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Autorizan alzas de hasta 9%, mientras se frena el consumo


La oficina de Guillermo Moreno no se tomó vacaciones de invierno. En los últimos diez días, un grupo de dieciséis empresas de consumo masivo -entre las que figuran varias compañías líderes en sus rubros- recibieron la autorización de la Secretaría de Comercio Interior para volver a actualizar a partir de hoy sus listas de precios. Los aumentos alcanzan a un centenar de productos de primera necesidad, desde pasta dental hasta agua mineral, pasando por lácteos, mayonesas, yerba, arroz, polvos para la ropa, lavandina, cereales, pañales y vinos.

En la mayoría de los casos se trata de la segunda tanda de aumentos en lo que va del año y los incrementos llegan en un momento en que la demanda muestra señales cada vez más claras de desaceleración.

En la lista de empresas favorecidas, la mitad son multinacionales -Procter & Gamble, Kimberly Clark, Colgate Palmolive, Aguas Danone, Clorox, Saputo, General Mills, Nivea-. El dato no es casual, ya que, a contramano del discurso oficial, que pone el énfasis en la defensa de las pymes y la industria nacional, las grandes compañías extranjeras figuran a la cabeza de las firmas que obtienen la autorización oficial para actualizar sus listas de precios.

Estos aumentos se suman a los que recibieron a fines de junio otras empresas líderes , como Danone (lácteos), Fecovita, Molinos Río de la Plata, SanCor, La Suipachense y Papelera del Plata (Higienol, Babysec, Elite).

Al menos en teoría, los incrementos tienen un tope del 9%. Este porcentaje sólo rige para las marcas y las líneas de productos considerados premium, mientras que para los artículos básicos el tope fue fijado en 3%, y para los selectivos, en 6%. Igualmente, en los hechos, los precios en las góndolas aumentan en forma casi constante y sin respetar el cronograma y los porcentajes autorizados por la Secretaría de Comercio Interior, lo que da cuenta de que los controles oficiales son cada día menos eficientes.

AUMENTOS EN PUERTA

Las subas en alimentos y bebidas se suman a las anunciadas en las últimas semanas en otros rubros sensibles para el presupuesto de los hogares de menores recursos y los de clase media. Desde el 6 de agosto, el boleto mínimo de colectivo en Buenos Aires aumentará de $ 1,10 a $ 2 para los pasajeros que paguen con monedas, mientras que el de los trenes pasará de $ 1,10 a $ 1,50.

El incremento ya había llegado a las tarifas de los taxis, que desde el domingo pasado tuvieron un alza del 12,5%, en lo que representa la primera suba del año (la segunda está programada para octubre).

A partir del mes próximo también empezarán a subir las comisiones de los principales bancos. Los incrementos oscilan entre 10 y 30%, y alcanzan a las operaciones más comunes, como el mantenimiento de las cajas de ahorro y las cuentas corrientes, las extracciones por cajeros automáticos, las renovaciones de tarjetas de crédito y el alquiler de las cajas de seguridad.

Las empresas de medicina prepaga también anunciaron que desde la semana próxima entrará en vigor un incremento promedio del 15% en las cuotas que pagan sus afiliados para poder hacer frente al incremento salarial pactado con los trabajadores de la sanidad. Sin embargo, desde la Superintendencia de Salud ya se encargaron de aclarar que esta suba no cuenta con la autorización oficial.

Los aumentos por inercia hoy constituyen la principal amenaza inflacionaria en un contexto generalizado de enfriamiento de la economía, del que no se salva ni siquiera la demanda de productos de la canasta básica. Las ventas de los comercios minoristas en volumen cayeron en junio un 6,8% en comparación con el mismo mes de 2011 y cerraron el primer semestre del año con una baja interanual del 1,9%, según un sondeo hecho por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

En tanto, en la consultora CCR destacan que, de confirmarse la tendencia de los últimos meses, 2012 se encamina a terminar como 2009, cuando, en un contexto de economía global en crisis, sequía en el campo y psicosis por la gripe A, el consumo había crecido apenas un 1,6 por ciento.

CRECIÓ EL RETRASO PARA PAGAR

Durante los primeros cuatro meses del año, la cantidad de cheques rechazados creció un 38% respecto del mismo lapso de 2011, mientras que el monto involucrado experimentó una trepada del 88,8 por ciento.

Según datos preliminares del Banco Central (BCRA), entre enero y abril pasado fueron rechazados 395.714 cheques por un total de 3032,4 millones de pesos, cuando, en el mismo período del año anterior, los rechazos habían sumado 286.757, por un monto de 1606 millones de pesos.

En cuanto a los cheques pagados, en los primeros cuatro meses del año la cantidad acumulada bajó un 10,7%, frente a idéntico lapso de 2011, pero el monto abonado creció un 30,1%, a 1097,53 millones de pesos.

Respecto de abril, la autoridad monetaria informó 88.241 cheques rechazados, un 15,25% menos que en marzo, pero un 28% por encima de lo registrado en abril de 2011. Los rechazos involucraron 678,3 millones de pesos, lo que reflejó una caída mensual de un 13,6% y un salto interanual del 70,45 por ciento. Por otro lado, en el cuarto mes del año, el BCRA inhabilitó para operar en cuentas corrientes a 2604 personas y a 566 empresas, manteniendo vigente su inhabilitación a 35.198 personas y 5967 empresas. El total de 41.155 inhabilitados es el más alto desde abril de 2011.

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