Publicidad
Fotos: En plazas y estacionamientos, coloridos campamentos se toman Iquique después del terremoto

Fotos: En plazas y estacionamientos, coloridos campamentos se toman Iquique después del terremoto

Un gran número de personas han dejado sus viviendas y duermen en la calle o en un estadio, en el sector Monumento al Pampino, a la entrada del Cementerio N° 1, o a los pies del Cerro Dragón. Numerosas ampliaciones hechas informalmente en las viviendas colapsaron y el principal temor de muchos, es morir ahogados en un tsunami o ser asaltados.



El recordado arquitecto iquiqueño Patricio Advis, en el prólogo del libro Iquique, Huellas en el Tiempo (2003), nos habla de la ciudad en épocas normales con su módica cuota de presagio,… hasta que llega un momento en que nos damos cuenta que nuestra calle es otra, que nuestro barrio es otro, que estamos habitando en una ciudad diferente o, dicho de otra forma, hasta que nos damos cuenta que un mundo se ha ido. ¿Cuántos mundos idos y olvidados bajo el cielo de Iquique?

Si uno mira la ciudad por estos días, advierte que sigue en pie. No se ven grandes daños ni edificios notoriamente agrietados. Podría decirse que resistió bien dos terremotos en una semana y que volverá a la normalidad pronto. Eso en apariencia, porque al alejarnos del sector costero o centro, se advierte que un gran número de personas han dejado sus viviendas y duermen en la calle o en un estadio, en el sector Monumento al Pampino, a la entrada del Cementerio N° 1, o a los pies del Cerro Dragón. Numerosas ampliaciones hechas informalmente en las viviendas colapsaron y el principal temor de muchos, es morir ahogados en un tsunami o ser asaltados.

Un número importante son inmigrantes que han llegado a Iquique en los últimos años y están viviendo en la calle. Comparten el espacio en diminutas carpas o casuchas. Son peruanos, colombianos, bolivianos, ecuatorianos e iquiqueños pobres. Cada uno con sus apreturas, con su historia de miedo y carencias agravadas en los últimos días. La ciudad que en un momento los acogió aunque fuera con precarios trabajos y pequeñas piezas donde vivir, ahora es una amenaza porque tiembla a cada rato y se puede salir el mar. Por cierto, también hay otros extranjeros en Iquique a quienes les va mucho mejor y tienen grandes negocios de importación en la Zofri o son dueños de colegios, restaurantes, tiendas. Se han ido al estadio Tierra de Campeones o permanecen en viviendas sólidas que resistieron bien. Pero las réplicas y el miedo no discriminan y afectan por igual a pakistaníes, taiwaneses, hindúes, sin olvidar a los históricos como son los croatas, italianos, españoles y chinos.

¿Qué hacer entonces? Tal vez la clave para recobrar la esperanza está en recordar los ciclos históricos que ha vivido la ciudad y cómo se ha recuperado. El auge y crisis del salitre, de la pesca, de la Zofri, con el resurgimiento de la minería en el presente. Los terremotos anteriores. Y el himno de Iquique, con algunas perlas de optimismo, o mantra, o profecía auto cumplida: “si supimos vencer el olvido”, o “iquiqueños arriba la frente” y por cierto, “el clima y la nobleza de tu gente cautivan el corazón”.

Hernán Pereira
Fotógrafo y profesor de la U. Arturo Prat

Publicidad

Tendencias