Isamu Kato, de 31 años, fanático de Boca Juniors, viajó de su Japón natal a la Argentina sólo para ver la Superfinal de la Copa Libertadores en la cancha. Fue una odisea de 33 horas entre aviones y aeropuertos. Y planeaba irse de regreso a su país tras el partido de hoy. Pero la lluvia hizo que se suspenda el partido, reprogramándolo para mañana, por lo que el asiático no podrá cumplir su sueño.
