En esos países pagan casi el doble en impuestos que acá, pero parece no ser un obstáculo para que sigan invirtiendo millones. Al menos eso se ve al ver los resultados del último trimestre de Cencosud y Falabella.
El argumento acá durante el debate de la reforma tributaria era que subir los impuestos resultaría en menos inversión y menos ganancias. Sin embargo, parece que cuando se trata de invertir afuera, ese argumento pesa poco —o se lo guardan—.
El 31 de octubre pasado el ex Presidente Ricardo Lagos recordaba la anécdota a la salida de un seminario en el Hotel W ante periodistas y empresarios:
“El otro día me encontré con algunos de estos chilenos que están haciendo grandes inversiones en Colombia y les dije: perdón y aquí cómo te aplican los impuestos? Y tú te vienes feliz a Colombia y en Colombia lo pagas feliz, y por qué no lo pagas en Chile. Esa es mi pregunta señor. Me dijo: es que hay que ver que en algunos… empiezan a dar explicaciones jurídicas de que no era exactamente así. Pero esa es la pregunta: usted va a Perú, y ¿cómo le cobran las utilidades? Sobre las utilidades que tiene”.
Las palabras del ex Presidente “amado” por los empresarios locales aludían a la diferencia impositiva que beneficia a empresarios chilenos que acá no pagan por las utilidades que no retiran de la compañía a través de dividendos, cosa que no ocurre en otros países como la nación de la cumbia.
Su crítica hacía referencia a los retailers Cencosud, de Horst Paulmann o Corpbanca, de Álvaro Saieh, las dos compañías que han anunciado este año las mayores inversiones en ese territorio en la historia de Chile.
La ventaja tributaria que señaló Lagos no es la única y el propio Cencosud se encargó de hacerlo ver en su último estado financiero al cierre de septiembre de 2012.
Como todas las compañías que han informado a la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) sus estados financieros, la multitienda reveló el impacto que surtió en sus balances el alza de 18,5 % a 20 % que tuvo la reforma tributaria recién aprobada en el Congreso.
Paulmann indicó que el efecto fue cercano a $ 4.173 millones, pero de paso reveló cuánto paga en los otros países donde opera.
“No obstante, las tasas que afectan a sus filiales (de Cencosud) en el extranjero son: Argentina tasa del 35 %, Colombia tasa del 33 %, Perú tasa de 30 % y Brasil tasa del 34 %”, indicó la FECU de la compañía.
La cifra pone de manifiesto la conveniencia de instalarse en Chile. Mientras en países que tienen un nivel de desarrollo inferior al nuestro la cifra de impuestos se ubica entre 30 % y 35 %, a nivel local, el costo impositivo es entre un 33 % y un 42 % menor.
Y a pesar de esa grossa diferencia, los empresarios chilenos siguen invirtiendo millones en Colombia y Perú sin protestar por las tasas. Acá la historia es diferente y los gremios empresariales ponen el grito en el cielo con solo tocar el tema de subir los impuestos.
Un especialista tributario de una auditora local reconoce la diferencia. “Las empresas tienen ventajas de invertir en Chile por los impuestos, no quieren subirlos acá pero allá (en otros países) pagan mucho más. Son tan buenos los negocios que están dispuestos a pagar esos impuestos”, afirma el experto.
No obstante, advierte también que como estructura tributaria general esta diferencia puede explicarse porque los países toman distintos sistemas de cobro de impuestos para empresas y personas.
En el caso chileno, señala, en la práctica el nivel de impuestos que pagan los empresarios llega a 42 %. Primero se paga hasta 20 % por las utilidades que retiran de las compañías (impuesto de primera categoría) y luego al hacer su declaración de ingresos pagan el impuesto global complementario, que puede llegar a 42 %. Como se le permite descontar lo que pagó como impuesto de primera categoría el impuesto máximo a pagar en total es 40 % y no 60 %.
