
Murió María Noseda, viuda de Anacleto Angelini, patriarcas del imperio Copec
Sobre la fortuna y el ranking Forbes, señaló en 2012 en una entrevista a la revista Capital: «Me carga. Si yo soy una mujer sencilla, mi familia viene del pueblito de Como, donde mi abuelo, cuando yo tenía frío, me hacía una cacerola que tenía hoyitos y brasas adentro para que me calentara. Era un mundo muy sencillo».
En 2013 todo quedó pactado. Una de las mujeres más ricas de Chile, María Noseda, viuda del empresario Anacelto Angelini, patriarca tras el holding Copec, estableció cómo, tras la apertura del testamento de quien fuera su esposo en 2007, manejaría su fortuna. Lo que hoy toma especial relevancia luego que este fin de semana Noseda falleciera, a los 95 años.
Su funeral se realizaría este lunes de forma privada.
Angelini no tuvo hijos y su viuda detentó toda su fortuna, lo que le permitió renakearse en Forbes al año siguiente de la muerte de su marido, ubicándose en el número 1062 con una fortuna estimada de mil millones de dólares (US$1 billion en ingles).
Gran parte de su fortuna, en todo caso, decidió donarla, a través de una serie de fundaciones. Eso no si antes pagar en 2009 el impuesto más alto a la herencia hasta ahora revelado en Chile: US$325 millones.
El testamento de Angelini los dejó a ellos como (Roberto y Patricia) los administradores fiduciarios y de por vida de cada una de esas sociedades, por lo que su viuda no tenía actividades en las compañías.
Copec, Abastible, Pesquera Eperva y Celulosa Arauco son parte de la malla que detentan.
Pero los intereses de Noseda no estaban ahí. La fundación Careno fue la que aglutino parte de los dineros del inmigrante italiano. Cercana a la Iglesia Católica, explicó que una vez que falleciera toda su fortuna personal entonces, ya saldadas cuentas con sus sobrinos, iría a esa obra. Una de sus donaciones más llamativas, una casa de formación de jóvenes a la Fundación Belén Educa. Colaboró además en la construcción de un nuevo pabellón para ancianos de un asilo en la comuna de Pedro Aguirre Cerda. También entregó dineros al Hogar de Cristo, Cristo Vive y otras instituciones más pequeñas.
En Santo Domingo Noseda, por medio de la fundación manejaba además un fundo de más de 400 hectáreas. A través de la fundación parte del paño fue vendido a la Universidad de Harvard, un terreno con potencial agrícola que el centro de estudios ocupa hasta el día de hoy.
Con un bajísimo perfil, la fundación es dirigida por María Magdalena Edwards, quien informa ser gerente de la misma en Linkedin.