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Los Fondos de Inversión Privados que armó Claudio Santander con capital de médicos para financiar al holding Masvida Eran tentados a invertir en instrumentos gracias a las altas rentabilidades prometidas

Los Fondos de Inversión Privados que armó Claudio Santander con capital de médicos para financiar al holding Masvida

Enrique Elgueta
Por : Enrique Elgueta Periodista y consultor senior en Comsulting.
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En 2012 el grupo creó MV Financial Gestión, firma responsable de la administración de 12 fondos privados para invertir en activos inmobiliarios, equipamiento médico e incluso instrumentos de deuda emitidos por las mismas empresas del holding, en particular de las clínicas. Ejecutivos de Masvida llamaban a sus socios a hacer inversiones en estos fondos, estimando retornos de hasta 9%. Lograron captar más de 220 aportantes y recursos por algo más de $25 mil millones. Por estos días, accionistas del grupo ven con preocupación esta situación, pues temen por el destino de tales recursos.


“Estos fondos tendrán características de renta fija, con plazo entre dos y cinco años y una proyección estable de utilidades, que los hace instrumentos muy interesantes, especialmente para inversionistas de mediano plazo que buscan evitar los riesgos de la renta variable o diversificar su inversión”. Así era como se presentaban los fondos de inversión privados (FIP) que estaba armando Masvida para financiar las necesidades de capital de sus empresas relacionadas, con recursos provenientes de sus socios médicos.

Todos ellos, vehículos que se desprendieron de MV Financial Gestión, otra de las sociedades coligadas del holding y cuya misión era administrar estos fondos. En total fueron 12, pudiendo captar recursos del orden de $25 mil millones, con rentabilidades esperadas por sus propios ejecutivos de hasta 9% anual.

MV Financial Gestión es una empresa distinta a MV Financial Services –una de las cuatro filiales principales del conglomerado junto a MV Clinical, la isapre Masvida e Infovida–, pues la primera solo tenía la misión de administrar estos fondos, mientras la segunda era en la práctica el brazo a través del cual la isapre les traspasaba fondos a sus clínicas, principal razón que explica el descalabro económico de esta última.

Esta pequeña gestora, MV Financial Gestión, fue creada el 1 de marzo de 2012 por Edmundo Soto y Matías Kunstmann, ambos socios de SCK Consultores, firma que prestó durante los últimos años asesoría jurídica y tributaria al grupo. Cada uno aportó $5.000 y constituyeron un directorio compuesto por tres miembros: Claudio Santander, presidente del holding Masvida; Erwin Sariego, gerente general; y José Bäuerle, ex gerente de finanzas. Este proceso, en todo caso, no era más que a un trámite, pues al cabo de ocho días la propiedad de esta empresa quedó en manos del conglomerado, el cual terminó capitalizándola con $49,5 millones.

Este fue el primer paso para que al cabo de pocas semanas este grupo de ejecutivos se propusiera alentar la inversión de sus médicos en sus distintos vehículos.

“Los FIP están dirigidos, de manera preferente, a los médicos socios pertenecientes a las Sociedades de Inversión en Salud, accionistas de Masvida, con el propósito de ofrecer alternativas de inversión de renta fija, mejores o más rentables que las alternativas que ofrece el mercado financiero”, dicen las presentaciones que en 2012 se hacían a los médicos del grupo.

Los activos subyacentes de estos vehículos estaban concentrados en Masvida. De los 12 vehículos, había fondos de contratos de arriendo de equipamiento clínico, requeridos por las clínicas para su desarrollo, los que eran financiados mediante operaciones de leasing, y fondos de inversión que invertían en la misma deuda emitida por las firmas del holding, principalmente clínicas.

Uno de estos vehículos era MV Deuda Corporativa Global, el cual tenía como propósito la adquisición de pagarés y otros instrumentos de deuda emitidos por MV Financial Services Group, los que a su vez provenían de las coligadas Masvida Inversiones y MV Clinical. La rentabilidad generada por estos instrumentos se invertiría a su vez en depósitos bancarios, en más deuda del conglomerado o sería entregada en cuenta corriente a MV Financial Services Group, con la condición de que la cuenta se liquidase al final de la vigencia del fondo.

Entre los accionistas del holding afirman que los médicos eran tentados a invertir en instrumentos gracias a las altas rentabilidades que se esperaban de esta inversión. En efecto, en la memoria de 2013 de MV Financial, Bäuerle se refiere a estos vehículos de inversión señalando lo siguiente: “Nuestros médicos socios tendrán la opción de invertir en estos Fondos de Inversión Privados destinados a la Renta Inmobiliaria cuyas rentabilidades esperadas están en torno al 9 % anual, con contratos de arriendo expresado en UF”.

En otros vehículos se trazaron rentabilidades anuales de 8,5% y de UF+4,5%, logrando captar aportes de $25 mil millones más otros expresados en UF11.000 ($256,4 millones de entonces), con más de 220 aportantes.

