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Lo que no sabemos del clima nos está matando Opinión

Lo que no sabemos del clima nos está matando

Mark Buchanan
Por : Mark Buchanan Autor del libro "Pronóstico: lo que la física, la meteorología y las ciencias naturales pueden enseñarnos sobre economía".
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Pocos estudios han analizado detalladamente situaciones como el cambio climático, donde la incertidumbre obviamente no puede ser eliminada, y por tanto omitirla sería evidentemente sospechoso. ¿Si todo el mundo acepta que hay incertidumbre, cómo deberían hablar los científicos al respecto?


Durante más de 30 años, los científicos han tratado de informar a los gobiernos y al público sobre la urgente amenaza del calentamiento global, trabajando arduamente —como exigen las normas científicas— por reconocer honestamente los límites de lo que saben. No ha funcionado. Como señala un informe reciente del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, las emisiones de dióxido de carbono han aumentado, no disminuido, incluso en los pocos años después del prometedor Acuerdo de París. Las propias proyecciones de los países para su uso de combustibles fósiles sugieren que las emisiones seguirán creciendo por lo menos hasta 2030, lo que empeorará el problema climático.
Por supuesto, mucho de esto es resultado directo de una campaña de desinformación financiada por los intereses en los combustibles fósiles y los políticos de derecha. Pero, ¿es posible que los métodos de comunicación de los científicos sean parte del problema? Estudios psicológicos demuestran que las personas pueden estar más dispuestas a aceptar un argumento si se expresa con absoluta confianza, libre de incertidumbres. Además, experimentos recientes demuestran que el excesivo esfuerzo de los científicos por ser honestos sobre su incertidumbre puede de hecho hacer que las personas confíen aun menos.

Ahora bien, este hallazgo no es del todo deprimente. También ofrece algunas perspectivas sobre la manera en que los científicos pueden presentar su incertidumbre de una manera menos contraproducente. La clave parece ser darse cuenta de que las personas entienden que el clima no es perfectamente predecible, por lo que esperan escuchar una variedad de posibles resultados. Sin embargo, hacer énfasis en la vasta complejidad del problema solo parece abrumarlas.

Los científicos saben que las personas tienden a aceptar menos un mensaje si lo escuchan acompañado de calificaciones y admisiones de incertidumbre. Por ejemplo, algunos estudios hallaron que los jueces siguen el consejo de los expertos cuando parecen más confiados y seguros. Los testigos suelen ser más convincentes cuando están más seguros de lo que vieron; cuando no, generan dudas.

Sin embargo, pocos estudios han analizado detalladamente situaciones como el cambio climático, donde la incertidumbre obviamente no puede ser eliminada, y por tanto omitirla sería evidentemente sospechoso. ¿Si todo el mundo acepta que hay incertidumbre, cómo deberían hablar los científicos al respecto?

La psicóloga social Lauren Howe y sus colegas llevaron a cabo un experimento con más de 1.000 estadounidenses de todos los espectros sociales y políticos, en el que probaron lo que entendían de los mensajes sobre el futuro aumento en el nivel del mar expresados de diferentes maneras. A algunos se les dio simplemente una única predicción del aumento más probable para 2100; a otros se les dio la predicción más probable y un límite superior e inferior («esperamos que los niveles para 2100 aumenten entre uno y siete pies»). Finalmente, un tercer mensaje señalaba el valor más probable, y añadía una estimación del «peor escenario» de cuánto podrían crecer los niveles convincentemente, además de expresar la idea de que es probablemente imposible pronosticar con precisión todas las consecuencias del aumento en el nivel del océano en vista de tantas incertidumbres actuales, como cuán fuertes y frecuentes serán las tormentas en el futuro.

Un hallazgo alentador es que las personas respondieron de manera positiva a la «incertidumbre con límites» expresada a través de los límites superior e inferior. Las personas estuvieron dispuestas a aceptar ese mensaje incluso mejor que el que se presentó sin ninguna incertidumbre en absoluto. Admitir la incertidumbre ayuda a diseminar el mensaje, me dijo Howe en un correo electrónico, porque genera confianza. Las personas entienden que el clima en un asunto que involucra una incertidumbre inherente, por lo que no admitirla parecería deshonesto.

Menos alentadora, sin embargo, es la manera en que respondieron las personas a lo que, científicamente, se consideraría el mensaje más honesto: admitir que es extremadamente difícil evaluar todos los costos del incremento en el nivel del mar. Es información adicional útil, y sin duda cierta. No obstante, esta expresión de incertidumbre suele incrementar el escepticismo de la audiencia. Admitir demasiada incertidumbre parece hacer que las personas duden de la ciencia y se pregunten si los científicos al menos están de acuerdo entre ellos.

Entonces, ¿qué deben hacer los científicos? La lección es que no deben desaparecer la incertidumbre de sus comunicaciones, sino hablar de ella claramente y, cuando sea posible, ponerle límites cuantitativos. Probablemente llegarán a más personas sin conocimientos avanzados de esta manera. Ahora bien, existe el peligro de que vayan demasiado lejos y se escondan detrás de la increíble complejidad del sistema climático para evitar hacer aseveraciones fuertes. Ese es un lugar cuidadoso y cómodo para los científicos, pero cuando se trata de la incertidumbre imposible de reducir —las «incógnitas desconocidas» del problema climático— hablar al respecto parece confundir a las personas.

«El público parece tener dificultades para entender cómo se puede actuar con esta información», en palabras de Howe. «Piensan: un momento, si los científicos acaban de compartir conmigo este rango preciso de resultados posibles, ¿por qué ahora me dicen que este rango preciso no captura todo lo que podría pasar?».

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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