El presidente de la Comisión Nacional de Productividad, Raphael Bergoeing, abordó las estrategias que puede implementar un país para mejorar su productividad, subrayando que “no existe una reforma que sea la bala de plata” para enfrentar los desafíos en este ámbito.
El presidente de la Comisión Nacional de Productividad, Raphael Bergoeing, abordó las estrategias que puede implementar un país para mejorar su productividad, subrayando que “no existe una reforma que sea la bala de plata” para enfrentar los desafíos en este ámbito. A diferencia de la lucha contra la inflación, donde reformas como el Banco Central Autónomo y la Regla Fiscal han sido claves, Bergoeing explicó que en el caso de la productividad se requiere un enfoque más complejo y diversificado.
En conversación con Al Pan Pan con Mirna Schindler, el economista destacó que no hay una única reforma capaz de resolver todos los problemas, sino un conjunto de medidas que deben abordarse simultáneamente. Entre estas, mencionó la necesidad de “doblarle la mano a grupos de interés” que bloquean cambios esenciales, como en el transporte marítimo de carga y el sistema de notarios, sectores que aún están sujetos a protecciones que limitan su competitividad.
Para Bergoeing, dos aspectos son fundamentales para mejorar la productividad: garantizar que el mercado funcione correctamente y fortalecer la institucionalidad en materia de competencia. Si bien reconoció avances en la regulación desde el año 2000, insistió en que Chile debe mantenerse atento a mejorar continuamente en este ámbito.
Además, mencionó dos importantes proyectos que están actualmente en el Congreso. El primero es la “permisología”, una iniciativa del Ministerio de Economía que busca hacer más eficiente la regulación, sin reducirla, y que tendría un impacto relevante en la inversión a corto plazo si se aprueba. El segundo, impulsado por el Ministerio de Hacienda, propone la creación de una agencia para la calidad de las políticas públicas, encargada de evaluar las decisiones gubernamentales antes, durante y después de su implementación.
Finalmente, Bergoeing afirmó que si estos proyectos se concretan para diciembre de 2025, este gobierno habrá logrado un cambio radical en la institucionalidad de política pública en Chile, destacando que estas reformas forman parte de un debate que se inició a comienzos de los 2000 y que responden a necesidades de largo plazo para el país.