Cuando Eike Batista presentó a los inversores ofertas de acciones por US$6.000 millones en los últimos seis años, vendía algo más que su imperio personal que agrupa startups de materias primas. Vendía a Brasil.
Es por eso que, cuando la empresa petrolera de Batista redujo sus metas de producción a menos de seis meses de extraer su primer barril de crudo –profundizando una liquidación que le hizo perder US$15.000 millones de su patrimonio neto y US$21.000 millones de valor de mercado en tres meses- también quedó en duda su visión de Brasil como nueva locomotora de la escena mundial.
Batista, de 55 años, se convirtió en el hombre más rico de Brasil montándose sobre una ola de optimismo sobre las perspectivas del país que culminó con un aumento del 7,5 por ciento del producto interno bruto en 2010. Bajo el gobierno de la presidente Dilma Rousseff, el crecimiento ahora se está estancando por segundo año y se pronostica que llegará al 2 por ciento en 2012, el más lento de los países del BRIC, que integran Brasil, Rusia, India y China.
“Lo que pasa ahora con Eike lamentablemente es un reflejo de lo que pasa en el país en su conjunto”, dijo Simon Nocera, ex economista del Fondo Monetario Internacional, que ahora dirige Lumen Advisors LLC de San Francisco. “Es una de esas historias de auge y caída que vimos en el pasado”.
Conforme los precios de las materias primas entraron en un mercado bajista el mes pasado, los economistas encuestados por el banco central de Brasil rebajaron su pronóstico de crecimiento económico de este año para el país por novena semana consecutiva. Las ventas minoristas cayeron en mayo más que nunca desde 2008 en medio de un aumento de la morosidad entre los consumidores. El índice accionario de referencia de Brasil bajó 23 por ciento desde fines de 2010, y la petrolera de Batista, OGX Petróleo e Gás Participações SA, está entre los mayores perdedores.
Firme propósito
Batista sigue firme en su propósito. Luego de que el precio de las acciones de seis de sus empresas que cotizan en bolsa se recuperó de algunas de sus pérdidas este mes, su patrimonio neto volvió a US$20.700 millones tras caer a US$19.600 millones el 28 de junio, según el Índice de Multimillonarios de Bloomberg. Batista es el 21º individuo más rico del mundo.
“Mi fortuna está en mis activos”, decía un mensaje del 1º de julio de Batista a sus seguidores de Twitter, que suman casi un millón. “¡Como no vendí ninguna acción, no perdí nada!”
Respondiendo por correo electrónico a unas preguntas que se le enviaron, la sociedad controlante de Batista, EBX Group Co., informó que las compañías tienen suficiente efectivo para seguir adelante con un plan de inversiones de US$15.700 millones. Aunque su empresa cotizante más antigua, MMX Mineração e Metálicos SA, no dio ganancias en 2011, la firma produjo 7,5 millones de toneladas de mineral de hierro. OGX, aun cuando no cumplió sus metas, pasó de la creación a la producción en menos de cinco años, algo que Batista calificó de “récord mundial”.
Un dicho popular afirma que Brasil es el país del futuro y siempre lo será. En los últimos seis años, Batista ha tratado de vender la idea de que el futuro de Brasil finalmente ha llegado, según Nocera.
“Fue una maravillosa historia de marketing”, agregó Nocera. “Cuando uno hace muchas promesas, tarde o temprano tiene que cumplir”.
