Hace 18 meses, los inversores en bonos apostaron US$1.100 millones al objetivo de Eike Batista de transformar su compañía petrolera en un lucrativo motor para su imperio de materias primas. Después de apenas dos pagos de intereses, los acreedores se preparan para el mayor impago empresarial de América Latina.
OGX Petróleo e Gás Participações obvió ayer un pago de cupón de US$45 millones de sus pagarés de 8,375 por ciento con vencimiento en 2022, lo que llevó a Standard Poor’s a asignar su calificación de impago a la compañía y los bonos. Si bien Moody’s Investors Service y Fitch Ratings dijeron que darían a OGX un período de 30 días de gracia antes de declarar un impago, S&P ya estima que la compañía petrolera también dejará de pagar intereses en diciembre sobre sus US$2.600 millones de deuda con vencimiento en 2018.
El pedido de Batista de que los acreedores, que encabeza Pacific Investment Management, proporcionen US$500 millones más en efectivo junto con una quita de deuda a los efectos de mantener OGX a flote es un escollo que reduce la probabilidad de que la compañía firme un acuerdo para evitar la quiebra, dijo Espírito Santo Investment Bank. OGX necesita el dinero para poder operar el tiempo suficiente para empezar a extraer petróleo de su último campo viable luego de que pozos anteriores no alcanzaran los objetivos de producción. Los bonos de OGX han caído 74 centavos desde enero, la mayor cantidad entre los mercados emergentes, a unos 15 centavos por dólar.
“Siempre que se pregunta a acreedores si aceptarán un recorte para aportar más dinero, se hace en extremo difícil hacer cualquier cosa”, dijo Revisson Bonfim, un analista de Espírito Santo, en entrevista telefónica desde Nueva York. “No recuerdo instancia alguna en que inversores hicieran eso para una reestructuración en América Latina”.
Efectivo en declinación
Batista, que tiene 56 años, saltó a la fama y se convirtió en la persona más rica de Brasil al convencer a los inversores de su idea para OGX y sus cuatro compañías hermanas que cotizaban en bolsa. Si bien su fortuna personal superaba los US$34.000 millones en 2012, el posterior fracaso de Batista en lo relativo a concretar la producción petrolera prometida de OGX desencadenó un éxodo que terminó por hacerle perder su condición de multimillonario en julio.
OGX se negó a hacer declaraciones sobre la situación de las negociaciones con los tenedores de bonos en una respuesta por correo electrónico.
“La compañía está en un proceso de revisión de su estructura de capital y, al mismo tiempo, de su plan de negocios”, dijo la empresa, que tiene sede en Río de Janeiro, en un informe presentado ayer a organismos reguladores. “Por ese motivo, la compañía decidió no pagar” el cupón.
La administración de OGX negocia con los tenedores de bonos y buscará efectivo para evitar una quiebra, dijo el 13 de septiembre el máximo responsable ejecutivo, Luiz Carneiro. El CEO dijo en ese momento que la quiebra era una posibilidad y que Batista, presidente y principal accionista de OGX, podría perder el control de la compañía en la reestructuración.