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“Donarle dinero a Everton Fútbol Joven es absolutamente legal” Virginia Reginato:

“Donarle dinero a Everton Fútbol Joven es absolutamente legal”

Saliendo al paso de una denuncia de El Mostrador, en el sentido de que el municipio viñamarino había regalado 90 millones de pesos a “Everton Fútbol Joven”, la alcaldesa hace una afirmación insólita e increíble: el día que Everton SAD llegue a transferir un jugador en cifras millonarias, el club que lo formó no va a recibir ni un solo peso. ¿Tendrá la señora Reginato una promesa por escrito de los regentes del club de donar esa plata a alguna institución de beneficencia?


La denuncia publicada el lunes 6, por El Mostrador, en el sentido de que la Municipalidad de Viña del Mar, mediante un decreto, había donado 90 millones de pesos a “Everton Fútbol Joven”, cayó como una bomba en el seno del Concejo Municipal.

El decreto alcaldicio N° 00100, de fecha 8 de enero del presente año, que aprobó esta donación, y que naturalmente era conocido y aprobado por los concejales, hizo que estos reaccionaran con preocupación, toda vez que el hecho amerita una investigación y un pronunciamiento de la Contraloría.

La municipalidad viñamarina, como también es lógico, reaccionó con presteza frente a la denuncia de El Mostrador, señalando en su “desmentido” que la donación a “Everton Fútbol Joven” no tenía nada de irregular y que era de lo más normal del mundo, porque se trata -según ellos- “de una entidad sin fines de lucro”, agregando el municipio que “de la misma forma se ayuda a otras entidades deportivas de la misma naturaleza”.

De partida, habría que preguntarle a la alcaldesa, Virginia Reginato, si no está enterada de que el Instituto Nacional de Deportes decidió, con fecha 8 de mayo de 2015, bloquear el ingreso de las Sociedades Anónimas Deportivas al sistema de Donaciones Deportivas sujetos a franquicias tributarias, toda vez que se trata de entidades con fines de lucro, y el programa está destinado a favorecer única y exclusivamente al o a los deportistas aficionados.

La resolución del IND no era, por cierto, ni antojadiza ni arbitraria. Para tomarla primero se consultó al Servicio de Impuestos Internos, por la clara elusión de impuestos que hacían aquellos donantes que financiaban el “Fútbol Joven” de las Sociedades Anónimas, descontando luego impuestos por hasta el 60 por ciento.

Lo mismo se hizo respecto de la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS), entidad que respondió que varias Sociedades Anónimas Deportivas, en sus memorias anuales, mencionaban el uso de donaciones deportivas para el financiamiento de sus series menores, en contra incluso de lo que estipula el artículo 64 de la Ley del Deporte, que prohíbe a las personas jurídicas con fines de lucro recibir este tipo de aportes.

Los regentes de Blanco y Negro, entre los que estuvo hasta última hora Gabriel Ruiz Tagle, cuando ya ejercía como la más alta autoridad gubernamental a nivel deportivo, incluso iban mucho más allá en su desfachatez: promovían a sus series inferiores, es decir el “Fútbol Joven”, como una de sus “unidades de negocio”. Algo que, por lo demás, es propio a toda Sociedad Anónima Deportiva a la que, muy por sobre el desarrollo o fomento del deporte, lo que le interesa es el lucro para sus accionistas.

Dicho claramente, alcaldesa Reginato, su generoso aporte de 90 millones de pesos a “Everton Fútbol Joven”, está ayudando a financiar un negocio de privados. Usted, como cualquier persona medianamente informada de este país, a estas alturas debiera saberlo. Debiera tener claro que aquello del “Fútbol Joven” fue una martingala, una vulgar triquiñuela para desfalcar al Estado o a sus organismos dependientes, pretendiendo hacer aparecer a las series menores como un club distinto al de la Sociedad Anónima.

Pero en su respuesta, a través de la oficina de prensa del municipio, la candidez de la alcaldesa Reginato alcanza límites que pueden ser tan risibles como preocupantes. Ante la consulta de El Mostrador acerca de que adonde irían, el día de mañana, los ingresos que pudiera lograr Everton Sociedad Anónima Deportiva por la eventual transferencia millonaria de un jugador surgido de su “Fútbol Joven”, se señala textualmente:

“Lo que pueda ocurrir con un menor que juega en una escuela de fútbol de cualquier entidad sin fines de lucro, como Everton Fútbol Joven o cualquier otra, si resulta ser un jugador de fútbol, el tema económico solamente tiene que ser entre el joven y el club nuevo, no tiene nada que ver ni la municipalidad ni la entidad que lo formó, por lo tanto no hay ninguna relación entre una subvención municipal a una escuela de fútbol, con que el niño pueda resultar jugador profesional. Es una eventualidad que puede ocurrir o no, y si ocurre, el único beneficiario es el propio niño y su familia”.

