Andrés Velasco está en campaña y parece que no va a parar hasta el 2017.
Su rol en el actual debate sobre la Reforma Tributaria sigue sumando seguidores y su discurso presenta un gran atractivo para la centroderecha liberal y moderados de la Nueva Mayoría que se sienten incómodos con el giro progresista que tomó la Presidencia de Michelle Bachelet.
El ex ministro de Hacienda del primer gobierno de la actual mandataria ha ido ejerciendo un liderazgo político en la discusión que está encontrando eco en sectores de la DC, especialmente aquellos más identificados con el tono, lógica y estilo de la ex Concertación.
Su atractivo no ha pasado inadvertido para Carlos Larraín, ex timonel de Renovación Nacional. Ayer, en La Tercera, dijo que una eventual apertura del partido le estaría entregando el futuro político a Velasco, agregando que una secularización de la colectividad permitiría el “posible triunfo final y definitivo del socialismo liberal”. Lo describió como "el mejor y más inteligente defensor de la economía de mercado".
Y es precisamente por eso que lo que Velasco tenga que decir acerca de la Reforma Tributaria hace más ruido que las críticas de otros economistas o políticos cercanos a la ex Concertación.
En una extensa entrevista con "La Mesa" de El Mostrador Mercados, Andrés Velasco se refiere al actual clima político que ha caracterizado al debate sobre el proyecto de reforma, explica sus críticas y entrega su visión acerca de lo que cree que se debería mejorar en el Senado.
Sobre el clima crispado, manifiesta que la culpa es en gran parte de la derecha empresarial que se ha opuesto a cualquier cambio en el modelo, apostando siempre a una vuelta de tuerca más.
"Ese mundo político de la derecha es en buena medida responsable de lo que estamos viviendo, porque si en su momento ese mundo conservador hubiera estado dispuesto a llegar a acuerdos para hacer los cambios necesarios en el FUT, para cerrar los forados… Cuántos proyectos de ley no hubo en el gobierno de Frei, en el de Lagos y en el de Michelle Bachelet para cerrar distintos forados y muchos de ellos naufragaron porque no tenían los votos. Cuando yo fui ministro, no teníamos la mayoría en ninguna de las dos Cámaras, y se nos cayeron varios proyectos de ley. Tratamos de arreglar los fondos de inversión privada, no pudimos. Tratamos de hacer correcciones a los abusos del 14 bis, en algunos campos lo logramos y en otros no pudimos. Entonces, la derecha política que se ha negado sistemáticamente a hacer los ajustes necesarios al sistema tributario, contribuyó a crear el clima cuyas consecuencias estamos viendo hoy", sentencia Velasco.
Sobre la Reforma Tributaria propiamente tal, el economista reitera que apoya la necesidad de recaudar US$ 8.200 millones, así como sus objetivos, pero insiste en que hay muchas cosas por mejorar y que existen críticas legítimas.
"A mí me parece que la razón por la que muchos economistas de centro o centroizquierda no han apoyado la reforma es porque tiene problemas. Uno puede compartir el objetivo de una reforma, que es recaudar más; uno puede querer que el sistema sea más justo, pero al mismo tiempo decir que aquí no se están preservando los incentivos necesarios para que el país crezca, para que la clase media prospere y para que se creen empleos de calidad", sostiene el ex ministro de Hacienda.
Faltas de incentivos al ahorro e inversión
Dice que hay cuestionamientos técnicos que son legítimos y que él distingue aquello "de un discurso de la derecha política que es muy distinto y es muy mentiroso, creo yo, porque hay muchas personas de la derecha que lo que no quieren es que suban los impuestos y se niegan a cualquier modificación en el sistema tributario. Pero como no se atreven a decir eso en público, porque sería mal visto, se escudan o se esconden detrás de argumentos técnicos".
La principal crítica de Velasco estriba en que la propuesta del gobierno carece de los incentivos para que las empresas ahorren e inviertan. "En Chile el 40% del ahorro viene de las empresas. Cuando las empresas dejen de ahorrar, vamos a tener un problema de ahorro y, por lo tanto, vamos a tener un problema de inversión y de crecimiento".
Agrega que al gobierno le faltó diálogo y estudiar el tema con más profundidad. "Me habría gustado que una reforma de esta envergadura madurara, se le discutiera, se la mirara por todos lados antes de embarcarse en un diseño legislativo".
Opina que un sistema similar al australiano hubiese sido su alternativa a la eliminación del FUT.
Políticas de los acuerdos
Defiende las políticas de los acuerdos y las cita como ejemplo de lo que se debería haber hecho con la Reforma Tributaria. Explica que "las grandes reformas que se hicieron bien en Chile", antes de la etapa legislativa, venían precedidas de un largo debate, "con muchos estudios, muchos análisis de académicos, de universidades, de centros de estudios. Eso ha estado ausente". Agrega que hay sólo estimaciones de cuánto podría recaudar la reforma, pero "no hay un trabajo académico, ni del gobierno, ni del mundo universitario, que diga el impacto simulado sobre el empleo, el crecimiento, el ahorro y la inversión de esta reforma. Eso no existe".
Confiesa estar optimista de que en el Senado se hagan las mejoras necesarias, aunque no será fácil: "Hay un buen resultado –que es concebible pero que no está garantizado– en que la Comisión de Hacienda primero y la Sala después, se tomen el tiempo para decir: encontremos un mecanismo potente de ahorro e inversión dentro de la empresa".
Economía estancada
Velasco cree que el crecimiento de largo plazo de Chile está estancado hace muchos años y que tenemos un problema de productividad y de crecimiento que no se ha abordado.
Pero opina que las propuestas del Ministerio de Economía son un buen principio para atacar el problema. "Creo que el ministro de Economía ha tomado el toro por las astas y se ha atrevido a ir más allá de la sabiduría convencional y los clichés". Afirma que hay consenso respecto a que en el mercado de la innovación y en el mercado del emprendimiento "hay fallas potentes" y que esas fallas "no se corrigen solas, las tiene que corregir la política pública".
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