Publicidad
La trastienda del fracaso de las negociaciones entre el Grupo Luksic y el Banco Central por el pago de la deuda subordinada Hay quienes apuntan a motivos políticos: Vergara no podía ser visto como dándole una mano al holding más rico de Chile

La trastienda del fracaso de las negociaciones entre el Grupo Luksic y el Banco Central por el pago de la deuda subordinada

Iván Weissman S
Por : Iván Weissman S Editor El Mostrador Semanal
Ver Más

Las conversaciones secretas con el Instituto Emisor las llevó Rodrigo Manubens, gerente general de LQ Inversiones, la sociedad madre que controla Banco Chile. Hubo varias reuniones y presentaciones detalladas. Luksic hizo la oferta respaldado por varios informes en derecho que compartieron con el Banco Central. La respuesta del ente emisor se hizo a través de una carta de carácter reservado y de la cual aún no se revela el contenido. Se estima que la diferencia entre aceptar la oferta de la matriz del Banco Chile y seguir cobrando los intereses era de US$ 15,3 millones, aunque hay quienes discuten esa cifra y hacen hincapié en que para el Central es relevante que actualmente el valor económico del banco sea mayor al valor libro. Es la primera vez que el BC rechaza una oferta de pago anticipado del total de la deuda subordinada que, además, incluía los intereses devengados. En su momento el Banco Central aceptó fuertes quitas y pérdidas cuando el BBVA, Santander y CorpBanca saldaron la deuda subordinada del BHIF, Banco Santiago y el de Concepción, respectivamente.


El fantasma de la crisis financiera de 1982, que casi hace quebrar al país, sigue penando al mercado financiero.

De acuerdo a cifras oficiales, entre 1982 y 1983 el PIB cayó en casi 17%, subiendo el desempleo a más de 20%. La Superintendencia de Bancos estimó en su momento que, para el sistema bancario como un todo, la cartera mala no provisionada en un momento llegó a representar más del 200% del capital total de los bancos.

El Gobierno salió a rescatar a la banca y prácticamente la nacionalizó. El resultado fue que los bancos adquirieron una deuda con el Banco Central, la cual se amortizaría mediante utilidades futuras –la denominada deuda subordinada–.

Y es esa la deuda que, la semana pasada, la matriz del Banco Chile ofreció pagar en su totalidad, intereses incluidos, pero, para sorpresa del Grupo Luksic y el mercado, el instituto que preside Rodrigo Vergara dijo “NO”. El monto total sumaba US$ 526 millones.

Era la segunda vez en 17 años que el Banco Central de Chile le decía que no a la familia más rica de Chile. En 1999 había rechazado la oferta de los Luksic por el Banco Santiago y prefirió la operación que ofreció el Banco Santander.

Trastienda de una negociación fallida

La decisión del Banco Central fue una sorpresa amarga para el controlador del Banco Chile, que generó incredulidad y mucha molestia.

Fuentes que conocen el detalle de las conversaciones afirman que al interior de la matriz les cuesta entender la lógica de la negativa, cuál es la verdadera razón del fracaso de las negociaciones.

Las conversaciones secretas con el Instituto Emisor las llevó Rodrigo Manubens, gerente general de LQ Inversiones, la sociedad madre que controla finalmente Banco Chile. En la cocina de las decisiones participaron, además de Andrónico Luksic, Pablo Granifo, Francisco Pérez Mackenna y Arturo Tagle, aunque era Manubens el que manejaba todos los detalles.

El Mostrador Mercados pudo confirmar que hubo varias reuniones y presentaciones detalladas al Banco Central. La propuesta final fue en una carta en la cual, además, de adjuntaban las detalladas presentaciones, gráficos, estudios y análisis detrás de lo que ofrecía la matriz del Banco Chile.

Asimismo, fuentes revelan que Luksic hizo la oferta para pagar la deuda subordinada apoyado por varios informes en derecho que compartieron con el Banco Central. Estos informes fueron realizados por los bufetes más importantes de la plaza y daban el respaldo legal a la propuesta que se presentó. Este medio no pudo descubrir quiénes fueron los abogados detrás de los referidos informes. Eso sí, fuentes que conocen la estrategia legal afirman que, entre las opciones que se les presentaron a Luksic y su grupo de ejecutivos más cercanos, se incluyó un análisis sobre la posibilidad de que el ente emisor dijera que no, así como su fundamento legal.

La respuesta del Banco Central se hizo a través de una carta de carácter reservado y de la cual aún no se revela el contenido.

