MERCADOS
Es la tercera agencia crediticia en rebajar la calificación de Chile en el último año, aduciendo un deterioro en las finanzas de Gobierno y las crecientes presiones para mejorar los servicios sociales, incluidas la salud y la educación. El ministro Felipe Larraín dijo que trabajará para restablecer la calificación del país dentro de cuatro años y anunció medidas de austeridad por más de US$4 mil millones para el período.
El número de personas que trabajan en la administración pública de Chile está disminuyendo al ritmo más rápido en al menos cuatro años, a medida que el nuevo Gobierno del Presidente Sebastián Piñera se esfuerza para reducir el déficit presupuestario. El declive comenzó en abril, solo semanas después de que Piñera asumiera la Presidencia el 11 de marzo.
Sin embargo, busque en otra parte del informe de empleo y verá que los trabajadores asalariados en el sector estatal, una medida más amplia que incluye a profesionales de la salud y la educación, aumentaron a una tasa del 5,1 por ciento anual en junio. Ese nivel es más alto que el de los trabajadores asalariados del sector privado, que aumentó solo un 1,6 por ciento.
Las cifras se conocen pocos días después de que Moody’s se convirtiera en la tercera agencia crediticia en rebajar la calificación de Chile en el último año, aduciendo un deterioro en las finanzas de Gobierno y las crecientes presiones para mejorar los servicios sociales, incluida la salud y la educación.
El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, dijo que trabajará para restablecer la calificación crediticia de Chile dentro de cuatro años y anunció medidas de austeridad por más de US$4 mil millones para el período.
Moody’s dijo que «las presiones sociales para abordar con mayor fuerza las demandas en áreas como la educación y la salud a través del aumento del gasto público plantearán un importante desafío a los esfuerzos de las autoridades para adoptar medidas de consolidación fiscal menos graduales».
Ayer los encendidos ánimos por la clasificación de Moody’s aumentaron aún más la temperatura. Durante la mañana, Ariana Ortiz, analista principal de clasificación de Chile, echó por la borda la versión del propio Sebastián Piñera, y del ministro de Hacienda, quienes habían salido a culpar a la administración Bachelet de la baja en la clasificación de riesgo del país: “El deterioro lo empezamos a observar desde 2010 y fue gradual, pero constante y persistente”, señaló la ejecutiva de Moody’s en una nota de El Mercurio Inversiones.
Por la tarde, Larraín –quien tras la noticia ha articulado una serie de respuestas para explicar la situación, entrevista mediante, e insistiendo en que sí será capaz de recuperar la clasificación de acá a 3 o 4 años, algo que Moody’s puso en duda– salió a responder la tarde de ayer a Ortiz y señaló que la agencia se contradecía. «Moody’s está actuando a destiempo y cuando actúa a destiempo ocurren estas cosas paradojales: que el riesgo de Chile cae justo después que nos rebajan la nota”, precisó.
La disputa por la nota está ciertamente lejos de terminar.
