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Europa apunta a cambiar de rumbo y poco a poco se aleja de las políticas de austeridad


Europa podría acelerar un alejamiento de su agenda de austeridad prioritaria esta semana conforme el nuevo gobierno italiano cambia de rumbo y el pacto de inversión entre Alemania y España subraya una nueva concentración en combatir un desempleo récord.

La asunción del primer ministro italiano Enrico Letta pone fin a una parálisis política nueve semanas después de que los votantes rechazaran el rumbo de recortes presupuestarios del país. Por su parte, el Banco Central Europeo podría reducir las tasas en una reunión a realizarse más avanzada la semana.

“Hay que reaccionar a la realidad económica. Eso hacemos en Alemania”, dijo Schaeuble la semana pasada en Berlín a miembros de la Unión Cristiano-Demócrata de la canciller Angela Merkel. “No somos burocráticos; no somos estúpidos”.

El nuevo gobierno italiano asegura que desmantelará partes del proyecto de recortes presupuestarios del ex primer ministro Mario Monti, lo que abre un nuevo frente en el debate sobre la política de austeridad que impulsa Alemania para superar la crisis de la deuda del bloque. Mientras los 17 países que integran la zona del euro continúan sumidos en la recesión, los gobernantes europeos se suman a las críticas globales que instan al bloque a dedicar más recursos a impulsar el crecimiento económico.

Los bonos italianos se fortalecieron la semana pasada por cuarta semana consecutiva y los rendimientos a 10 años cayeron por debajo de 4 por ciento por primera vez en casi dos años y medio. Conforme llegaban a su fin dos meses de parálisis política, también se especulaba sobre una posible reducción de tasas por parte del BCE.

La prueba italiana

Letta, del Partido Democrático, tiene 46 años y es el tercer gobernante italiano más joven desde la Segunda Guerra Mundial. Llegó al poder tras anudar una alianza con el ex primer ministro Silvio Berlusconi y reformular la coalición que apoyaba a Monti.

Una de las primeras pruebas de la nueva asociación puede ser un impuesto inmobiliario que Berlusconi ha prometido eliminar. Berlusconi dijo este fin de semana que Letta había acordado la abolición de la medida para primeras viviendas y el reembolso del pago del año pasado, una medida que podría costar unos 8.000 millones de euros (US$10.400 millones). Letta no ha confirmado el acuerdo y su primera reunión de gabinete no abordó ese tema, según su oficina.

La eliminación del impopular impuesto constituiría un desafío a los gobernantes europeos que prefieren un ajuste fiscal en momentos en que éste es blanco de crecientes críticas por agravar la tensión económica. El presidente de la Comisión Europea, José Barroso, generó un debate la semana pasada al decir que, si bien la consolidación es necesaria, los recortes presupuestarios se agotaron.

“Estamos llegando a los límites de las políticas actuales”, dijo Barroso hace una semana en Bruselas.

Si bien las declaraciones enfurecieron a legisladores alemanes de la coalición de Merkel, el gobierno alemán dijo que la posición de Barroso coincidía con Berlín y destacó que Europa debe ser flexible en su forma de reaccionar a los problemas económicos.

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