Tal cual: según la alcaldesa, entonces, el municipio no percibiría de esta eventual transferencia ni un solo peso, concepto que coincide absolutamente con lo que afirmaba la nota de El Mostrador. Sin embargo, alcaldesa, ¿cómo puede usted afirmar en forma tan inocente que tampoco la entidad que lo formó, en este caso Everton SAD, recibiría nada?

Señora Reginato: si el día de mañana uno de esos chicos que usted ayudó a financiar en su formación con dineros municipales, es decir, de todos los viñamarinos, se va al extranjero, transferido en cifras millonarias, los dineros de esa venta van a ir derechito al bolsillo de los accionistas. ¿O tiene usted la promesa por escrito de los regentes de Everton SAD de que en un eventual caso como el descrito el dinero va a ir a alguna institución de beneficencia?

Se lo preguntamos para que el Hogar de Cristo o la Teletón vayan desde ya poniéndose en la fila…

Siempre según la aclaración del municipio viñamarino “ no es efectivo que la municipalidad haya otorgado una subvención a la Sociedad Anónima Deportiva Everton, ya que los municipios están impedidos, por ley, aportar recursos a organizaciones privadas con fines de lucro y esta disposición legal siempre ha sido cumplida y respetada por la Municipalidad de Viña del Mar (sic)”.

Señora Reginato: asuma su error. Para acceder a los beneficios que el Estado podía franquearles a través del Sistema de Donaciones sujetos a franquicias tributarias, las Sociedades Anónimas Deportivas idearon la trampa de hacer aparecer a sus series infantiles y juveniles como si fuesen un club distinto al profesional.

Todo forma parte de un gigantesco entarimado ideado durante la presidencia de Sebastián Piñera, siendo Gabriel Ruiz Tagle la máxima autoridad gubernamental a nivel deportivo, con el fin de que fuera el Fisco quien ayudara a financiar un negocio de privados.

Ambos personajes, principales accionistas de Blanco y Negro, sólo dejaron de serlo frente a la intolerable presión de los medios no afines al gobierno de la época quienes, acogiendo una intolerable presión ciudadana, los obligaron a deshacerse de sus acciones en la SAD, toda vez que, estaba claro, no tenían ni la más mínima intención de hacerlo.

Ha ayudado en esta colosal trampa, con ribetes delictuales incluso, la absoluta inoperancia de una Federación Chilena de Fútbol que en los hechos no existe, salvo cuando se trata de organizar una Copa América.

Porque es la Federación el organismo que debiera velar porque no puedan proliferar los clubes “truchos” creados sólo para -de la mano de las Sociedades Anónimas Deportivas- facilitar la trampa y el engaño.

Pero esa Federación no opera. Y si no opera, no existe. Ha sido absorbida por la ANFP, entidad sin fines de lucro que, vaya paradoja, acoge sólo a entidades que sí tienen fines de lucro.

La propia ANFP, haciendo uso del sistema de Donaciones Deportivas sujetas a franquicias tributarias, inventó un club por cuyo proyecto, aprobado erróneamente por el IND, obtuvo 53 millones de pesos.

Lo concreto es que las Sociedades Anónimas Deportivas, creadas entre otras cosas para darle al fútbol una transparencia que, según se dijo, no tenía, suman ya demasiadas irregularidades, demasiadas martingalas y triquiñuelas. Para decirlo claro: los regentes de estas entidades han resultado ser los reyes de la trampa. Porque a esta generosa donación recibida por Everton SAD del dinero que pertenece a todos los viñamarinos se van a sumar pronto nuevas denuncias.

¿No va siendo hora de que la Federación de Fútbol de Chile muestre señales de vida e impida la proliferación de los Colo Colo Futbol Joven, de los Unión Española Fútbol o de los Everton Fútbol Joven? ¿No va siendo hora de que efectivamente fiscalicen la Superintendencia de Valores y Seguros, el Ministerio de Justicia, el Servicio de Impuestos Internos y el Ministerio del Deporte, entre otros organismos que, por el momento, sólo parecen dibujados?

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