Lo que hace ruido al Banco Chile y su matriz es que la diferencia entre aceptar la oferta que hicieron y seguir cobrando los intereses (UF +5%) por los próximos tres años, hasta que se termine de pagar la deuda, sería de no mucho más de US$ 15,3 millones. Los intereses de este año estarían sobre US$ 526 millones, el año próximo US$ 300 millones, en tanto que en 2018/2019 los intereses serían sobre una deuda de alrededor de US$ 100 millones.

«Al respecto, es importante tener presente que, si bien esta legislación establece expresamente la posibilidad de extinguir la obligación subordinada mediante la aplicación de pagos anticipados, también confiere explícitamente al Banco Central la facultad de rechazar ofertas de prepago que le puedan ocasionar un detrimento económico», explicó el BC en un comunicado.

Pero los US$ 15 millones no son una cifra significativa ni para el Banco Central ni para el Grupo Luksic, y de ahí que la explicación del ente emisor, en el sentido de que la oferta de prepago le ocasionaría un detrimento económico, no hace mucho sentido al interior del holding ni en el mercado.

En todo caso, hay quienes discuten esa cifra y dicen que el monto depende de una serie de supuestos. También hacen hincapié en que para el BC es muy relevante que actualmente el valor económico del banco sea mayor al valor libro.

El ex consejero del Central pone énfasis en que, en el comunicado del viernes, dicha entidad resalta que «la normativa que rige esta materia fue especialmente diseñada para evitar perjuicios económicos al Banco Central de Chile, ya que tiene su origen en la ayuda que el Instituto Emisor debió prestar al sistema bancario con motivo de la gran crisis financiera de los años 1982 y 1983».

Y agrega: «Esta ayuda se tradujo en un acceso a financiamientos en condiciones que significaron un alto costo económico para el Banco Central, que se arrastra hasta el día de hoy en sus estados financieros, y para el Fisco”, indicando que “en consecuencia, dado que la normativa legal y contractual aplicable en esta materia exige que el pago anticipado de la deuda no perjudique económicamente al Banco Central, el Consejo no podía sino rechazar la propuesta recibida, en cumplimiento de su deber de resguardar el patrimonio e interés público que representa”.

En la industria y al interior de la matriz del Banco Chile, empero, no dejan de mencionar que es la primera vez que el Banco Central rechaza una oferta de pago anticipado del total de la deuda subordinada que, además, incluía los intereses devengados. Y es por eso que ven en el procedimiento y la decisión del Central una situación “atípica”.

En su momento el Instituto Emisor aceptó fuertes quitas y pérdidas cuando el BBVA, Santander y CorpBanca saldaron la deuda subordinada del BHIF, Banco Santiago y el de Concepción, respectivamente.

Se estima que CorpBanca terminó pagando menos del 10% de la deuda que heredó al comprar Banco de Concepción, el Santander alrededor del 40% cuando se quedó con el Banco Santiago y que el Banco Central recuperó tan solo el 20% de lo que le debía el BHIF cuando lo compró el BBVA.

Los únicos que pagaron todo fueron el BCI y el Edwards (previo a pasar a formar parte del Banco Chile).

Ahora bien, al menos un economista que trabajó en el Banco Central durante ese periodo, señala que las condiciones actuales son completamente diferentes y que se está tratando de comparar «peras con manzanas». «Las negociaciones anteriores no tienen nada que ver con lo que probablemente se conversó ahora. Los riesgos eran otros, la economía era más vulnerable y la banca era más débil. Pero, sobre todo, el valor libro era superior al valor económico, por lo que era un escenario completamente distinto», recalca.

El fantasma del Caso Caval

Hay quienes apuntan a motivos políticos detrás de la decisión del organismo que lidera Vergara. El argumento es que el Banco Central, a pesar de ser independiente del Gobierno de turno y respetado por su institucionalidad y capacidades técnicas, no podía ser visto como dándole una mano al holding más rico de Chile, aunque fuese solo US$ 15 millones. La principal razón: Caso Caval.

Aunque esa visión no es unánime, sí suena fuerte en actores influyentes del mercado, un ex consejero del banco y entre algunos de los ejecutivos cercanos a Andrónico Luksic.

El Banco Central en su comunicado deja las puertas abiertas a nuevas ofertas, pero desde holding controlador del Banco Chile descartan que algo pase antes de 12 meses.

Lamentan la oportunidad perdida, al tiempo que creen que habría sido una señal potente para la economía y el mercado que el banco más grande de Chile se sienta suficientemente sólido para estar dispuesto a hacer un pago superior a 500 millones de dólares en momentos en que la economía sigue sin levantar cabeza y en que las confianzas permanecen mermadas.

Publicidad

Tendencias