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El lujo de rechazar HidroAysén


Al conocer la noticia del rechazo de la RCA (Resolución de Calificación Ambiental) de Hidroaysén se nos viene a la memoria el comentario de un americano que dijo: “¡Chile sí que es un país rico! Se dan el lujo de rechazar la energía hidroeléctrica que tanto necesitan”. De más está decir que la falta de energía firme a un precio razonable nos ha llevado a la situación actual de precios en el sistema eléctrico chileno. Nos preocupa cuando se decide rechazar un proyecto hidroeléctrico de esta magnitud que lleva 10 años de desarrollo, haciéndonos recordar lo ocurrido con otros proyectos. Sólo cabe esperar que las autoridades tengan un “As” bajo la manga para resolver la problemática eléctrica que estamos viviendo.

Nos parece alarmante y sorprendente que se haya descartado de plano este proyecto, en consideración que 33 de las 35 reclamaciones interpuestas ya habían sido subsanadas en la administración anterior. No se comprende que no se haya buscado una salida para resolver las reclamaciones pendientes, en vez de rechazar totalmente el proyecto.

Es absolutamente necesario, para la transparencia del país y para el desarrollo futuro del sector, que la decisión del Comité de Ministros explicite claramente el sustento de su decisión, de modo de confirmar que lo resuelto esté relacionado únicamente con aspectos técnicos y no de orden político y, en consecuencia, descartar que estemos frente a una situación similar a lo sucedido con el proyecto Barrancones. La debida y oportuna explicación de las razones por las que el Comité decidió revocar la RCA de Hidroaysén, legitimarán la institucionalidad ambiental que el país requiere con suma urgencia, para dar certeza a los proyectos de generación que el país necesita desarrollar.

También debemos ser responsables como país al tomar una decisión de tamaña envergadura y presentar desde ya a toda la ciudadanía el cómo pretendemos reemplazar a un costo razonable la energía que no aportará el proyecto Hidroaysén. Lo anterior requerirá de una propuesta seria que explique por qué renunciaremos a recursos de generación propios y renovables, y los reemplazaremos eventualmente por la necesidad de importar combustibles fósiles, en caso de que la solución sea el reemplazo por generación sobre la base de gas natural o carbón, ambas alternativas contaminantes del medio ambiente y dependientes de las volatilidades y disponibilidades del mercado mundial.

El anhelo de los gobiernos y sus habitantes es que el país llegue a ser desarrollado con menores niveles de pobreza. No obstante, ello pasa inexorablemente por un aumento en el consumo eléctrico. Si comparamos Chile con países con similar posición geográfica de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), tenemos una tarea muy difícil de cumplir, ya que debemos más que duplicar el consumo eléctrico para llegar al promedio de 7,8 MWh/hab. En este sentido, vemos con esperanzas que existe una real preocupación del gobierno al presentar la agenda de energía que plantea objetivos concretos e invita a todos los involucrados a trabajar arduamente en pos de estos objetivos. Sin embargo, el rechazo a este proyecto nos parece contrario a las necesidades de nuestro país y la fórmula empleada vuelve a despertar la incertidumbre en el futuro desarrollo del sector eléctrico.

Asociación Gremial Pequeños y Medianos Generadores

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