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Opinión: 11 años de Chilecompra


A 11 años de la creación de Chilecompra, sin ninguna duda, las Compras Públicas han cambiado su performance. Hoy día venderle al Estado es más transparente que antes del 2003. Compradores y vendedores se entienden a través de un portal que nos permite tener acceso a una gran cantidad de datos e información relevante de este mercado que, este 2014, espera tranzar sobre US $10 mil millones.

Efectivamente, las compras públicas han experimentado un cambio revolucionario. Pasar de la práctica de las tres cotizaciones –para seleccionar a un proveedor– a un sistema donde de manera abierta podemos saber a quién le compró el Estado conjuntamente con acceder a la oferta tanto técnica como económica, nos pone en un escenario donde las partes que intervienen en esta transacción deben dar un permanente examen de transparencia y probidad.

Las cifras de Chilecompra hablan de un sistema que ha capacitado a más de 7 mil funcionarios en la operación del sistema Mercadopublico.cl, más de US 60 mil millones tranzados en estos 11 años, un promedio de 6 ofertas por cada licitación que se publica y US 3.600 millones en ahorro para el Estado.

Sin embargo, hablar de estadísticas obliga a presentar ambas caras de la moneda. La seducción de caer en estadísticas que refrendan el supuesto éxito del modelo, sin dar a conocer las cifras menos agradables, nos instalan en un escenario más cerca de la autocomplacencia que de una mirada a largo plazo de un sistema de compras donde es urgente corregir la lógica con la cual se está abasteciendo el mundo público.

Efectivamente, los más de 7 mil funcionarios que ha capacitado Chilecompra, contrastan con la urgencia de pasar de una capacitación funcional y de aspectos legales a un diseño de capacitación donde el mundo público pueda conocer, interiorizarse y aplicar nuevos modelos de abastecimiento y logística para comprar de manera más eficiente.

A pesar de todos los esfuerzos por preparar funcionarios para que apliquen de manera correcta los procedimientos administrativos, la Ley de Compras y su respectivo reglamento, ejemplos de malas prácticas y compras dirigidas se pueden detectar con facilidad en el sistema (ejemplos: 2164-83-LP14 y 4706-106-LE14). No es el ánimo caer en la crítica fácil o el juicio infundado. Se trata de constatar un hecho real. Los compradores públicos conocen las empresas y cómo estas se comportan comercialmente, por lo cual, ante la ausencia de un sistema de evaluación estandarizado y objetivo, se ha impuesto el criterio subjetivo que obliga a muchas unidades de compras a tener medianamente claro al proveedor antes de adjudicar.

En 4 años (del 2009 al 2013) pasamos de casi 75 mil a 65 mil proveedores distintos, es decir; en menos de un quinquenio la cantidad de empresas que le venden al Estado disminuyó en prácticamente un 15%. La sensación térmica que nos dice que muchos procesos de licitación ya tienen un domicilio conocido sumado al abuso de los Convenios Marco y la fuga real de 10 mil empresas de Chilecompra, nos entregan el claro diagnóstico que la forma en que el Estado compra tiene que cambiar.

No entender estas señales y quedarse con las estadísticas alegres, sólo dilatará la tremenda oportunidad de corregir los errores de un Estado cada vez más exigente en comprar, pero con pocos proveedores donde elegir.

Por Miguel Caniuqueo,

Fundador de Compraspublicas.cl

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