más de siete años… y, para algunos inversores, es lo que hará que las acciones sigan subiendo.

“Ese escepticismo es alcista”, dijo telefónicamente Alec Young, estratega de inversiones de OppenheimerFunds Inc. en Nueva York. “El escepticismo, la salida de fondos, el vender antes de que el precio empiece a caer… ese tipo de cosa suele sostener las acciones. Es discutible si es porque las acciones no bajan debido a que hay ofertas o porque las acciones pueden moverse al alza, pero es una influencia alcista”.

Para los gerentes de cartera, nada respecto del panorama accionario de 2016 es acogedor. El S&P 500 cayó en cuatro de las primeras seis semanas del año, perdiendo 11 por ciento conforme se desplomaba el petróleo y crecía la preocupación por las utilidades de los bancos. En los dos meses y medio transcurridos desde entonces, el índice subió en ocho de once semanas, coronando la mayor recuperación trimestral de que se tenga registro. El indicador trepó 0,4 por ciento a las 10:15 en Nueva York.

Acertar en todo en un mercado de este tipo era casi imposible y sólo el 19 por ciento de los fondos comunes de inversión superaron al S&P 500 en ese período, el porcentaje más bajo desde por lo menos 1998, mostraron las investigaciones de Bank of America Corp.

“El mercado tuvo un movimiento muy grande y no fue algo que beneficiara a la mayoría de los inversores”, dijo telefónicamente Tom Lee, socio gerente y cofundador de Fundstrat Global Advisores LLC en Nueva York. “Cuando las acciones alcanzan nuevos máximos, la gente tiene que aceptarlo y posicionarse adecuadamente”.

Hasta ahora, la reacción de los inversores es ponerse a la defensiva. El efectivo en poder de los fondos de todo el mundo aumentó a un promedio del 5,4 por ciento de los activos desde mediados de abril, según una encuesta de Bank of America a gerentes de cartera que administraban un total de US$493.000 millones. Eso supera el promedio de tres años de 4,8 por ciento y representa un aumento respecto del mes anterior.

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