Su nombre es Gerry O´Reilly y trabaja en Vanguard. Los inversionistas, impulsados por pruebas de que hasta los mejores gestores activos tienen problemas para superar al mercado, se volcaron en masa a fondos de índices como el de O’Reilly. Como consecuencia de ello, Vanguard, pionero en la inversión en índices, actualmente es la administradora de fondos comunes de inversión más grande del mundo, con más de US$3 billones en activos.
Gerry O’Reilly no se inmutó con el Brexit.
En la mañana del viernes que siguió a la votación del Reino Unido para abandonar la Unión Europea, el gestor del fondo común de inversión más grande del mundo estaba en el recinto de operaciones de Malvern, Pensilvania, mirando los números que aparecían en las cuatro pantallas que tenía delante. Las acciones bajaban 8 por ciento en Europa y 3 por ciento en los EE.UU. O’Reilly no parecía estresado. “Para lo que hacemos nosotros, no es algo de mucho peso”, dice.
Ello se debe a que la función de O’Reilly en Vanguard Group es seguir al mercado, no evitar la volatilidad. Todos los días de operaciones, se asegura de que el Fondo Vanguard Total Stock Market Index de US$450.000 millones tenga un desempeño similar al de su índice de referencia de 3.600 acciones. Eso significa poseer acciones ya sea que se desplomen, suban o queden sin cambios.
O’Reilly administra mucho dinero. Además de gestionar el fondo común de inversión más grande, supervisa el tercer mayor fondo que cotiza en bolsa y otros 16 fondos. Es responsable por un total de activos de US$800.000 millones.
Los inversionistas, impulsados por pruebas de que hasta los mejores gestores activos tienen problemas para superar al mercado, se volcaron en masa a fondos de índices como el de O’Reilly. Como consecuencia de ello, Vanguard, pionero en la inversión en índices, actualmente es la administradora de fondos comunes de inversión más grande del mundo, con más de US$3 billones en activos.
A los fondos de índices a menudo se los denomina “inversiones pasivas”, pero no hay nada particularmente pasivo en lo que hacen todos los días O’Reilly y sus colegas de Vanguard.
Joe Brennan, responsable del grupo de índices accionarios de la firma, compara la gestión de un fondo de índices con un juego de dardos en el que tanto el jugador como el blanco están en constante movimiento. El dinero entra a los fondos de Vanguard casi todos los días y hay que ponerlo a trabajar. Los fondos deben estar en consonancia con cientos de pequeños movimientos de los índices subyacentes, causados por medidas de las empresas como adquisiciones y emisiones de acciones. “Tenemos que ofrecer perfección todos los días”, dice Brennan. “A veces hay que brindar algo más que la perfección”.
En teoría, lo más que puede hacer un fondo de índices es el retorno del índice de referencia menos la comisión del fondo. En realidad, un fondo incurre en costos adicionales derivados de la negociación y transacciones que pueden ampliar el diferencial entre los retornos de un fondo y los de su referencia. El éxito o el fracaso se miden en diminutos incrementos. “Para nosotros, un punto básico tiene una importancia enorme”, dice O’Reilly.
Los mejores gestores de fondos de índices encuentran pequeñas maneras de lograr alzas adicionales mientras siguen un índice de referencia. En los últimos cinco años, el fondo Vanguard Total Stock Market estuvo por debajo de su índice un promedio anual de sólo un punto básico, o 0,01 por ciento, aun cuando cobra un ratio de gastos de 0,04 por ciento en su clase de acciones institucionales.
¿Cómo obtiene el fondo el retorno adicional? Gana algo de dinero prestando las acciones a vendedores en corto. El año pasado ganó unos US$95 millones, o 2 puntos básicos, con eso. El resto proviene de una negociación inteligente.
Los operadores de Vanguard caminan continuamente por la cuerda floja. Por un lado, quieren estar lo más cerca posible de sus índices. Por otro, quieren comprar y vender a los mejores precios sin permitir que otros participantes del mercado saquen partido de su necesidad de tener todos sus activos invertidos. Y, aunque trata de ser astuto para decidir dónde y cuánto invertir, el equipo de acciones de Vanguard no quiere pasarse de listo. “No queremos asumir un riesgo arbitrario”, dice Ryan Ludt, co-responsable de negociación de acciones estadounidenses. “Mi tarea es no tratar de predecir el mercado para tener un desempeño superior”.