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El supermercado del FUT y la resurrección de las empresas Zombis


El debate por la reforma tributaria se ha transformado en un campo de batalla, la descalificación y duras críticas han predominado en sectores empresariales por la eliminación del FUT, el 57bis, la regulación de los FIP y otras franquicias, sin embargo, ninguno hace un mea culpa del abuso por décadas de estas franquicias, las cuales han generado cuantiosas utilidades, incluso infringiendo la ley y han permitido construir verdaderos imperios económicos.

Estos mecanismos, dignos de paraísos fiscales, sin ninguna regulación, se crearon para inversiones de rentas de capital, hoy la reforma tributaria considera eliminarlos partiendo por el 57bis. El año 2000 se crearon los FIP (Fondos de Inversión Privada), mucho más atractivos que el 57bis y es el único instrumento para grandes inversionistas que no paga impuesto de primera categoría.

Los FIP pueden ser utilizados cuando alguien quiere vender una empresa y aporta su participación en la compañía, la ganancia de la venta no paga impuesto de primera categoría, mientras la inversión y las ganancias se mantengan en el FIP. Si una persona natural decide retirar la utilidad paga global complementario, si lo hace una sociedad lo puede registrar en el FUT y postergar indefinidamente el pago de impuestos. Estos instrumentos la reforma tributaria propone regularlos, hoy existen más de 700 FIP con cerca de 16 mil millones de dólares.

Un hecho noticioso reciente fue la constitución por 49 personas del FIP Sinergia, el que recibió un préstamo del Banco Corpbanca de US$100 millones. Éstos fueron invertidos en el aproblemado holding SMU, de propiedad del mismo grupo económico. La SBIF a raíz de este caso emitió nuevas regulaciones para operaciones con estos instrumentos, para impedir la triangulación con empresas relacionadas.

Sin embargo, la eliminación más discutida es el FUT. Este mecanismo, creado para fomentar la inversión, fue usado para postergar el pago de impuestos indefinidamente, es decir, se prestó como instrumento de elusión, evasión y para infringir la ley. Baste recordar un extenso reportaje en el The Clinic sobre la resurrección de las empresas “zombies” (empresas con pérdidas) del grupo BHC del empresario Javier Vial, un verdadero supermercado de empresas de papel producto de la quiebra del grupo económico: empresas sin capital, bienes, trabajadores y sin movimientos financieros. Abandonadas por 17 años, fueron resucitadas para utilizar las pérdidas registradas en el FUT (registro de utilidades y pérdidas).

El FUT fue creado como un incentivo a la reinversión y permite postergar el pago de impuesto al global complementario a la utilidad de sus dueños indefinidamente. Sin embargo, no fue utilizado para generar más fuentes laborales y el crecimiento de las empresas, más bien han sido invertidos en instrumentos especulativos.

En el año 2000 se revivieron y vendieron una veintena de empresas zombies del grupo BHC a los principales holding económicos del país, las que fueron fusionadas con las empresas que tenían cuantiosas utilidades, traspasándoles las pérdidas y dejando de pagar impuestos de primera categoría; algunas hasta por cuatro años y solicitando devoluciones millonarias.

En el año 2004, el SII los llamó para que aclararan la situación, acusándolos de evasión. Algunos acataron y pagaron los impuestos evadidos, pero, en un acuerdo con el SII, se les condonaron multas e intereses y no fueron demandados. Otros no lo acataron y fueron a juicio, como fue el caso de VITAL S.A., el que, luego de tres años, el 22 de mayo de 2007, fue sobreseído definitivamente, “por no acreditarse el delito”. Como ningún abogado del Servicio de Impuestos Internos reclamó, en septiembre de 2007, la Octava Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago confirmó la medida. Siempre quedó la duda acerca de que no haya habido reclamo.

El debate por la reforma tributaria propuesta por el gobierno ha encontrado duros detractores entre los empresarios, abogados y economistas afines a sus intereses, que han olvidado estos hechos y quizás cuántos similares ocurridos antes del año 2004, fecha en la que el SII se percató del engaño, considerando que el FUT entró en vigencia el año 1984. Por esto sugiero leer la investigación y reportaje entregado en tres capítulos por el medio The Clinic, titulado “El ardid con que algunas empresas quisieron 'ahorrar' $24.521.682.331 en impuestos”.

Hernán Calderón R.
Presidente de Conadecus

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