Edmundo Soto –entonces asesor del grupo Masvida–, junto a Bäuerle, se refería a las bondades de estos vehículos. Según él, una de las ventajas para invertir en ellos eran los beneficios tributarios potenciales para los inversionistas, pudiendo mejorar la rentabilidad esperada. Además, estas vías de inversión estarían ligadas al crecimiento y operación de la red de clínicas Masvida y se harían en activos ligados al holding, por tanto, “el accionista podrá tener la tranquilidad de entender fácilmente los elementos y circunstancias que puedan afectar una potencial inversión”, dice una de las presentaciones de estos fondos.

En el entorno de SCK Consultores, firma de asesoría jurídica y tributaria, de la cual Kunstmann y Soto son socios, afirman que estas presentaciones se hacían con tal de informar y explicar el funcionamiento de los fondos de inversión privados a los médicos, pero su participación no tuvo que ver en la captación y gestión de tales fondos. Si bien constituyeron la gestora, una vez que hicieron el traspaso a Masvida, no se relacionaron más con estos vehículos. Sus gestiones fueron solo parte de los servicios que hacían a Masvida en calidad de clientes de SCK.

Los 12 fondos y las advertencias de Bäuerle

Ya a fines de 2013, MV Financial tenía 12 vehículos bajo su haber.

Cinco fondos de inversión de deuda corporativa con 140 aportantes y stock de inversiones de $2.068 millones, con vencimiento para 2014 y distribución de dividendos en forma trimestral, más una rentabilidad de 8,5 %. Según afirman fuentes cercanas a Masvida, dicha rentabilidad habría consistido en retornos estimados por el holding.

Otros dos fondos de leasing con 22 aportantes y stock de inversiones UF 11.000, con vencimiento para noviembre del año pasado, también con repartos de dividendos de forma trimestral, más retornos estimados en UF+4,5%.

A ellos se sumaron cuatro fondos de inversión privados con 58 aportantes y un stock de inversiones de $2.554 millones, reinvertidos en la compra de equipamiento médico bajo la modalidad de leasing y compra de deuda corporativa de las clínicas. En este caso, la administración especificaba las bondades de estos vehículos: protección sobre la inflación, alta liquidez, baja volatilidad y beneficios tributarios.

Y, finalmente, un fondo de inversión privado de largo plazo, con un aportante e inversiones por $20.400 millones, también invertidos en la expansión de red de clínicas del grupo.

Todos estos vehículos son distintos a los dos fondos de inversión privados dueños del Centro Médico de Manuel Montt y de la Clínica Universitaria de Concepción. En ambos, Empresas Masvida fue aportante y la administración estuvo en manos de AD Capital, firma gestionada por Rodrigo Amézaga y Cristián Steffens.

En este contexto, la reciente demanda laboral que presentó Bäuerle contra la isapre Masvida cobra relevancia. En su escrito se define a sí mismo como un ejecutor de las distintas decisiones financieras que tomó el conglomerado, emanadas principalmente de Santander y Sariego, pues manifiesta que él advirtió que el directorio estaba adoptando gestiones de alto riesgo.

En su demanda, Bäuerle especificó que entre sus distintas funciones estaban el “proveer recursos líquidos para apoyar el desarrollo y crecimiento de la red de clínicas a través de MV Financial Service Group S.A, Compañía financiera del grupo, según modelo de financiamiento aprobado por el presidente y el directorio de la isapre y gerente general de la isapre, las decisiones de inversiones en la red clínica y su fuente de financiamiento se decidía en cada clínica o en MV Clinical S.A.” (sic).

Pero también le correspondía la tarea de precaver crisis financieras que pudieran afectar a la isapre Masvida, razón por la cual le advirtió al directorio de los riesgos que se estaban tomando.

“Les informe que el modelo de financiamiento aprobado por el directorio del Holding por cierto tenía riesgos, advirtiendo el agotamiento de este modelo y los riesgos del fuerte aumento de las cuentas por cobrar entre empresas relacionadas, una probable reclasificación de esta cuenta de corto plazo debido a su baja capacidad de cobro, relacionada, con el fuerte aumento de los pasivos de corto plazo de las clínicas del grupo, con evidente incumplimiento de parte de ellas y su efecto directo en registrar provisiones por deterioro de estos activos , derivando en ajustes de patrimonio en la isapre, relevante para efectos de cumplir con el indicador normativo de liquidez ante la Superintendencia de Salud, restricción de los bancos para mantener las líneas de créditos para boletas de garantía , las que son vitales en el cumplimiento de la garantía ante la Superintendencia de Salud y que existiría una probable intervención de la Superintendencia de Salud por este concepto”, consigna la demanda.

Este medio investigó respecto de la liquidación y cierre de estos 12 fondos, sin embargo, no obtuvo información al respecto. Por el contrario, accionistas del holding afirman que médicos aportantes de estos vehículos han querido recuperar su inversión, pero no les ha sido posible y analizan próximos pasos a seguir.

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