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Ataque cardíaco femenino: Conoce sus síntomas y cómo prevenir esta enfermedad Salud

Ataque cardíaco femenino: Conoce sus síntomas y cómo prevenir esta enfermedad

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La cardióloga de Nueva Clínica Cordillera, Dra. Kelly García, explicó cuáles son los principales síntomas de un ataque cardiovascular en mujeres, los factores que inciden en la falta de atención precoz y la importancia de cuidar la alimentación y actividad física desde la infancia para favorecer la prevención.


En Chile, mueren más mujeres que hombres debido a enfermedades cardiovasculares, específicamente 9 mil más. En tanto a nivel global, esta patología es la primera causa de muerte en ellas, incluso más que el cáncer de mama, según indica la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Pese a que se trata de la misma enfermedad, los síntomas entre hombres y mujeres se pueden manifestar de manera distinta. Situación que influye en que éstas, por desconocimiento, asistan más tardíamente a una consulta médica.

Para la cardióloga de Nueva Clínica Cordillera, Dra. Kelly García, esto tiene relación con diversos factores, siendo uno de ellos “el desconocimiento por parte de la mujer respecto a que el infarto no sólo es cosa de hombres, junto con la presencia de síntomas adicionales al dolor torácico que suelen confundirse con otras patologías y que, generalmente, postergan la solicitud de atención médica para responder ante otras responsabilidades familiares”, indicó la profesional de Nueva Clínica Cordillera.

Se suele creer que el principal indicador de que se está sufriendo un ataque cardíaco o infarto es el dolor opresivo en el centro del pecho o en la zona cercana al estómago, el cual puede irradiarse al brazo izquierdo, el cuello, la mandíbula o espalda. Pero en el caso de las mujeres, existen otros síntomas asociados, tales como la sudoración, náuseas y dificultad respiratoria. Si bien, estas condiciones se pueden manifestarse en ambos sexos, en el caso de las mujeres posee algunas distinciones.

Respecto a estas particularidades, la especialista de Nueva Clínica Cordillera detalló que “el dolor torácico típico en mujeres es menos específico, pese a que el 90% de ellas lo presenta, y en un porcentaje mayor se diagnostica enfermedad coronaria no obstructiva”. Pese a esto, la Dra. García enfatizó que las mujeres “sufren con más frecuencia de náuseas, vómitos e indigestión, y también refieren más a menudo un dolor en el centro de la espalda y en la mandíbula”.

Así también, en el caso de las mujeres premenopáusicas suelen experimentar síntomas atípicos que en mujeres postmenopáusicas o de edad avanzada, puesto que ellas pueden presentar dificultad respiratoria o disnea súbita. Por ello, la Dra. Kelly, enfatizó que en el caso de las mujeres, es relevante solicitar ayuda médica de forma precoz, ante cualquiera de estos síntomas, dado que puede ser indicador de un infarto.

Sobre las condiciones que propician las patologías cardiovasculares, la Dra. García indicó que “vigilar estos factores de riesgo es especialmente importante cuando aparece la menopausia, puesto que hasta su llegada, las mujeres cuentan con la protección de los estrógenos, dado que esta hormona femenina ayuda a controlar los niveles elevados de colesterol, glucosa o el sobrepeso”, agregó la profesional.

En este sentido, la cardióloga de Nueva Clínica Cordillera, Dra. Kelly García, también hizo énfasis en que al finalizar el periodo fértil existen cambios en el organismo de la mujer que incrementan la probabilidad de que la enfermedad cardiaca aparezca, donde las medidas más eficaces para prevenir los infartos al miocardio son la concienciación de la importancia del autocuidado desde la niñez y fomentar hábitos saludables como evitar el tabaco y el sedentarismo”.

Síntomas que de acuerdo con la profesional suelen ser confundidos con otras patologías, por lo cual se recomienda concurrir a controles médicos periódicos en áreas de salud que cuenten con una unidad de hemodinamia, una subespecialidad de la cardiología que analiza el movimiento de la sangre a través del sistema vascular, en caso de requerir procedimientos de urgencia cardiovascular.

Para la cardióloga de Nueva Clínica Cordillera, Dra. Kelly García, la prevención es uno de los aspectos esenciales para controlar y combatir esta enfermedad. Puesto que entre los factores de riesgo que inciden en las patologías cardiovasculares están el aumento de los niveles de colesterol, del peso, glucosa en sangre y la hipertensión, junto con la herencia genética, el tabaquismo, estrés y contar con una frecuencia cardíaca por sobre los 100 latidos por minuto. Factores que según la profesional de Nueva Clínica Cordillera son elementos a los que se debe prestar atención.

“Seguir una alimentación equilibrada, libre de frituras, de bebidas y alimentos procesados, junto con disminuir el consumo de alcohol, evitar el cigarrillo y tabaco serán aspectos fundamentales que deben seguir las mujeres que tienen factores de riesgo de sufrir un infarto”, puntualizó la Dra. García.

Además, enfatizó en la actividad física, la cual debe realizarse entre 3 a 5 veces a la semana, o diariamente si es posible, en sesiones que deben durar como mínimo 30 minutos si son de intensidad moderada o 15 minutos si es de una alta intensidad.

Por otra parte, la especialista también manifestó que el ejercicio se puede realizar de forma combinada, con sesiones de al menos 10 minutos, ajustando “frecuencia, duración e intensidad dependiendo de cada paciente y según las indicaciones de su médico”.

Junto con el control período, frente a situaciones de antecedentes familiares cardiacos, la especialista entregó una serie de recomendaciones, en materia de hábitos y conductas, que pueden incidir fuertemente en la prevención de un ataque cardiaco y para resguardar la salud  femenina:

  • Evitar el consumo de grasas saturadas.
  • Aumentar las grasas poli-insaturadas como el aceite de oliva.
  • Comer diariamente frutas y verduras.
  • Consumir lácteos desnatados y pescado, al menos, dos veces por semana.
  • Abstenerse del consumo tabaco y alcohol.
  • Controlar adecuadamente el peso corporal.
  • Seguir indicaciones sobre controles y medicación prescrita por el médico.
  • Practicar ejercicio aeróbico como caminar, carrera suave, ciclismo y natación, de tres a cinco sesiones a la semana, para aumentar el HDL y disminuir el LDL, conocidos como colesterol “bueno” y “malo”, respectivamente.
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