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China recurre a viejos métodos de estímulo

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China está aumentando el gasto fiscal para combatir la mayor desaceleración de su economía desde la crisis financiera de 2008, fortaleciendo el dominio de las empresas estatales y disminuyendo las esperanzas de que el gobierno aproveche la situación para emprender reformas de mercado.

El primer ministro Wen Jiabao manifestó el martes que la principal tarea del gobierno es promover la inversión. Aunque las políticas para estabilizar el crecimiento «incluyen el estímulo del consumo y la diversificación de las importaciones», señaló en una declaración publicada en la página web del gobierno, «en este momento la misión principal es promover un crecimiento razonable de la inversión».

Por eso, Beijing ha recurrido a los gigantescos monopolios estatales en sectores como la energía, la construcción, la siderurgia y la banca. El gobierno acaba de dar luz verde a la construcción de dos plantas de acero a pesar del exceso de capacidad que aqueja al sector. También aceleró la aprobación de proyectos de energía eólica, si bien esa industria también sufre el mismo problema.

Algunos giros hacia el libre mercado han tenido lugar en el sector financiero, que es supervisado por el banco central y reguladores de valores que durante varios años han exhortado al gobierno a depender más de los mercados y la empresa privada.

China ha dejado que el yuan se cotice en una banda más amplia desde abril y ha permitido un mayor acceso del capital privado a sectores que habían sido dominados por el Estado, ha abierto un mayor espacio a la inversión extranjera en los mercados de renta variable y fija, y ha realizado dos recortes en las tasas de interés desde junio con el fin de concederles a los bancos un mayor margen a la hora de elegir las tasas de préstamos y depósitos.

De todos modos, muchos de estos cambios son incipientes y cuesta evaluar su impacto. Tim Condon, economista del banco holandés ING, los denominó «pasos de bebé» hacia un sistema completamente abierto a los flujos internacionales de capital, una meta que sigue muy distante.

Eswar Prasad, especialista del centro de estudios estadounidense Brookings Institution, opina que, en un momento delicado, Beijing ha vuelto a recurrir a «los métodos comprobados para mantener el crecimiento, lo que involucra gasto de las empresas estatales financiado con el crédito de los bancos».

Se trata de un momento importante para China, cuyo crecimiento cayó a 8,1% en el primer trimestre, un nivel que sigue siendo robusto, pero que es el más bajo desde 2009. El gobierno podría anunciar el viernes una nueva desaceleración en el segundo trimestre lo que se explicaría, en parte, por la crisis europea, que está debilitando las exportaciones y la inversión.

Aparte de los desafíos económicos, China realizará a partir de fines de año un cambio de liderazgo político que sólo tiene lugar una vez cada 10 años.

Los economistas sostienen que el país debe hacer una transición hacia un modelo de crecimiento liderado por el consumo, no las exportaciones, en especial a medida que la población en edad de trabajar disminuye y la demanda por las exportaciones decae. Los principales líderes políticos de China han señalado en reiteradas ocasiones en los últimos años que la economía debería depender más del consumo interno.

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Existe un consenso, tanto dentro como fuera del país, de que si China quiere engrosar las filas de las economías desarrolladas tiene que depender menos de las exportaciones y la mano de obra barata y más de la innovación, las marcas globales y los consumidores internos.

No obstante, las empresas estatales a las que el gobierno ha recurrido para estimular la economía son poderosos defensores del estatus quo y son consideradas mucho menos dinámicas que las empresas privadas y más pequeñas.

Uno de los mayores bancos del país tuvo problemas para hacer las evaluaciones correspondientes para otorgar crédito a las empresas del sector privado, aunque el banco central había recortado las tasas de interés, contó un ejecutivo de la entidad. «El riesgo es demasiado alto y el retorno demasiado bajo» para justificar un incremento de esta clase de préstamos, señaló.

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