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Informe Gemines: Chile se aleja de un nuevo estallido social por “la moderación de su gente” MERCADOS Crédito: Agencia Uno

Informe Gemines: Chile se aleja de un nuevo estallido social por “la moderación de su gente”

En su nueva versión, el informe dice que en algunas materias estamos peor que antes del estallido social, pero que no ocurrirá de nuevo porque la gente “terminó vacunada con lo que fueron sus consecuencias. Recaer en ello no es muy probable”.


De acuerdo al último informe Gemines, el panorama político chileno parece alejarse de un nuevo estallido social, aunque persiste un marcado descontento.

“Habiendo muchas teorías respecto de las principales cusas del estallido social de hace más de cuatro años, nadie discute que el bajo crecimiento económico y la masiva frustración de legítimas expectativas económicas de la población jugó un papel central. Si bien se evitó un quiebre institucional mayor, gracias a la capacidad del mundo político para canalizar el descontento ciudadano a través del espejismo del cambio constitucional (y a la ayuda de la pandemia), lo cierto es que hoy por hoy no estamos mejor en relación a la situación pre estallido, estamos peor”, dice el informe.

El informe indica que el país fue incapaz de lograr un acuerdo constitucional, que la salud está peor con más listas de espera, que la educación pública está “mal diseñada” y que el país enfrenta una crisis de seguridad “bastante desbordada”. Por lo mismo, se pregunta por qué no ocurre un nuevo estallido social.

La respuesta: “El grado de sabiduría y moderación de su gente. Mientras fuimos víctimas de la captura política derivada del voto voluntario, donde los grupos más politizados, ideologizados y extremos llenaban el debate político del país, se generaba una doble sensación de polarización ideológica y total desconexión de la política con las reales demanda de la población. El voto obligatorio ha develado, con el rechazo de dos proyectos constitucionales partisanos, que el grueso de la población no concurre ni a la ideologización ni a las posturas extremas”.

“¿Significa lo anterior que, hacia delante, lograremos centrar el debate político y construir acuerdos en torno a ideas ponderadas? No necesariamente. Con el rechazo del segundo proyecto de reforma constitucional perdimos una gran oportunidad de realizar correcciones al sistema político-electoral que permitieran corregir la fragmentación política y la capacidad de construir acuerdos. La posibilidad de realizar reformas en esa línea, desde el parlamento, es decir con iniciativa y apoyo de los propios incumbentes, lamentablemente no tiene una alta probabilidad de ocurrencia”, añade.

“La posibilidad de que se mantenga en el tiempo, como sucede por lo demás desde ya hace un largo rato, el que el objetivo de la oposición sea que le vaya mal al gobierno de turno, no es baja. Que ello derive en un desapego creciente, aún mayor al actual, hacia la política y los políticos, es un riesgo latente. Que de ahí se derive hacia un apoyo desesperado por posturas extremas y populistas que apunten a solucionar los problemas que más afectan a la población, donde destaca sin duda la delincuencia, hay solo un paso. Basta observar el contexto político mundial, donde abundan gobiernos autócratas y/o populistas, para darse cuenta que no hay país que esté exento de dicho riesgo”, agrega.

“Con todo, al menos en el mediano plazo, podemos decir que la población terminó “vacunada” con lo que fue el estallido social y sus consecuencias. Recaer en ello no es muy probable, no porque no haya descontento, que lo hay y mucho, sino porque difícilmente dicho descontento podrá ser canalizado hacia la vía violenta conducido por los sectores que quieren cambiar el sistema y refundarlo todo”, cierra.

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