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Opinión: Visiones para la Planificación del Crecimiento de la Ciudad


Carlos Basch, Gerente General de Parque Cousiño Macul

La ciudad de Santiago enfrenta hoy un gran crecimiento de su población, una disminución en el tamaño medio de los hogares y un aumento de ingresos familiares, todos elementos que juntos generan una fuerte demanda por viviendas, servicios, infraestructura y transporte público. Esta situación representa un importante desafío para las autoridades a cargo de la planificación de la ciudad, dado que en general una mayor densidad de población trae aparejada una menor calidad de vida y un peor índice de habitabilidad de las ciudades.

Parece a priori atractivo aumentar los radios urbanos de las ciudades para así permitir que las densidades de éstas bajen, no obstante, esta solución para una ciudad como Santiago puede ser costosa, incluso para sus habitantes que tendrán que enfrentar, por ejemplo, mayores tiempos de desplazamiento. Existen por otro lado modelos de ciudades bastante densas, aunque no tanto como Santiago, con excelentes índices de habitabilidad, como Singapur, Londres y Hong Kong. Naturalmente lograr estos índices ha significado una gran inversión económica. Encontrar el punto de equilibrio más adecuado ha sido materia de innumerables debates entre expertos urbanistas y de otras disciplinas.

La solución presentada por las autoridades a esta demanda es la modificación número 100 al Plan Regulador Metropolitano de Santiago, PRMS 100, que ampliará el radio urbano de la capital en 10.234 hectáreas. La iniciativa no sólo expandirá los límites de la ciudad, sino que es un plan integral que destina un 25,1% de la nueva superficie a áreas verdes, obliga a los urbanistas a proveer servicios e infraestructuras e incluso reserva un mínimo del 8% de la superficie a viviendas sociales y un 6% a equipamiento. Sin embargo, la aprobación e implementación definitiva del mencionado plan, que ya pasó por Contraloría y fue enviado al Congreso, se ve entrampada debido al gran número de autoridades e intereses divergentes involucrados.

Una de las soluciones que se han esgrimido para coordinar el crecimiento de las diferentes comunas es tener una sola autoridad metropolitana y crear la figura de un alcalde mayor, como existe actualmente en Londres, Nueva York, París, Madrid o Sao Paulo. Un alcalde mayor unificaría competencias y recursos actualmente dispersos en diferentes ministerios y en las 37 comunas del Gran Santiago, permitiéndole planificar el crecimiento de la ciudad con criterios técnicos en temas clave como desarrollo sustentable, recuperación de barrios y transporte urbano.

También debemos tomar en cuenta que un alcalde mayor puede ser un actor clave para llevar a la práctica los objetivos de la nueva Política Nacional de Desarrollo Urbano, la cual todavía no cuenta con una institucionalidad capaz de hacerla realidad. Recordemos que estos objetivos son mejorar la integración social, para terminar con los bolsones de pobreza, inseguridad y hacinamiento, además de fortalecer el desarrollo económico, el equilibrio ambiental y la protección del patrimonio, objetivos que requieren de una autoridad revestida de recursos y dotada de una visión integradora.

Por lo pronto, los habitantes de Santiago tienen la posibilidad de escoger entre vivir dentro del radio de Américo Vespucio para evitar los largos traslados o conseguir viviendas con más terrenos en las comunas periféricas. Muchos ya está aburridos del antiguo urbanismo de los suburbios en la periferia, por lo que la tendencia como en mucho países desarrollados es acercarse al centro o a sectores conectados dentro de la ciudad para vivir a escala humana, con la posibilidad de realizar viajes a píe, aunque tal vez con viviendas de menor tamaño.

Este nuevo paradigma requiere algo más que las soluciones simplistas que sólo consideran la densificación o construcción en altura o sólo extensión hacia la periferia. Existe amplia demanda para ambas propuestas y matices que deben considerar también potenciar la reconversión de sectores de bajos recursos, donde hoy la gente no busca vivir por ser áreas poco atractivas, para transformarlas en subcentros que descongestionen la ciudad ofreciendo una variedad de tipos de viviendas y servicios, con buen equipamiento, infraestructura y fuentes laborales.

Estos subcentros representan una solución clave para nuestra ciudad, pero su creación requiere de incentivos para construir y potenciar dichas áreas. Sólo una autoridad como un alcalde mayor puede tener la visión de conjunto y la capacidad de asignación de recursos para hacerlos realidad. La necesidad de pensar nuestra ciudad de forma integral es apremiante, y necesitamos responder a este desafío, que trascenderá a la aprobación de este PRMS100.

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