El ministro de Hacienda parece estar en campaña para reparar su imagen y hacerse amigo de los empresarios. Comenzó en el Chile Day en septiembre, donde prometió en privado encargarse que la reforma tributaria fuera gradual y consensuado. A eso le siguieron una serie de entrevistas y presentación donde ahondo el mensaje. En la Enade su discurso tuvo un tono conciliatorio que igual no fue reconocido por los empresarios y hombres de negocio presentes, hoy Alberto Arenas hace un Mea Culpa que suena casi como una disculpa por lo hecho en los nueve meses que lleva en cargo.
En una extensa entrevista con la revista Qué Pasa, el debilitado ministro de Hacienda admite su mala relación con el sector privado, pero dice estar dispuesto a repararla. Acepta que el video sobre la reforma tributaria fue un error y reconoce por primera vez debate sobre las reformas como factor en la desaceleración.
El empresariado lo hace el principal responsable del clima crispado que actualmente reina entre el gobierno y acusan a la reforma tributaria que él llevo adelante como una de las principales causas de la actual desaceleración. Y es un secreto a voces que a muchos de ellos les gustaría que Alberto Arenas fuese parte de los cambios que se vienen en el gabinete.
Aunque él lo sabe, no lo admite en público, pero el gobierno está consciente que si la economía no repunta su agenda reformista se complica y de ahí su ofensiva a tender puentes. No es menor que Arenas es junto al ministro del Interior Rodrigo Peñailillo, el más cercano a la presidenta.
Para algunos economistas y políticos cercanos al gobierno, Arenas lo está hacienda mal comunicacionalmente. Apuntan a que no es realista cambiar del tono duro que tomó durante la primera parte de la discusión sobre la reforma tributaria al de ahora en que "parece que les estuviera pidiendo perdón".
Un alto ejecutivo de uno de los bancos grandes de la plaza dice que lamentablemente Arenas ya perdió su credibilidad con los privados y eso es muy difícil de recuperar. "Lo de Que Pasa da casi vergüenza ajena. Un ministro de Hacienda arrepintiéndose refleja un ministro débil", es su opinión.
El cambio de discurso es notable. Esta semana volvió a cambiar la fecha de cuando se vendría el "punto de inflexión" para la economía. Por meses eso era el tercer o cuarto trimestre de este año. Ahora dice que será el segundo semestre del próximo.
Esta semana también, en una entrevista en el diario El Universal de México, Arenas volvió a rechazar el argumento que la agenda de reformas ha tenido impacto en las inversiones de las empresas. "Ese debate fue al principio de la reforma y está más relacionado con un tema ideológico.", afirmo.
En la entrevista de hoy con Qué Pasa tiene otro discurso: "Hay algo que tiene que ver con esos debates, con esos ruidos que se generaron en la economía por los cambios en políticas públicas".
Dice saber que su imagen de hombre duro abunda en la opinión pública y admite que "la discusión de la reforma marcó mi relación con el sector privado" pero dice que ahora está dispuesto a iniciar un nuevo período, en el cual se abocará a recuperar las confianzas.
"Creo que con el sector privado estamos construyendo confianzas, estamos trabajando en un diálogo franco, fluido y hemos ido de menos a más. No puede sorprender a nadie que en una administración que avanzó con una reforma estructural como la tributaria, la polémica marcara profundamente los primeros seis meses de relación con los privados. En ese sentido, creo que lo más importante es que fuimos capaces de llevar adelante una reforma estructural y coronarla con un acuerdo histórico para Chile. Y cuando se logró ese acuerdo, hubo un punto de inflexión en la relación con los empresarios", sinceró Arenas.
Explica que el debate sobre la reforma tributaria fue parte del diseño de la estrategia: "Hubo un diseño detrás para que justamente la reforma no estuviera más tiempo en el Congreso. ¿Hubo costos? Sí, los hubo, pero que se coronaron con un acuerdo político transversal que le da legitimidad y sustentabilidad a una reforma estructural como esta".
Reconoce que la discusión de la reforma tributaria marcó su relación con el sector privado durante los primeros seis meses. "Ahora hemos ido de menos a más y conversamos de todo mirándonos a los ojos. Eso no significa que, al llevar adelante una reforma estructural al sistema tributario, no hayamos pasado por momentos álgidos en la relación".
