Wall Street, que tiene algo de rumiante, estuvo hoy digiriendo el atracón de ayer, cuando la Reserva Federal (Fed) retiró su "paciencia" sobre los tipos de interés, y compensó esa escalada con caídas en el Dow Jones, que además se atragantó con su primer mordisco a la manzana de Apple.
No hacía falta ser un experto en bolsa para predecir que la jornada de hoy iba a moderar la exagerada reacción de los tres índices ayer ante el comunicado de la Fed, en el que no concretó cuándo ni cómo subirá los intereses, simplemente dio a entender que no habrá tantos reparos en hacerlo.
Así, el Dow Jones volvió a fluctuar de nuevo con tres dígitos, perdió 117 enteros y dijo adiós de nuevo a su intermitente noviazgo con los 18.000 puntos.
A la pesada sobremesa tras el festín sumó que, de postre, tenían a la manzana de Apple estrenándose en el club de las 30 empresas más importantes del país. Esta no fue verde, sino roja, pues perdió un 0,76 %.
Teniendo en cuenta que esa fruta ha recorrido pasajes bíblicos como el de Adán y Eva o cuentos como el de "Blancanieves", a nadie extrañó que fuera también objeto de esa "maldición del Dow Jones" que condena a todos sus debutantes al tropezón inicial.
AT&T, la que hizo las maletas para dejar espacio a la empresa de Tim Cook, tampoco corrió mejor suerte y bajó un 1,16 %.
Entre tanta bajada (de la que no escapó el petróleo, que quedó al otrora irrisorio precio de 43,96 dólares), fue el Nasdaq el único índice que disfrutó de una jornada de ganancias.
Su truco fue el de la moderación. Ayer fue el que menos comió (fue el único que no llegó al punto porcentual de subida) y así hoy se levantó sin pesadez y dispuesto a seguir sumando otros 9,55 puntos, dejando a tiro de piedra el que ahora mismo es su peso deseado: los 5.000 puntos.
