
Por eso se dedica a fundar hogares por todo Nepal en los que acoge a los hijos de reclusos, aunque también a algunos menores que han sido abandonados por sus padres.
En ese país asiático, es muy común que los pequeños permanezcan en la prisión junto a sus madres.
Pero después de los cinco años, muchos han pasado a los establecimientos creados por Ranamagar para vivir lejos de las rejas y poder acceder a la educación.
Este artículo forma parte de la temporada de 100 Mujeres #100Women que organiza la BBC durante el mes de octubre.
