En un discurso de al menos dos horas de duración, el presidente chino Xi Jinping hizo un llamado a los artistas y arquitectos chinos a que no lleven a cabo más "arquitectura rara".
Xi Jinping fue enfático, según constatan medios chinos, en señalar que el arte debe volver a lo tradicional y no buscar el éxito comercial, con tal de crear "arte impresionante y moralmente inspirador, que sirva a la gente y a los valores del socialismo".
El llamado de atención se debe principalmente a brotes de corrupción que han aparecido en la industria de la construción y a que las obras han cosechado burlas internacionales por algunos edificios, particularmente parecidos a objetos cotidianos como pantalones de mezclilla, monedas o incluso teteras.