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Opinión: Agenda de Productividad tiene regulación y perfeccionamiento, pero no innovación


La semana pasada, la Presidenta Bachelet y el Ministro Arenas lanzaron la agenda de productividad, innovación y crecimiento. La agenda presentada es completa y prácticamente no deja sectores fuera. Anuncia la creación de un Fondo de Inversión Estratégica que pretende potenciar, por ejemplo, la acuicultura, la agricultura y la minería, clusters que han generado reconocimiento mundial para Chile, sin ser de los más competitivos, por lo que existen espacios para mejorar.

En cuanto a innovación e investigación poco se destaca en el plan del gobierno, principalmente, porque alcanzar el éxito en la verdadera innovación requiere atender tres factores críticos.

El primero es la unificación de ciencia e industria, sobre todo para las Pymes, que son el motor de la economía y donde la competencia es altísima. En este sector es necesario innovar y diferenciarse, sin embargo, las Pymes y sus trabajadores siguen un estresante ritmo diario de trabajo que en general les impide destinar tiempo y recursos para investigar. Aunque el empresario Pyme conoce bien las oportunidades de su mercado no tiene completa capacidad de gestión y para esto debe apoyarse en las universidades y otros centros para desarrollar y probar las nuevas tecnologías en manos de los científicos.

Otro factor crítico es la formación de profesionales doctorados en las materias que el país debe desarrollar. Para esto se debe impulsar la capacitación de profesionales a nivel de doctorados de primera calidad, que puedan ejercer su carrera en Chile, bien remunerados, con subsidios del Estado para su formación y desarrollo y con incentivos en los resultados concretos y la pronta obtención de derechos de propiedad intelectual. Este punto es muy relevante para ser competitivos en conocimiento y no tener que importarlo. Aunque es un camino lento como todo proceso formativo, esta es la ruta que siguió, por ejemplo, Israel, donde se ha llegado a plantear el problema inverso: sus doctores ya no logran ser retenidos en su país.

En tercer lugar, debe existir un incentivo para provocar una alianza perfecta entre Estado y Empresa privada. Lamentablemente, aunque la agenda en cuestión enuncia este instrumento, no existen instrumentos que muevan a un microempresario para abrir un centro de costo destinado a invertir en innovar. Sólo vemos empresarios pensando en la reforma tributaria y cómo les va a afectar, pues se ha convertido en una prioridad legislativa que ha instalado una incertidumbre negativa entre los inversionistas. España demoró años en lograr madurar el sistema entre empresa y Estado, que básicamente se refiere a modelos de financiamiento y beneficios tributarios. Es un aspecto delicado y lento, porque exige experiencia y. confianza entre los actores. En Chile no lo lograremos con el nivel de polarización que existe hoy entre el gobierno y las Pymes.

Las autoridades deben entender que, más allá de lo técnico, la innovación o la curiosidad de investigar pasan por un estado de ánimo que nace en el empresario cuando se apoya la iniciativa y se alimenta la colaboración, en lugar del enfrentamiento.

Por Patricio Jarpa,
Gerente General de Nanotec Chile.

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