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Peor desaceleración en Argentina desde el default hace que el gobierno fuerce la mano a los bancos


Las tasas de interés argentinas están cayendo al ritmo más veloz en ocho meses en tanto el gobierno busca impulsar el crecimiento convenciendo a los bancos de reducir los costos del endeudamiento.

La tasa promedio para los depósitos a treinta días bajó 1,75 punto porcentual a 11,4 por ciento el 16 de julio, el día anterior a que el diario La Nación informara, citando a personas no identificadas, que el secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno había pedido a los bancos que redujeran la llamada tasa badlar, la de referencia para los préstamos. La tasa promedio sobre depósitos de plazo similar en Brasil es del 7,8 por ciento.

La caída se produce dos semanas después que los funcionarios del gobierno, en un intento de apuntalar una economía en baja, pusieran techo a la tasa que pueden cobrar los bancos sobre una porción de sus préstamos. La producción industrial cayó más de un 4 por ciento por segundo mes consecutivo en junio, según la mediana de estimaciones de los analistas encuestados por Bloomberg antes del informe del 20 de julio, lo que constituye el descenso bimestral más grande desde 2002, cuando la economía se tambaleaba luego de que el país incumpliera con el pago de una deuda de US$95.000 millones.

“Para proteger el crecimiento, el gobierno no quiere tasas altas”, dijo Maximiliano Castillo, ex gerente del banco central que ahora dirige ACM Consultores en Buenos Aires. “Este tipo de medidas logró algunos objetivos en el corto plazo, pero en el largo plazo la situación estructural persistirá”.

La Asociación de Bancos de la Argentina dijo a través de un correo electrónico que no recibió llamadas de funcionarios del gobierno ni tiene conocimiento de ninguna conversación con los bancos miembros.

Desplome de la badlar

El desplome de la badlar el 16 de julio fue el más grande desde el 18 de noviembre, el día siguiente a que el ministro de Economía Amado Boudou y la presidente del banco central Mercedes Marcó del Pont se reunieran con representantes de la asociación de bancos para insistir en una baja de tasas.

La tasa badlar sobre los depósitos de por lo menos 1 millón de pesos (US$220.000) llegó al nivel más alto en cuatro meses de 13,875 el 6 de julio, el día siguiente a que el banco central anunciara que los mayores bancos del país deberían prestar a las empresas un total de por lo menos 15.000 millones de pesos por tres años a una tasa fija de 4 puntos porcentuales por encima de la tasa badlar promedio en junio, o alrededor del 16 por ciento. Los préstamos deben totalizar el 5 por ciento de los depósitos como mínimo.

En un discurso del 4 de julio, la presidente Cristina Fernández de Kirchner dijo que los bancos no parecen confiar en las empresas locales dado el pequeño porcentaje de los préstamos que va a las compañías. El financiamiento provisto conforme a este programa debe usarse para inversiones que aumenten la producción de bienes y servicios, agregó la mandataria.

Los esfuerzos que habría emprendido Moreno para bajar la badlar son un intento de evitar que los bancos eleven los costos de endeudamiento para otros tipos de préstamos para compensar las tasas más bajas de los comprendidos en la medida del banco central, explicó Franklin Santarelli, analista de Fitch Ratings en Nueva York.

Es improbable que las políticas de tasas de interés del gobierno promuevan el crecimiento en el largo plazo ya que no abordan las políticas que profundizaron la desaceleración, dijo Castillo. “La actividad sufre pero el problema es que no se puede atacar todos los problemas al mismo tiempo sin un cambio de política”, agregó.

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