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Rescate a Chipre: Europa rompe un tabú y deja a inversionistas nerviosos.


Tan chica la isla y tan poderoso el impacto en los mercados.

El anuncio del presidente del Eurogrupo, el holandés Jeroen Dijsselbloem, de que el acuerdo de rescate a Chipre serviría como un ejemplo para futuros rescates tiene a los inversionistas en un estado de casi pánico.

Tal fue el impacto en los mercados -y en las capitales de Europa- que propio Dijsselbloem tuvo que salir a negarlo y decir que el acuerdo es "una solución única" y no un "patrón" para futuras intervenciones en bancos con problemas. Su portavoz insistió en que el presidente del Eurogrupo no utilizó en ningún momento la palabra "patrón" o "modelo" ("template", en inglés), pero tampoco descartó la posibilidad de que se repitan en otros casos de reestructuración bancaria las pérdidas que sufrirán accionistas, bonistas y los depósitos de más de 100.000 euros en Chipre.

Hasta ahora, las instituciones europeas y los gobiernos de la eurozona han insistido en que la situación de la isla mediterránea no se puede comparar con la de ningún otro país del bloque, dado, entre otras cosas, el tamaño de su sector bancario con respecto a la economía nacional.

Las declaraciones calmaron a poco y menos las creen. Ahora el debate quien será la próxima víctima de la crisis. El acuerdo logrado en Bruselas golpea con fuerza a los bonistas y las personas con depósitos no asegurados (los de mas de 100.000 euros) sufrirán fuertes pérdidas.

El consenso entre los economistas es que las medidas tomadas en Chipre deja a los inversionistas nerviosos que ellos sufrirán consecuencias similares si Slovenia, Italia, España o incluso Grecia caen en una situación crítica en la que la eurozona tendría que rescatarlos.

Y lo más peligroso, explican los expertos, es que hay un riesgo que las corridas bancarias y un desplome del mercado de bonos se gatille el minuto que una de esas economías pida ayuda o un nuevo rescate.

La agencia Fitch informó hoy de que mantiene la alerta sobre las calificación de las empresas en la designación geográfica de Europa, África y el Medio Oriente debido a las restricciones en los movimientos de capitales en Chipre.

En su comunicado, Fitch advirtió de que "nos mantenemos en alerta, todavía, ya que este precedente podría crear otras formas de controles de capitales, en el ámbito de la zona euro y será objeto de una revisión.

Según la agencia de calificación, el mayor riesgo que puede surgir de la crisis chipriota para las empresas EMEA es el precedente del control de retiro de depósitos, que podría hacer aumentar la desconfianza.

Indicó asimismo que "continuará observando el contexto en el que estos controles son establecidos por los legisladores de la zona del euro en las próximas semanas".

Los bancos de Chipre permanecen cerrados desde el sábado 16 de marzo, y desde entonces el único acceso a dinero en metálico ha sido a través de los cajeros automáticos, aunque con limitaciones en los importes.

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