MERCADOS
Crédito: Aton
El proyecto fue aprobado por 105 votos a favor, superando con creces el quórum de 3/5, 18 en contra y 26 abstenciones, y vuelve a la Comisión de Constitución para analizar las indicaciones presentadas. En la derecha hubo varios matices. Desde la UDI se habló de un “discurso de odio” por parte de la izquierda, mientras en RN insistieron con su indicación propia, bajo el argumento de que la propuesta de la oposición no recauda y “es un gato que no caza ratones». En la oposición hubo emplazamientos múltiples hacia el Presidente Sebastián Piñera, se insistió en que los trabajadores no deben seguir pagando los costos de la crisis, y también se aludió a lo que ocurre en el resto del mundo, donde instituciones como la ONU y el FMI se han hecho eco de la necesidad de establecer un impuesto a la riqueza, y los mismos súper ricos se han abierto a esta idea [ACTUALIZADA]
Con dardos de la oposición al Presidente Sebastián Piñera y a los multimillonarios chilenos que aparecen en el ranking de Forbes, la Sala de la Cámara de Diputados aprobó en general el impuesto al patrimonio de determinadas personas naturales, destinado al financiamiento de una renta básica de emergencia, también conocido como “Impuesto a los Súper Ricos”.
El proyecto fue aprobado por 105 votos a favor, superando con creces el quórum de 3/5, vale decir los votos de 92 diputados. En tanto, hubo 18 en contra y 26 abstenciones. Y si bien se esperaba que quedara hoy despachado de la Sala, la iniciativa vuelve a la Comisión de Constitución para analizar las indicaciones presentadas. “El mecanismo definitivo necesita votos de la derecha (3/5). Seguimos topando en el 2.5% de impuesto patrimonial”, advirtió el diputado Diego Ibáñez (CS).
Se trata, junto al tercer retiro del 10% de otro proyecto que claramente incomoda a La Moneda y de hecho durante su tramitación el Gobierno ya anunció que hará reserva de constitucionalidad para frenarlo. Y a la hora de la votación, el Ejecutivo nuevamente no fue capaz de alinear a los suyos y 26 de sus parlamentarios se pronunciaron por darle luz verde en general.
De las fila de Chile Vamos votaron a favor Pedro Alvarez Salamanca (UDI), Bernardo Berger (RN), José Miguel Castro (RN), Andrés Celis (RN), Sofía Cid (RN), Eduardo Durán (RN), Jorge Durán (RN), Tomás Fuentes(RN), Ramón Galleguillos (RN), René Manuel García (RN), Joaquín Lavín (UDI), Andrés Longton (RN), Miguel Mellado (RN), Celso Morales (UDI), Camilo Morán (RN), Francesca Muñoz (RN), Erika Olivera (RN), Ximena Ossandón (RN), Pablo Prieto (RN), Jorge Rathgeb (RN), Rolando Rentería (UDI), Hugo Rey (RN), Alejandro Santana (RN), Frank Sauerbaum (RN), además de las exUDI Sandra Amar y Virginia Troncoso.
Así fue la votación:
En la derecha hubo varios matices. Desde la UDI se habló de un “discurso de odio” por parte de la izquierda, y así lo graficó el diputado Issa Kort quien señaló que “este proyecto usa el dolor de la gente para reintroducir un desquite ideológico de la izquierda».
Otros, como la diputada RN Ximena Ossandón, destacó que “voy a votar a favor en general de este proyecto, pero espero que lleguemos a un buen mecanismo para lograr el objetivo», al igual como lo hizo el diputado Camilo Morán.
Mientras, el diputado Gonzalo Fuenzalida (RN) quien presentó una indicación que no pasó la valla de la Comisión de Constitución y que fue repuesta en Sala, se mostró escéptico. «La propuesta de la oposición es un gato que no caza ratones», sostuvo, apuntando a que se trata de una iniciativa que no recauda.
La guinda de la torta en el sector la puso el diputado republicano Ignacio Urrutia, quien pidió que el PS y el PC también paguen un impuesto. “El PS le vendió el alma al diablo… porque son socios de Ponce Lerou, yerno de mi general Pinochet”, espetó.
En la oposición apuntaron a la necesidad de establecer un tributo de estas características para ayudar a las familias a enfrentar de mejor manera la pandemia. «No queremos que los trabajadores sigan asumiendo el costo de la crisis sanitaria», dijo la diputada PS Daniella Ciccardini, mientras la autora del proyecto, la PC Camila Vallejo, insistió en que “buscamos una herramienta regulada por ley para que exista más generosidad, una redistribución de una riqueza que está en el país, pero está concentrada».
Desde ese sector hubo emplazamientos múltiples hacia el Presidente Sebastián Piñera. “El Presidente se debía poner a la cabeza de este proyecto e invitar a otros súper ricos a sumarse a la idea, pero en vez de liderar el proyecto ha hecho lo contrario y lo que hace es recurrir al TC”, lamentó el subjefe de la bancada del PS, Jaime Naranjo.
Otros multimillonarios salieron a la palestra, como Julio Ponce Lerou, controlador de SQM, o los Angelini, dueños de Corpesca, dos compañías implicadas en financiamiento ilegal de la política, como recordó el diputado comunista Boris Barrera.
Su colega Karol Cariola, en tanto, apuntó a los Luksic, señalando que “el caso de esta familia es vergonzosa, el aumento de su patrimonio es de 12.500 millones de dólares» y en plena pandemia.
También hubo alusiones a lo que ocurre en el resto del mundo, donde instituciones como la ONU y el FMI se han hecho eco de la necesidad de establecer un impuesto a la riqueza, y los mismos súper ricos se han abierto a esta idea.
«Hay envidia sana ver a 38 multimillonarios del mundo que sí quieren pagar más impuestos y esto es desde antes de la pandemia», comentó el diputado PPD Tucapel Jiménez mientras su colega Gabriel Ascencio (DC) señaló que “en otros lugares del mundo los súper millonarios ruegan a sus gobiernos que les aumenten los impuestos para enfrentar la crisis sanitaria».
“En qué momento si no es en este los súper ricos del país, incluido el Pdte. Piñera, van a devolverle la mano a los trabajadores ¿Por qué no siguen el ejemplo de otros ricos en el mundo en vez de oponerse?”, indicó a modo de resumen el diputado RD Miguel Crispi.
La norma señala que se gravará el patrimonio neto de aquellas personas naturales que, al 31 de diciembre de 2020, tengan domicilio o residencia en Chile y cuya valoración sea superior al equivalente, en pesos chilenos, de 22 millones de dólares americanos.
Por otro lado, la propuesta incorpora un aumento transitorio, que llegará a un 30%, de la tasa del Impuesto de Primera Categoría para mega empresas, consideradas como tal aquellas cuyo promedio de ingresos brutos, percibidos o devengados del giro sea superior a 1.000.000 de UF, considerando los tres ejercicios anteriores a la fecha de publicación de esta reforma.
Además, el proyecto señala que, en este mismo periodo, se terminarán con beneficios tributarios establecidos en la Ley sobre impuesto a la Renta y la exención de impuestos que beneficia a los retiros de los Fondos de Inversión Privado.
