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Crisis de deuda escandinava amenaza estabilidad y desconcierta a premio Nobel Paul Krugman


Escandinavia, que atrajo inversores durante la crisis de deuda soberana de Europa, ahora concita la atención internacional debido al temor de que los niveles récord de endeudamiento de la población desde Dinamarca hasta en Suecia no sean sostenibles.

“Cabe preguntarse si es una crisis en ciernes”, dijo el Nobel Paul Krugman en una entrevista del 9 de enero en Copenhague. “No estoy seguro, pero genera alarma”.

Suecia y Dinamarca se jactan de tener un endeudamiento público inferior a la mitad del promedio de la zona del euro. El fondo de riqueza soberana de US$820.000 millones de Noruega significa que el gobierno del país no tiene deuda neta. En los tres países, sin embargo, las calificaciones AAA estables han hecho bajar los costos crediticios e impulsado una ola de créditos para el consumo que el Fondo Monetario Internacional y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos califican de amenaza para la estabilidad.

“Podría pensarse que si se ha sobrevivido a la crisis financiera sin mayores daños no se tienen problemas, pero no es así”, dijo Krugman.

En Dinamarca, los consumidores deben a sus acreedores el 321 por ciento de los ingresos disponibles, un récord mundial que la OCDE, que tiene sede en París, dijo en noviembre que exigía políticas de respuesta. En Suecia, la deuda según esa medición es de cerca de 180 por ciento, un nivel que el gobierno y el banco central consideran que no puede superarse. Al banco central de Noruega le ha costado elaborar una combinación de políticas para abordar su deuda privada de 200 por ciento.

Respaldo de ahorros

En Escandinavia, las deudas de la población cuentan con el respaldo de ahorros de retiro y segundas hipotecas, una amortiguación que las autoridades sostienen que mitiga los riesgos. Krugman, sin embargo, advierte respecto de una excesiva dependencia de esos activos para equilibrar el crédito.

“Las pensiones son problemáticas”, dijo. La región no tiene más alternativa que reducir su deuda en consumo para reducir el riesgo, agregó.

La situación de Escandinavia subraya las distorsiones que alentaron las políticas monetarias laxas de Washington y Fráncfort, que han congelado las tasas de crédito en buena parte del mundo. En el caso de las economías más ricas del mundo, la combinación ha generado un caos en sus mercados inmobiliario y de crédito.

“Hay toda una serie de países –Canadá entre ellos- que tienen sistemas bancarios estables y lograron evitar lo peor de la crisis financiera”, dijo Krugman. “Ahora, sin embargo, en un contexto global de bajos intereses, experimentan aumentos del precio de las viviendas –hasta cuando caían en los Estados Unidos– y su población tiene un elevado nivel de endeudamiento”.

“En la región nórdica hay altos ratios de deuda y los precios de las viviendas son elevados. La gente dice: ‘Eso difiere de los altos precios de las viviendas en otros lugares’”, apunta Krugman. “Es una frase de advertencia. Cuando se escucha eso, hay que preocuparse mucho”.

Hasta ahora, los inversores no lo han hecho. Las permutas de riesgo crediticio sobre la deuda de la región nórdica son las más bajas del mundo, lo que indica que acreedores y operadores de derivados consideran que los riesgos respecto del reembolso de deuda son insignificantes, según datos que recopiló Bloomberg.

Krugman sostiene que endurecer el ciclo económico en este momento sería perjudicial.

“Yo no subiría las tasas de interés. La pregunta es qué otras vías quedan. ¿Regulación Financiera? Es un muy mal momento para eso”. Krugman concluyó: “Es un dilema y no tengo la respuesta”.

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